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CAPÍTULO 5 | LA TERMINACIÓN DE LA OBRA — EL FUERTE PREGÓN | Preparación para la crisis final


 CAPÍTULO 5. LA TERMINACIÓN DE LA OBRA — EL FUERTE PREGÓN

Síntesis — Descripción — Un tiempo especial para un mensaje más claro y directo — Una obra rápida y milagrosa — Beneficios de la controversia — Oposición de Satanás al fuerte pregón — Falso reavivamiento religioso — Dos condiciones necesarias para terminar la obra.

SÍNTESIS

SIMULTANEAMENTE con el reavivamiento y la reforma interna, el sellamiento y el zarandeo, y recibiendo el impulso poderoso de la lluvia tardía, el pueblo de Dios acometerá su obra evangelizadora con un brío y un fervor particular en estos últimos días.

El vidente de Patmos ve al pueblo adventista bajo la forma de tres ángeles o mensajeros que surcan raudamente los cielos para proclamar en alta voz tres mensajes. Estos constituyen el Evangelio eterno puesto en su marco de actualidad (Apoc. 14:6-10).

“Acá se muestra la naturaleza de la obra del pueblo de Dios. Los hijos de Dios tienen un mensaje de una importancia tal cine se los describe como volando al presentarlo al mundo. Poseen el pan de vida para un mundo que perece de hambre. El amor de Cristo los constriñe. Este es el último mensaje. No hay más mensajes que han de seguir, no habrá más invitaciones de misericordia que hayan de ser dadas después que este mensaje haya hecho su obra” (5 T 206, 207).

En el capítulo 18, versículo 1, se describe a otro ángel que desciende del cielo con grande potencia, y la tierra entera es alumbrada con su gloria. Este ángel no representa un nuevo mensaje, sino un nuevo poder que acompañará la predicación del triple mensaje evangélico, de tal manera que, efectivamente, toda nación, tribu, lengua y pueblo sean amonestados. Esto hará que la proclamación que efectúa el pueblo de Dios llegue a convertirse en el “fuerte pregón” y alcance los últimos confines de la tierra. Y en un tiempo extraordinariamente breve, la labor será finalizada.

Será éste un tiempo especial en que el mensaje de la caída de Babilonia y el llamado a los sinceros a salir de ella serán dados de una manera clara, directa y sin rodeos.

Esto determinará persecución y controversia, pero el Señor desnudará el brazo de su santidad para realizar una obra milagrosa, y se valdrá para ello de elementos humildes, despojados del yo, pero llenos del Espíritu. La apatía será sacudida, y la iglesia entera participará en la tarea salvadora de almas. La mensajera del Señor escribió:

“No es solamente por medio de hombres que están en puestos elevados de responsabilidad en el ministerio, no es solamente por medio de personas que ocupan puestos en juntas o comisiones, ni solamente por medio de los gerentes de nuestros sanatorios y casas editoras como ha de realizarse la obra que hará que la tierra se llene del conocimiento del Señor como las aguas cubren el mar. Esta obra puede realizarse solamente cuando toda la iglesia haga su parte bajo la dirección de Dios y con su poder” (Pacific Union Recorder, marzo 24 de 1904).

DESCRIPCIÓN

He aquí las terminantes promesas divinas referentes a la finalización de la obra evangelizadora: “El Señor ejecutará su obra en la tierra, acabándola y acortándola” (Rom. 9:28, VM). “Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mat. 24:14). “En los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará” (Apoc. 10:7).

“Entonces el mensaje del tercer ángel se agigantará hasta convertirse en el fuerte pregón, y la tierra entera será alumbrada por la gloria del Señor” (6 T 401).

“El mensaje no pierde nada de su potencia en el vuelo del ángel, pues Juan lo ve aumentado en fuerza y poder hasta que la tierra entera resulta iluminada con su gloria. La marcha del pueblo que guarda los mandamientos de Dios es hacia adelante, siempre hacia adelante. El mensaje de verdad que tenemos ha de ir a todas las naciones, lenguas y pueblos. Pronto ha de ser dado en alta voz, y la tierra será alumbrada con su gloria. ¿Estamos preparándonos para este gran derramamiento del Espíritu de Dios?” (5 T 383).

