DANIEL INTRODUCCIÓN DANIEL EL PROFETA DEL FIN A medida que el siglo XIX desaparecía al entrar el siglo XX, un sentido de optimismo invadió Occidente. De la mano de la ciencia y la tecnología, la humanidad avanzaba hacia una edad de oro, un futuro de posibilidades maravillosas en que finalmente acabarían la guerra, la pestilencia, la pobreza y el hambre. Esa era la expectativa, al menos. Por supuesto, el siglo XX demostró que esta esperanza no solo es falsa, sino también necia e ingenua. Esto ayuda a explicar por qué cuando entramos en el siglo XXI no hubo gran optimismo por un futuro mejor. Desde una perspectiva mundana, al parecer el mundo todavía está en una condición bastante lamentable y, lo que es peor, tiene pocas probabilidades de mejorar. La humanidad actual parece ser tan propensa a la codicia, la opresión, la violencia, la conquista, la explotación y la autodestrucción como lo fueron sus antepasados de otras épocas. Mientras tanto, muchos de nuestros grandes av