Sábado 2 de marzo - El evangelio eterno de Dios
Cuando Dios manda a los hombres avisos tan importantes que las profecías los representan como proclamados por santos ángeles que vuelan por el cielo, es porque él exige que toda persona dotada de inteligencia les preste atención. Los terribles juicios que Dios pronunció contra los que adoran la bestia y su imagen (Apocalipsis 14:9-11) deberían inducir a todos a estudiar diligentemente las profecías para saber lo que es la marca de la bestia y cómo pueden evitarla. Pero las muchedumbres cierran los oídos a la verdad y prefieren fábulas. El apóstol Pablo, refiriéndose a los últimos días, dijo: “Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina.” 2 Timoteo 4:3. Ya hemos entrado de lleno en ese tiempo. Las multitudes se niegan a recibir las verdades bíblicas porque éstas contrarían los deseos de los corazones pecaminosos y mundanos; y Satanás les proporciona los engaños en que se complacen.
Pero Dios tendrá en la tierra un pueblo que sostendrá la Biblia y la Biblia sola, como piedra de toque de todas las doctrinas y base de todas las reformas. Ni las opiniones de los sabios, ni las deducciones de la ciencia, ni los credos o decisiones de concilios tan numerosos y discordantes como lo son las iglesias que representan, ni la voz de las mayorías, nada de esto, ni en conjunto ni en parte, debe ser considerado como evidencia en favor o en contra de cualquier punto de fe religiosa. Antes de aceptar cualquier doctrina o precepto debemos cerciorarnos de si los autoriza un categórico “Así dice Jehová.” (El conflicto inminente, p. 78)
Hay que proclamar osadamente la verdad del sábado— Ahora es cuando el verdadero día de reposo debe presentarse a la gente mediante la pluma y la voz. Cuando el cuarto mandamiento del Decálogo y los que lo observan son ignorados y despreciados, los pocos fieles saben que es el momento de no ocultar su rostro sino de exaltar la ley de Jehová desplegando el estandarte sobre el cual está inscripto el mensaje del tercer ángel: “Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús”. Apocalipsis 14:12...
La verdad no debe ser ocultada, no debe ser negada ni disfrazada, sino que debe ser reconocida plenamente y proclamada con osadía.— Carta 3, 1890. (Evangelismo, p. 208)
Cristo viene por segunda vez con poder para salvación. Ha enviado los mensajes de los ángeles primero, segundo y tercero para preparar a los seres humanos para dicho acontecimiento. Estos ángeles representan a los que reciben la verdad y presentan el Evangelio al mundo con poder (Carta 79, 1900).
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