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Capítulo 9: ENSEÑAR Y CURAR - Ministerio de Curación

Enseñar y Curar Cuando Cristo envió a los doce discípulos para que hicieran su primera gira de evangelización, les encargó lo siguiente: "Yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios: de gracia recibisteis, dad de gracia." (S. Mateo 10:7, 8.) A los setenta que mandó más tarde, les dijo: "En cualquier ciudad donde entraréis, y os recibieron, ... sanad los enfermos que en ella hubiere, y decidles: Se ha llegado a vosotros el reino de Dios." (S. Lucas 10:8, 9.) La presencia y el poder de Cristo los acompañaron, "y volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre." (S. Lucas 10:17.) Después de la ascensión de Cristo, esta obra siguió adelante. Repitiéronse las escenas del ministerio de Jesús. "Aun de las ciudades vecinas concurría multitud a Jerusalem, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; los cuale

Capitulo 8 - El Médico Educador - Ministerio de curación

El Médico Educador El verdadero médico es educador. Reconoce su responsabilidad, no sólo para con los enfermos que están bajo su cuidado personal, sino también para con la población en que vive. Es guardián de la salud física y moral. Su tarea no sólo consiste en enseñar métodos acertados para el tratamiento de los enfermos, sino también en fomentar buenos hábitos de vida y esparcir el conocimiento de sanos principios. Necesidad de dar enseñanza acerca de la salud Nunca fue tan necesario como hoy dar educación en los principios que rigen la salud. A pesar de los maravillosos adelantos relacionados con las comodidades y el bienestar de la vida, y aún con la higiene y el tratamiento de las enfermedades, resulta alarmante el decaimiento del vigor y de la resistencia física. Esto requiere la atención de cuantos toman muy a pecho el bienestar del prójimo. Nuestra civilización artificial fomenta males que anulan los sanos principios. Las costumbres y modas están en pugna con la naturaleza.

01 Expectativas en el aire - La mayor esperanza

EXPECTATIVAS EN EL AIRE Angustiadas, las multitudes miraban hacia el cielo de Manhattan. Dos edificios gigantes, orgullo del capitalismo global, se quemaban como antorchas en una mañana azulada de otoño. Un humo denso extendía su oscuridad hacia el sur, mientras el único estadounidense fuera del planeta lo fotografiaba: el astronauta Frank Culbertson, que orbitaba justamente por aquellos cielos. Impotente, contempló la escena mientras pensaba en su país y en los amigos que podrían haber perdido la vida en el corazón de Nueva York. En la Tierra, miles de millones de personas acompañaban perplejas las escenas de una destrucción digna de Hollywood, pero trágicamente real. Otros dos aviones secuestrados difundían el caos. Las inmensas Torres Gemelas se redujeron a escombros, acero retorcido y polvo. Después de los ataques, que representaban una agresión evidente a los Estados Unidos, los pensadores se cuestionaron qué respuesta daría la nación más poderosa del planeta. ¿Cuál sería la reac