“Después vi otro ángel poderoso, al que se ordenó que bajase a la tierra y uniese su voz a la del tercer ángel para dar fuerza y vigor a su mensaje. Ese ángel recibió gran poder y gloria, y al descender dejó toda la tierra iluminada con su gloria. La luz que rodeaba a este ángel penetraba por doquiera mientras clamaba con fuerte voz: ‘Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, Y albergue de toda ave inmunda y aborrecible’” (PE 277).

“El tiempo de prueba está a las puertas, pues el fuerte clamor del tercer ángel ha comenzado ya en la revelación de la justicia de Cristo, el Redentor que perdona el pecado. Este es el comienzo de la luz del ángel cuya gloria llenará toda la tierra. Pues la tarea de toda persona que ha recibido el mensaje de amonestación consiste en elevar a Jesús, en presentarlo al mundo tal como se lo manifiesta en los símbolos y en las sombras, tal como aparece en las revelaciones de los profetas, tal como se lo descubre en las lecciones dadas a los discípulos y en los maravillosos milagros obrados por los hijos de los hombres. Escudriñad las Escrituras; porque ellas dan testimonio de mi (RH, noviembre 22 de 1892)” (1 SM 563).

“El ángel que une su voz a la proclamación del (creer mensaje, alumbrará toda la tierra con su gloria. Así se predice una obra de extensión universal y de poder extraordinario. El movimiento adventista de 1840 a 1844 fue una manifestación gloriosa del poder divino; el mensaje del primer ángel fue llevado a todas las estaciones misioneras de la tierra, y en algunos países se distinguió por el mayor interés religioso que se haya visto en país cualquiera desde el tiempo de la Reforma del siglo XVI; pero todo esto será superado por el poderoso movimiento que ha de desarrollarse bajo la proclamación de la última amonestación del tercer ángel” (CS 669).

UN TIEMPO ESPECIAL PARA UN MENSAJE MÁS CLARO Y DIRECTO

Un tiempo especial

“‘Y después de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo grande potencia; y la tierra fue alumbrada de su gloria. Y clamó con fortaleza en alta voz diciendo: Caída es. caída es la grande Babilonia, y es hecha habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de todas aves sucias y aborrecibles’. ‘Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas’ (Apoc. 18:1, 2, 4).

“Estos versículos señalan un tiempo en el porvenir cuando el anuncio de la caída de Babilonia, tal cual fue hecho por el segundo ángel de Apocalipsis 14:8, se repetirá con la mención adicional de las corrupciones que han estado introduciéndose en las diversas organizaciones religiosas que constituyen a Babilonia, desde que ese mensaje fue proclamado por primera vez, durante el verano de 1844” (CS 661).

La obra de los reformadores usada como ejemplo

“Muchos reformadores, al principiar su obra, resolvieron proceder con gran prudencia al atacar los pecados de la iglesia y de la nación. Esperaban que mediante el ejemplo de una vida cristiana y pura, llevarían de nuevo al pueblo a las doctrinas de la Biblia. Pero el Espíritu de Dios vino sobre ellos como había venido sobre Elías, impeliéndole a censurar los pecados de un rey malvado y de un pueblo apostata; no pudieron dejar de proclamar las declaraciones terminantes de la Biblia que habían titubeado en presentar. Se vieron forzados a declarar diligentemente la verdad y señalar los peligros que amenazaban a las almas. Sin temer las consecuencias, pronunciaban las palabras que el Señor les ponía en la boca, y el pueblo se veía constreñido a oír la amonestación.

