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ISAÍAS “CONSOLAOS PUEBLO MÍO” - Lección 1º T 2021

ISAÍAS “CONSOLAOS PUEBLO MÍO” INTRODUCCIÓN Desde el momento en que se pronunciaron por primera vez, las palabras del profeta Isaías han quedado grabadas, y hasta incrustadas, en nuestra conciencia. Hay palabras inolvidables, cargadas no solo de significado, sino también de esperanzas y promesas; palabras como: “Dios con nosotros” ( Isa. 7:14 , TLA); “Porque un niño nos es nacido” (9:6); “Todo valle sea alzado” (40:4); y “Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados” (53:5). Las palabras crean ilustraciones, imágenes mentales, ecos. Las palabras débiles y miserables crean imágenes débiles y miserables; las palabras potentes, refinadas y bien elaboradas crean imágenes potentes y refinadas, y ecos fuertes y nítidos. Esto, por supuesto, explica por qué las palabras de Isaías nos hablan en forma tan fuerte, tan nítida, incluso después de 27 siglos. En su poema del siervo sufriente, por

CAPÍTULO 17 - EL USO DE REMEDIOS - Ministerio de curación

El Uso de Remedios La enfermedad no sobreviene nunca sin causa. Descuidando las leyes de la salud se le prepara el camino y se la invita a venir. Muchos sufren las consecuencias de las transgresiones de sus padres. Si bien no son responsables de lo que hicieron éstos, es, sin embargo, su deber averiguar lo que son o no son las violaciones de las leyes de la salud. Deberían evitar los hábitos malos de sus padres, y por medio de una vida correcta ponerse en mejores condiciones. Los más, sin embargo, sufren las consecuencias de su mal comportamiento. En su modo de comer, beber, vestir y trabajar, no hacen caso de los principios que rigen la salud. Su transgresión de las leyes de la naturaleza produce resultados infalibles, y cuando la enfermedad les sobreviene, muchos no la achacan a la verdadera causa, sino que murmuran contra Dios. Pero Dios no es responsable de los padecimientos consiguientes al desprecio de la ley natural. Dios nos ha dotado de cierto caudal de fuerza vital.

CAPÍTULO 16: LA ORACIÓN POR LOS ENFERMOS - Ministerio de curación

La Oración por los Enfermos La escritura dice que "es necesario orar siempre, y no desmayar" (S. Lucas 18:1); y si hay momento alguno en que los hombres sientan necesidad de orar, es cuando la fuerza decae y la vida parece escapárseles. Muchas veces los sanos olvidan los favores maravillosos que reciben pródigamente, día tras día, año tras año, y no tributan alabanzas a Dios por sus beneficios. Pero cuando, sobreviene la enfermedad, entonces se acuerdan de Dios. Cuando falta la fuerza humana, el hombre siente necesidad de la ayuda divina. Y nunca se aparta nuestro Dios misericordioso del alma que con sinceridad le pide auxilio. El es nuestro refugio en la enfermedad y en la salud. "Como el padre se compadece de los hijos, se compadece Jehová de los que le "temen. Porque él conoce nuestra condición;"acuérdase que somos polvo." (Salmo 103:13, 14.) "A causa del camino de su rebelión"y a causa de sus maldades," los hombres "fueron afligido

CAPÍTULO 15: EN EL CUARTO DEL ENFERMO - Ministerio de curación

En el Cuarto del Enfermo Los que cuidan a los enfermos deben comprender la importancia de una debida atención a las leyes de la salud. En ninguna parte es la obediencia a dichas leyes tan importante como en el cuarto del enfermo. En ninguna otra circunstancia depende tanto de la fidelidad en las cosas pequeñas como al atender a los enfermos. En casos de enfermedad grave, un pequeño descuido, una leve negligencia en el modo de considerar las necesidades o los peligros especiales del paciente, una señal de temor, de agitación o de impaciencia, y hasta una falta de simpatía, pueden decidir entre la vida y la muerte y hacer descender a la tumba a un paciente que, de haberse procedido de otro modo, hubiera podido reponerse. La eficiencia de quien cuida a los enfermos depende, en buena parte, de su vigor físico. Cuanto mejor sea su salud mejor podrá aguantar la tensión requerida para atender a los enfermos, y mejor podrá desempeñar sus deberes. Los que cuidan a los enfermos deben prestar at