Miercoles 11 de septiembre: Esperanza del juicio
El sagaz engañador ha demostrado ser acusador, mentiroso, atormentador y asesino; pero no importa qué cosa induzca a otros a decir de Ud., el Señor puede decirle como dijo a Pedro: “Apártate de mí, Satanás”. Puede decirle: “No debes colocarte entre mí y el alma por la cual morí como rescate”. Está en Ud., mi tentada hermana, el resistir a Satanás con sus tentaciones y aferrarse de Cristo. Manténgase cerca de Jesús, coloque su mano en la suya, y El sostendrá firmemente su mano. Nunca abandonará al alma que confía en El...
Una fe viviente en el poder de Jesucristo, no en su propia eficacia y sabiduría, le permitirá atravesar cada dificultad y tentación. Espere pacientemente, vele, ore y aférrese de las promesas. No importa cuánto la hayan herido sus enemigos, perdónelos, y manteniendo su fe en Cristo encontrará que El es para usted como la sombra del peñasco en tierra calurosa. Soporte la presión por amor de Cristo, sométase a las injusticias, sobrelleve el sufrimiento por causa de la religión, antes que pecar contra Dios tratando de librarse...
Jesús ve al alma que es tentada e imparte gracia y consolación que alivia al corazón quebrantado y contrito, al espíritu sumiso.—Carta 32, del 28 de enero de 1894. (Alza tus ojos, p. 31)
Toda verdadera obediencia proviene del corazón. La de Cristo procedía del corazón. Y si nosotros consentimos, se identificará de tal manera con nuestros pensamientos y fines, amoldará de tal manera nuestro corazón y mente en conformidad con su voluntad, que cuando le obedezcamos estaremos tan sólo ejecutando nuestros propios impulsos. La voluntad, refinada y santificada, hallará su más alto deleite en servirle. Cuando conozcamos a Dios como es nuestro privilegio conocerle, nuestra vida será una vida de continua obediencia. Si apreciamos el carácter de Cristo y tenemos comunión [622] con Dios, el pecado llegará a sernos odioso. (El Deseado de todas las gentes, p. 614)
Tiempos difíciles están delante de nosotros; los juicios de Dios están cayendo sobre nuestro mundo. Las naciones de la tierra temblarán. Habrá pruebas y perplejidades por todos lados; los corazones de los hombres desfallecerán de temor. ¿Y qué haremos nosotros en aquel día? A pesar de que la tierra tambalee como un borracho, y sea removida como una choza, si hemos puesto nuestra confianza en Dios, él nos librará. “El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente”. “Porque tú has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal... Pues que a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos”.—The Review and Herald, 15 de marzo de 1887. (Hijos e hijas de Dios, p. 366)
Una fe viviente en el poder de Jesucristo, no en su propia eficacia y sabiduría, le permitirá atravesar cada dificultad y tentación. Espere pacientemente, vele, ore y aférrese de las promesas. No importa cuánto la hayan herido sus enemigos, perdónelos, y manteniendo su fe en Cristo encontrará que El es para usted como la sombra del peñasco en tierra calurosa. Soporte la presión por amor de Cristo, sométase a las injusticias, sobrelleve el sufrimiento por causa de la religión, antes que pecar contra Dios tratando de librarse...
Jesús ve al alma que es tentada e imparte gracia y consolación que alivia al corazón quebrantado y contrito, al espíritu sumiso.—Carta 32, del 28 de enero de 1894. (Alza tus ojos, p. 31)
Toda verdadera obediencia proviene del corazón. La de Cristo procedía del corazón. Y si nosotros consentimos, se identificará de tal manera con nuestros pensamientos y fines, amoldará de tal manera nuestro corazón y mente en conformidad con su voluntad, que cuando le obedezcamos estaremos tan sólo ejecutando nuestros propios impulsos. La voluntad, refinada y santificada, hallará su más alto deleite en servirle. Cuando conozcamos a Dios como es nuestro privilegio conocerle, nuestra vida será una vida de continua obediencia. Si apreciamos el carácter de Cristo y tenemos comunión [622] con Dios, el pecado llegará a sernos odioso. (El Deseado de todas las gentes, p. 614)
Tiempos difíciles están delante de nosotros; los juicios de Dios están cayendo sobre nuestro mundo. Las naciones de la tierra temblarán. Habrá pruebas y perplejidades por todos lados; los corazones de los hombres desfallecerán de temor. ¿Y qué haremos nosotros en aquel día? A pesar de que la tierra tambalee como un borracho, y sea removida como una choza, si hemos puesto nuestra confianza en Dios, él nos librará. “El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente”. “Porque tú has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal... Pues que a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos”.—The Review and Herald, 15 de marzo de 1887. (Hijos e hijas de Dios, p. 366)
Es triste que un mensaje como el que tenemos que Dios nos muestra,para fortalecernos edificarnos, alertarnos contra la falsificación del enemigo,donde dice que si es posible engañará aún a los escogidos. Estamos permitiendo que nos copiemos del con fábulasfalso profeta, y la gran mayoría de los predicadores aún a nivel internacional hacen uso las fábulas.será que el Espíritu Santo use a esos predicadores que que hacen uso de mentiras para enseñar una verdad. En 2 Tim. 4: 3-5 nos amonesta contra las fábulas. Alerta pueblo de Dios discursos adornados con fábulas, y muchas copias del falso profeta que estamos haciendo uso de ellas. "Emoción" y otras.
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