“Así también será proclamado el mensaje del tercer ángel. Cuando llegue el tempo de hacerlo con el mayor poder, el Señor obrará por conducto de humildes instrumentos, dirigiendo el espíritu de los que se consagren a su servicio. Los obreros serán calificados más bien por la unción de su Espíritu que por la educación en institutos de enseñanza. Habrá hombres de fe y de oración que se sentirán impelidos a declarar con santo entusiasmo las palabras que Dios les inspire. Los pecados de Babilonia serán denunciados. Los resultados funestos y espantosos de la imposición de las observancias de la iglesia por la autoridad civil, las invasiones del espiritismo, los progresos secretos pero rápidos del poder papal, todo será desenmascarado. Estas solemnes amonestaciones conmoverán al pueblo. Miles y miles de personas que nunca habrán oído palabras semejantes, las escucharán” (CS 664).

El mensaje despertará persecución

“El clero hará esfuerzos casi sobrehumanos para sofocar la luz por temor de que alumbre a sus rebaños. Por todos los medios a su alcance los ministros tratarán de evitar toda discusión sobre esas cuestiones vitales. La iglesia apelará al brazo poderoso de la autoridad civil y en esta obra los papistas y los protestantes irán unidos. Al paso que el movimiento a favor de la imposición del domingo se vuelva más audaz y decidido, la ley será invocada contra los que observan los mandamientos. Se los amenazará con luidlas y encarcelamientos; a algunos se les ofrecerán puestos de influencia y otras ventajas para inducirlos a que renuncien a su fe. Pero su respuesta Constante será la misma que la de Lulero en semejante trance: Pruébesenos nuestro error por la Palabra de Dios’. Los que serán emplazados ante los tribunales defenderán enérgicamente la verdad, y algunos de los que oigan serán inducidos a guardar todos los mandamientos de Dios. Así la luz llegará ante millares de personas que de otro modo no sabrían nada de estas verdades” (CS 665).

“Se cumplirán a la letra las palabras de San Pablo: ‘Todos los que quieren vivir píamente en Cristo Jesús, padecerán persecución’ (2 Tim. 3:12). Cuando los defensores de la verdad se nieguen a honrar el domingo, unos serán echados en la cárcel, otros serán desterrados y otros aun tratados como esclavos. Ante la razón humana todo esto parece ahora imposible; pero a medida que el espíritu refrenador de Dios se retire de los hombres y éstos han dominados por Satanás, que aborrece los principios divinos, se verán cosas muy extrañas. Muy cruel puede ser el corazón humano cuando no está animado del temor y del amor de Dios” (CS 666).

Consternación y desaliento temporarios

“En aquel tiempo de persecución la fe de los siervos de Dios será probada duramente. Proclamaron fielmente la amonestación mirando tan sólo a Dios y a su Palabra. El Espíritu de Dios, que obraba en sus corazones, les constriñó a hablar. Estimulados por santo celo e impulso divino, cumplieron su deber y declararon al pueblo las palabras que de Dios recibieran sin detenerse en calcular las consecuencias. No consultaron sus intereses temporales ni miraron por su reputación o sus vidas. Sin embargo, cuando la tempestad de la oposición y del vituperio estalle sobre ellos, algunos, consternados, estarán listos para exclamar: ‘Si hubiésemos previsto las consecuencias de nuestras palabras, habríamos callado’. Estarán rodeados de dificultades. Satanás los asaltará con terribles tentaciones. La obra que habrá emprendido parecerá exceder en mucho sus capacidades. Los amenazará la destrucción. El entusiasmo que les animará se desvanecerá; sin embargo no podrán retroceder. Y entonces, sintiendo su completa incapacidad, se dirigirán al Todopoderoso en demanda de auxilio. Recordarán que las palabras que hablaron no eran las suyas propias sino las de Aquel que les ordenara dar la amonestación al mundo. Dios había puesto la verdad en sus corazones, y ellos, por su parte, no pudieron hacer otra cosa que proclamarla.

“En todas las edades los hombres de Dios pasaron por las mismas pruebas. Wiclef, Hus, Lutero, Tyndale, Baxter, Wesley, pidieron que todas las doctrinas fuesen examinadas a la luz de las Escrituras, y declararon que renunciarían a todo lo que éstas condenasen. La persecución se ensañó entonces en ellos con furor; pero no dejaron de proclamar la verdad” (CS 666, 667).

