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CAPÍTULO 6 LA PERSECUCIÓN — LOS PODERES ALIADOS | Preparación para la crisis final

 


CAPÍTULO 6

LA PERSECUCIÓN — LOS PODERES ALIADOS

Síntesis — La persecución en general — Protección divina — El día de reposo como punto focal — La crisis será universal — La bestia con cuernos de cordero — Alianza de poderes: el dragón, la bestia, el falso profeta, el estado — La imagen de la bestia — La marca de la bestia — Leyes dominicales — El domingo como día de trabajo misionero — Dos clases solamente — El decreto de muerte — Abandono de las ciudades — Huida de emergencia — El cántico de victoria.

SÍNTESIS

EN TODAS las épocas ha sido el plan deliberado del enemigo oponerse a la verdad y combatirla persiguiendo al pueblo de Dios para estorbar la obra de difundir la verdad. Pero en este tiempo del fin sus esfuerzos serán multiplicados al máximo. Satanás desciende con grande ira porque sabe que tiene poco tiempo. Utilizará a tal fin los gobiernos, así como instituciones religiosas y otras, y hará de la imposición del domingo el punto culminante de la controversia.

La gran prueba para el pueblo de Dios se iniciará cuando la legislación dominical se haga nacional o federal en los Estados Unidos. En seguida esa misma ley estará en vigencia por todo el inundo.

Esta crisis —el establecimiento de una ley dominical religiosa y federal— que comienza antes que finalice el tiempo de gracia, alcanzará su rigor máximo con el decreto de muerte llegará a su apogeo durante el tiempo de angustia.

Siendo que este tema es múltiple, completaremos esta síntesis con un comentario o explicación adicional bajo cada uno de los subtítulos en que se divide este capítulo.

LA PERSECUCIÓN EN GENERAL

Declara el apóstol: “Todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución” (2 Tim. 3:12). Pero la persecución no debe considerarse una desgracia ni debe ser temida, pues Cristo pronunció una bendición sobre los que sufren, y Dios prometió de manera especial su compañía y bendición en este tipo de emergencia. “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros” (Mat. 5:10-12).

“Un hombre no puede servir a Dios sin despenar contra si la oposición de los ejércitos de las tinieblas. Le asaltarán malos ángeles alarmados al ver que su influencia les arranca la presa. Hombres malvados reconvenidos por el ejemplo de los cristianos, se unirán con aquéllos para procurar separarlo de Dios por medio de tentaciones sutiles. Cuando este plan fracasa, emplean la fuerza para violentar la conciencia” (CS 668).

“Tenemos delante de nosotros la perspectiva de una lucha larga, con riesgo de encarcelamiento, pérdida de bienes y aun de la vida misma, para defender la ley de Dios, que es anulada por las leyes de los hombres” (JT 2:319).

“Así como [Satanás] influyó en las naciones paganas para que destruyesen a Israel, pronto incitará a las potestades malignas de la tierra a destruir al pueblo de Dios. Todo lo que se requerirá será que se rinda obediencia a los edictos humanos en violación de la ley divina. Los que quieran ser fieles a Dios y al deber serán amenazados, denunciados y proscritos. Serán traicionados por ‘padres, y hermanos, y parientes, y amigos’ (Luc. 21:16)” (JT 2:176).

“Las formas de la religión seguirán en vigor entre las muchedumbres de en medio de las cuales el Espíritu de Dios se habrá retirado finalmente; y el celo satánico con el cual el príncipe del mal ha de inspirarlas para que cumplan sus crueles designios, se asemejará al celo por Dios” (CS 673).

“Satanás excitará indignación contra la humilde minoría que concienzudamente se niega a aceptar las costumbres y tradiciones populares. Hombres de posición y reputación se unirán con los inicuos y los viles para maquinar contra el pueblo de Dios. La riqueza, el genio y la educación se combinarán para cubrirlos de escarnio. Los perseguidores gobernantes, ministros de la religión y miembros de las iglesias conspirarán contra ellos. De viva voz y por la pluma, con jactanciosas amenazas y ridículo, procurarán destruir su fe. Por calumnias y airados llamamientos, despertarán las pasiones del pueblo. No teniendo un ‘Así dicen las Escrituras’, para presentarlo contra los defensores del silbado bíblico, recurrirán a promulgaciones opresivas Para suplir la falla” (JT 2:150).

Y en ese tiempo [de terrible crisis] la clase superficial y conservadora, cuya influencia impidió constantemente los progresos de la obra, renunciará a la fe y se colocará con sus enemigos declarados, hacia los cuales sus simpatías han estado tendiendo durante mucho tiempo” (JT 2:164).

“Conforme vaya acercándose la tempestad, muchos que profesaron creer en el mensaje del tercer ángel, pero que no fueron santificados por la obediencia a la verdad, abandonarán su fe, e irán a engrosar las filas de la oposición. Uniéndose con el mundo y participando de su espíritu, llegarán a ver las cosas casi bajo el mismo aspecto; así que cuando llegue la hora de prueba estarán preparados para situarse del lado más fácil y de mayor popularidad. Hombres de talento y de elocuencia, que se gozaron un día en la verdad, emplearán sus facilidades para seducir y descarriar almas. Se convertirán en los enemigos más encarnizados de sus hermanos de antaño. Cuando los observadores del sábado sean llevados ante los tribunales para responder de su fe, estos apóstatas serán los agentes más activos de Satanás para calumniarlos y acusarlos y para incitar a los magistrados contra ellos por medio de falsos informes e insinuaciones” (CS 666).

“Esos apóstalas manifestarán entonces la más acerba enemistad, y harán cuanto puedan para oprimir y vilipendiar a sus antiguos hermanos, y para excitar la indignación contra ellos. Ese día está por sobrecogernos” (JT 2:164).

