LA EDUCACIÓN El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia” (Prov. 9:10). Considera el versículo anterior. Este, en realidad, entraña dos conceptos íntimamente relacionados: el “temor”, que es sinónimo de reverencia, sobrecogimiento ante la gloria y el poder de Dios; y el “conocimiento”, que es saber la verdad sobre el carácter de Dios. Por lo tanto, la sabiduría, el conocimiento y la inteligencia están cimentados en Dios mismo. Esto tiene mucho sentido. Ciertamente, Dios es la Fuente de toda existencia, el que creó y sustenta toda la existencia (Juan 1:1-3; Col. 1:16, 17). Todo lo que aprendemos, todo lo que sabemos (sobre cuarks, orugas, supernovas, ángeles, demonios, “principados y potestades en los lugares celestiales” [Efe. 3:10]), existe solo gracias a Dios. Por ende, todo verdadero conocimiento, sabiduría e inteligencia (o “discernimiento”, NVI] proceden del Señor mismo. La Escritura es clara: “Dios es amor” (1 Juan 4:8),