Se proclamará el mensaje con fe y valor

“El Señor envía al pueblo una verdad especial para la situación en que se encuentra. ¿Quién se atreverá a publicarla? El manda a sus siervos a que dirijan al mundo el último llamamiento de la misericordia divina. No pueden callar sin peligro de sus almas. Los embajadores de Cristo no tienen por qué preocuparse de las consecuencias. Deben cumplir con su deber y dejar a Dios los resultados.

“Conforme va revistiendo la oposición un carácter más violento, los siervos de Dios se ponen de nuevo perplejos, pues les parece que son ellos mismos los que han precipitado la crisis: pero su conciencia y la Palabra de Dios les dan la seguridad de estar en lo justo; y aunque sigan las pruebas se sienten robustecidos para sufrirlas. La lucha se encona más y más, pero la fe y el valor de ellos aumentan con el peligro. Este es el testimonio que dan: ‘No nos atrevemos a alterar la Palabra de Dios dividiendo su santa ley, llamando parte de ella esencial y parte de ella no esencial, para obtener el favor del mundo. El Señor a quien servimos puede libramos. Cristo venció los poderes del mundo; ¿y nos atemorizaría un mundo ya vencido?’” (CS 667, 668).

“Se está acercando rápidamente el momento en que los que prefieran obedecer a Dios antes que a los hombres sentirán la mano de la opresión. Deshonraremos entonces a Dios guardando silencio mientras que se pisotean sus santos mandamientos?” (JT 2:323).

“Cuando la tormenta de persecución se desencadene en realidad sobre nosotros, las verdaderas ovejas oirán la voz del verdadero pastor. Se realizarán abnegados esfuerzos para salvar a los perdidos, y muchos que se han descarriado del redil volverán a seguir al gran Pastor. Los hijos de Dios se reunirán, y presentarán al enemigo un frente unido. En vista del peligro común, la lucha por la supremacía cesará; no habrá disputas en cuanto a quién será considerado el mayor...

“Así la verdad hallará lugar en la vida práctica, y así será contestada la oración que Cristo elevó precisamente antes de su humillación y muerte: ‘Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste’ (Juan 17:21). El amor de Cristo, el amor a nuestros hermanos, testificará ante el mundo de que hemos estado con Jesús y aprendido de él. Entonces el mensaje del tercer ángel aumentará hasta llegar a ser el fuerte pregón, y la tierra entera será alumbrada con la gloria del Señor” (6 T 401).

UNA OBRA RÁPIDA Y MILAGROSA

“La gran obra de evangelización no terminará con menor manifestación del poder divino que la que señaló el principio de ella. Las profecías que se cumplieron en tiempo de la efusión de la lluvia temprana, al principio del ministerio evangélico, deben volverse a cumplir en tiempo de la lluvia tardía, al fin de dicho ministerio. Esos son los ‘tiempos de refrigerio” en que pensaba el apóstol Pedro cuando dijo: ‘Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; pues que vendrán los tiempos del refrigerio de la presencia del Señor, y enviará a Jesucristo’ (Hech.3:19, 20).

“Vendrán siervos de Dios con semblantes iluminados y resplandecientes de santa consagración, y se apresurarán de lugar en lugar para proclamar el mensaje celestial. Miles de voces predicarán el mensaje por toda la tierra. Se realizarán milagros, los enfermos sanarán y signos y prodigios seguirán a los creyentes. Satanás también efectuará sus falsos milagros, al punto de hacer caer fuego del rielo a la vista de los hombres (Apoc. 13:13). Es así como los habitantes de la tierra tendrán que decidirse en pro o en contra de la verdad.

“El mensaje no será llevado adelante tanto con argumentos como por medio de la convicción profunda inspirada por el Espíritu de Dios. Los argumentos ya fueron presentados. Sembrada está la semilla, y brotará y dará frutos. Las publicaciones distribuidas por los misioneros han ejercido su influencia; sin embargo, muchos cuyo espíritu fue impresionado han sido impedidos de entender la verdad por completo o de obedecerla. Pero entonces los rayos de luz penetrarán por todas partes, la verdad aparecerá en toda su claridad, y los sinceros hijos de Dios romperán las ligaduras que los tenían sujetos. Los lazos de familia y las relaciones de la iglesia serán impotentes para detenerlos. La verdad les será más preciosa que cualquier otra cosa. A pesar de los poderes coligados contra la verdad, un sinnúmero de personas se alistará en las lilas del Señor” (CS 669, 670).

