Lección 2: ¿AMOR O EGOÍSMO? ESA ES LA CUESTIÓN Imagina que eres un pastor en el siglo 1, cuidando cabras en las laderas del Monte de los Olivos, con vista a la ciudad de Jerusalén. Oyes voces. Inmediatamente, reconoces la voz de Jesús mientras escuchas una conversación entre él y sus discípulos. Les está hablando sobre el futuro del mundo y sus palabras te estremecen. Mientras el sol poniente se refleja en la cúpula dorada del templo y resplandece en sus magníficas paredes de mármol, Jesús afirma categóricamente: «Les aseguro que no quedará piedra sobre piedra, pues todo será derribado» (Mateo 24: 2, NVI). Su profecía te deja estupefacto y consternado. Los discípulos que lo rodean también sienten lo mismo. ¿Qué podría estar queriendo decir Jesús con estas palabras? ¿Se acerca aceleradamente el fin del mundo? Ciertamente, un acontecimiento tan cataclísmico como la destrucción de Jerusalén no puede ser otra cosa sino el fin del mundo. Escuchas absorto cómo Jesús mezcla magistra