“Cuando la amonestación final sea dada, cautivará la atención de aquellos caudillos por medio de los cuales el Señor está obrando en la actualidad, y algunos de ellos la aceptarán y estarán con el pueblo de Dios durante el tiempo de angustia” (CS 669).

“Esta obra será semejante a la que se realizó en el día de Pentecostés. Como la ‘lluvia temprana’ fue dada en tiempo de la efusión del Espíritu Santo al principio del ministerio evangélico, para hacer crecer la preciosa semilla, así la ‘lluvia tardía’ será dada al final de dicho ministerio para hacer madurar la cosecha” (CS 669).

“Una fuerza compulsiva movía a los sinceros, al paso que la manifestación del poder de Dios infundía temor y respeto a los incrédulos parientes y amigos para que no se atrevieran ni pudieran estorbar a quienes sentían en sí la obra del Espíritu de Dios” (PE 278).

“Dios utilizará formas y medios por los cuales se verá que él está tomando las riendas en sus propias manos. Los obreros se sorprenderán por los medios sencillos que él utilizará para realizar y perfeccionar su obra de justicia” (TM 305).

“Merced a las maravillosas operaciones de la Providencia divina, montañas de dificultades serán removidas y arrojadas al mar. El mensaje, que tanto significa para todos los habitantes de la tierra, será oído y comprendido. Los hombres verán dónde está la verdad. La obra progresará más y más hasta que la tierra entera sea amonestada; y entonces vendrá el fin” (JT 3:332).

“La luz derramada sobre los fieles penetraba por doquiera; los que en iglesias tenían alguna luz, y no habían oído ni rechazado los tres mensajes, obedecieran la exhortación y abandonaron las iglesias caídas” (PE 278).

“El postrer llamamiento llegó hasta los infelices esclavos, y los más piadosos de ellos prorrumpieron en cánticos de transportado gozo ante la perspectiva de su feliz liberación. Sus amos no pudieron contenerlos, porque el asombro y el temor los mantenían en silencio. Se realizaron graneles milagros. Sanaban los enfermos, y señales y prodigios acompañaban a los creyentes” (PE 278).

“La luz de la verdad se derramará en rayos claros y poderosos, como en los días apostólicos, y muchas almas se apartarán del error a la verdad. La tierra será alumbrada con la gloria del Señor” (JT 3:308).

“A pesar de los poderes coligados contra la verdad, un sinnúmero de personas se alistará en las Idas del Señor” (CS 670).

“[El Señor] llamará a hombres que dejarán el arado y otras ocupaciones para dar la última nota de advertencia a las almas que perecen. Muchas maneras hay de trabajar para el Maestro: el gran Instructor despertará la inteligencia de esos hombres y les hará ver en su Palabra cosas maravillosas” (JT 3:369).

“Vi que hasta entre [los gobernantes]... Dios tiene sus agentes. Y algunos... se convertirán aun a la verdad. Están ahora desempeñando el papel que Dios quisiera que desempeñen. Cuando Satanás obra por medio de sus agentes, se hacen propuestas que. si se llevasen a cabo, impedirían la obra de Dios y producirían grandes males. Los ángeles buenos inducen a estos agentes de Dios a que se opongan a tales propuestas con razones convincentes, a las cuales no pueden resistir los agentes de Satanás, unos pocos de los agentes de Dios tendrán poder para derribar mucho mal. Así proseguirá la obra hasta que el tercer mensaje haya terminado su misión. Durante el fuerte pregón del tercer ángel, estos agentes tendrán oportunidad de recibir la verdad, y algunos de ellos se convertirán y soportarán con los santos el tiempo de angustia” (JT 1:75).

BENEFICIOS DE LA CONTROVERSIA

“Dios quiere que la verdad probadora se destaque al frente y llegue a ser tema ele examen y de discusión, aunque sea por el desprecio que se le imponga. Deben agitarse los espíritus. Toda controversia, todo oprobio y toda calumnia serán para Dios el medio de provocar investigación y despertar las mentes que de otra manera dormitarían” (JT 2:153).

“A medida que se va agitando más ampliamente la cuestión ele la observancia obligatoria del domingo, se ve acercarse la realización del acontecimiento hasta ahora tenido por inverosímil, y el tercer mensaje producirá un efecto que no habría podido producir antes” (CS 663, 664).

“Los esfuerzos hechos para retardar el progreso ele la verdad servirán para impulsarlo y ensancharlo. Desde cualquier punto que se considere la verdad, su excelencia se destacará con claridad cada vez más intensa. El error requiere disfraz y ocultamiento. Se viste de manto angelical y toda manifestación de su verdadero carácter disminuye sus probabilidades de éxito” (JT 2:154).

OPOSICIÓN DE SATANÁS AL FUERTE PREGÓN

“Al pueblo de Dios se le indica que busque en las Sagradas Escrituras su salvaguardia contra las influencias de los falsos maestros y el poder seductor de los espíritus tenebrosos. Satanás emplea cuantos medios puede para impedir que los hombres conozcan la Biblia, cuyo claro lenguaje revela sus engaños. En ocasión de cada avivamiento de la obra de Dios, el príncipe del mal actúa con mayor energía: en la actualidad está haciendo esfuerzos desesperados preparándose para la lucha final contra Cristo y sus discípulos. El último gran engaño se desplegará pronto ante nosotros” (CS 651).

“Así sucederá en el gran conflicto final de la lucha entre la justicia y el pecado. Mientras bajan de lo alto nueva vida, luz y poder sobre los discípulos de Cristo, una nueva vida surge de abajo y da energía a los agentes de Satanás. Cierta intensidad se está apoderando de todos los elementos terrenos. Con una sutileza adquirida durante siglos de conflicto, el príncipe del mal obra disfrazado. Viene como ángel de luz, y las multitudes escuchan ‘a espíritus de error y a doctrinas de demonios’” (DTG 222).

“Las potencias ele Satanás se esfuerzan por distraer las mentes de las realidades eternas. El enemigo ha dispuesto las cosas de manera que favorezcan sus planes. Negocios, deportes, modas; he aquí las cosas que ocupan las mentes de hombres y mujeres” (JT 3:306).

“Satanás se deleita en la guerra, que despierta las más viles pasiones del alma, y arroja luego a sus victimas, sumidas en el vicio y en la sangre, a la eternidad. Su objete» consiste en hostigar a las naciones a hacerse mutuamente la guerra: pues de este modo puede distraer los espíritus ele los hombres de la obra de preparación necesaria para subsistir en el día del Señor” (CS 646).

FALSO REAVIVAMIENTO RELIGIOSO

“A pesar del decaimiento general de la fe y de la piedad, hay en esas iglesias [las iglesias populares de la actualidad] verdaderos discípulos de Cristo. Antes que los juicios de Dios caigan finalmente sobre la tierra, habrá entre el pueblo del Señor un avivamiento de la piedad primitiva, cual no se ha visto nunca desde los tiempos apostólicos. El Espíritu y el poder de Dios serán derramados sobre sus hijos. Entonces muchos se separarán de esas iglesias en las cuales el amor de este mundo ha suplantado al amor de Dios y de su Palabra. Muchos, tanto ministros como laicos, aceptarán gustosamente esas grandes verdades que Dios ha hecho proclamar en este tiempo a fin de preparar un pueblo para la segunda venida del Señor.

El enemigo de las almas desea impedir esta obra, y antes que llegue el tiempo para que se produzca tal movimiento, tratará de evitarlo introduciendo una falsa imitación. Hará aparecer como que la bendición especial de Dios es derramada sobre las iglesias que pueda colocar bajo su poder seductor; allí se manifestará lo que se considerará como un gran interés por lo religioso. Multitudes se alegrarán de que Dios esté obrando maravillosamente en su favor, cuando, en realidad, la obra provendrá de otro espíritu. Bajo un disfraz religioso, Satanás tratará de extender su influencia sobre el mundo cristiano.

“En muchos de los despertamientos religiosos que se han producido durante el último medio siglo, se han dejado sentir, en mayor o menor grado, las mismas influencias que se ejercerán en los movimientos venideros más extensos” (CS 517).

“Mientras los agentes de la misericordia divina obran secundados por corazones humanos abnegados, Satanás pondrá en actividad a sus propios agentes, haciendo tributarios suyos a todos aquellos que acepten su dominación” (JT 3:309).

“Y como los espíritus profesarán creer en la Biblia y manifestarán respeto por las instituciones de la iglesia, su obra será aceptada como manifestación del poder divino” (CS 645, 646).

“Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios” (1 Tim, 4:1).

DOS CONDICIONES NECESARIAS PARA TERMINAR LA OBRA

El Señor ha prometido definidamente que la proclamación del tercer ángel se convertirá pronto en el fuerte pregón. La finalización gloriosa de la tarea de evangelizar a todo el mundo está asegurada por una serie de declaraciones divinas que son a la vez promesas y profecías. El ángel de Apocalipsis 18, al cual se lo representa descendiendo del cielo con grande potencia, ilumina la tierra entera con la gloria de Dios, y hace que en breve tiempo toda nación, tribu, lengua y pueblo conozcan la verdad y hagan su decisión.

La consumación de la obra del Evangelio es tarea eminentemente divina. Dios lo ha prometido, y él tiene amplios recursos para realizarlo.

Pero para cumplir ese designio maravilloso, el Señor se vale de seres humanos a quienes usa como instrumentos. Los tres ángeles de Apocalipsis 14 representan al pueblo de Dios en marcha, empeñado en el cumplimiento de su comisión evangélica.

Lo único que se necesita para que el Altísimo desnude su poderoso brazo, sacuda las conciencias dormidas y haga llegar la luz hasta los postreros rincones de la tierra, es que este pueblo a quien él quiere usar cumpla con las dos condiciones indispensables: la santificación y la acción.

En vísperas de realizarse la proeza del cruce del Jordán, Josué dirigió al pueblo, por mandato divino, esta orden significativa: “Santificaos, porque Jehová hará mañana maravillas entre vosotros” (Jos. 3:5). La obra nunca podrá ser hecha con las fuerzas humanas. Supera nuestra capacidad. Debe ser motivo de un milagro del poder divino, como fruto del derramamiento del Espíritu Santo en abundancia sobre nosotros. “No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos” (Zac. 4:6).

Pero como ya vimos, el Espíritu será derramado cuando el corazón esté listo para recibirlo, cuando la santificación sea un hecho, cuando el pecado haya sido confesado y abandonado, cuando el yo esté muerto, cuando esté desterrado el espíritu de supremacía, cuando haya mansedumbre, humildad y plena consagración a Dios.

La segunda condición para que se cumplan las promesas de Dios en la finalización de su obra, es la acción, acción decidida y entusiasta. El Señor ha ordenado: “Id por todo el mundo, y predicad el Evangelio a toda criatura” (Mar. 16:15). A todos nosotros nos dice: “Id también vosotros a mi viña” (Mat. 20:4).

La parábola de los talentos nos explica que el tiempo que nos toque esperar la segunda venida de Cristo no debemos pasarlo en ociosa expectativa, sino en activo trabajo, utilizando los talentos que él nos concediera. El Señor quiere valerse de nuestras mentes, de nuestras piernas, de nuestras bocas y de toda nuestra vida para terminar la preciosa siega que hará posible el regreso del Salvador.

Una vida santificada y una actividad diligente convertirán en realidad las más hermosas promesas divinas, y proporcionarán la máxima satisfacción a quienes hayan sido fieles instrumentos en las manos de Dios.

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