“Admirados y confundidos, [el pueblo en general] oirán el testimonio de que Babilonia es la iglesia que cayó por sus errores y sus pecados, porque rechazó la verdad que le fue enviada del cielo. Cuando el pueblo acuda a sus antiguos conductores espirituales a preguntarles con ansia: ¿Son esas cosas así? los ministros aducirán fábulas, profetizarán cosas agradables para calmar los temores y tranquilizar las conciencias despertadas. Pero como muchas personas no se contentan con las meras razones de los hombres y exigen un positivo ‘Así dice Jehová’, los ministros populares, como los fariseos de antaño, airándose al ver que se pone en duda su autoridad, denunciarán el mensaje como si viniese de Satanás e incitarán a las multitudes dadas al pecado a que injurien y persigan a los que lo proclaman” (CS 664, 665).

“Este pequeño remanente, incapaz de defenderse en el mortífero conflicto con las potestades de la tierra mandadas por la hueste del dragón, hace de Dios su defensa” (JT 2:67).

“No está distante el tiempo en que sobrevendrá la prueba a toda alma. La marca de la bestia será impuesta sobre nosotros. A aquellos que han cedido poco a poco a las exigencias mundanas y se han sometido a las costumbres del mundo, no les será difícil ceder a las potencias, antes que exponerse al escarnio, a las burlas, los insultos, la amenaza de la prisión y la muerte. La disputa es entre los mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres. En ese tiempo, se separará el oro de la escoria de la iglesia. La verdadera piedad se distinguirá claramente de la apariencia y del oropel. Más

 

de una estrella que hemos admirado por su brillo, se extinguirá entonces en las tinieblas” (5 T 81).

“Los miembros de la iglesia serán probados individualmente. Serán puestos en circunstancial donde se verán obligados a dar testimonio por la verdad. Muchos serán llamados a hablar ante concilios y tribunales, tal vez por separado y a solas” (JT 2:164).

“Al ejercer el poder de la legislación religiosa, el movimiento llamado Reforma Nacional manifestará, cuando esté plenamente desarrollado, la misma intolerancia y opresión que prevalecieron en siglos pasados. Los concilios humanos asumieron entonces las prerrogativas de la Divinidad y aplastaron bajo su poder despótico la libertad de conciencia; a ello siguieron el encarcelamiento, el destierro y la muerte de los que se oponían a sus dictados. Si por la legislación el papismo y sus principios vuelven a tener poder, se volverán a encender los fuegos de la persecución contra aquellos que no sacrifiquen su conciencia y la verdad en deferencia a los errores populares. Este mal está a punto de producirse” (JT 2:319).

“Mientras Satanás trata de destruir a los que honran la ley de Dios, los hará acusar como transgresores de la ley, como hombres que están deshonrando a Dios y atrayendo sus castigos sobre el mundo” (CS 649).

PROTECCIÓN DIVINA

Dios ha prometido su protección especial a través de toda la tormenta, y si bien antes que finalice el tiempo de gracia podrá haber mártires, una vez que comience el tiempo de angustia ninguno de los hijos de Dios perderá la vida, y serán milagrosamente guardados y cuidados por el Señor y sus ángeles.

“Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra” (Apoc. 3:10).

“Pruebas terribles esperan al pueblo de Dios. El espíritu de guerra agita las naciones desde un cabo de la tierra hasta el otro. Mas a través del tiempo de angustia que se avecina —un tiempo de angustia como no lo hubo desde que existe nación—, el pueblo de Dios permanecerá inconmovible. Satanás y su ejército no podrán destruirlo, porque ángeles poderosos lo protegerán” (JT 3:285, 286).

“Dios no consentirla que los malvados exterminasen a quienes esperaban la traslación y no se sometían al decreto de la bestia ni recibían su marca. Vi que si a los malvados se les permitiese exterminar a los santos, Satanás se alegraría, con sus malignas huestes y todos cuantos odiaban a Dios. Y ¡Oh, qué triunfo fuera para su majestad satánica ejercer en la lucha final potestad sobre los que durante largo tiempo habían esperado contemplar a quien tanto amaban! Los que se burlaron de la idea de la ascensión de los santos presenciarán la solicitud de Dios por su pueblo y contemplarán su gloriosa liberación” (PE 284).

“En el tiempo de angustia, huimos todos de las ciudades y pueblos, pero los malvados nos perseguían y entraban a cuchillo en las casas de los santos; pero al levantar la espada para matarnos, se quebraba ésta y caía tan inútil como una brizna de paja” (PE 34).

“Parecían [los hijos de Dios] rodeados por los malvados moradores de la tierra. Todas las apariencias estaban en su contra... Pero si sus ojos hubieran podido abrirse, se hubieran visto circundados por los ángeles de Dios. Después llegó la multitud de los impíos airados, y a poco una masa de ángeles malignos que excitaban a los impíos a que matasen a los santos. Mas para acercarse al pueblo de Dios era preciso que atravesasen por entre la cohorte de ángeles santos y poderosos, lo cual era imposible” (PE 283).

“¿Olvidará el Señor a su pueblo en esa hora de prueba? ¿Olvidó acaso a fiel Noé cuando sus juicios cayeron sobre el mundo antediluviano? ¿Olvidó acaso a Lot cuando cayó fuego del cielo para consumir las ciudades de la llanura? ¿Se olvidó de José cuando estaba rodeado de idólatras en Egipto? ¿O de Elías cuando el juramento de Jezabel le amenazaba con la suerte de los profetas de Baal? ¿Se olvidó de Jeremías en el oscuro y húmedo pozo en donde había sido echado? ¿Se olvidó acaso de los tres jóvenes en el horno ardiente o de Daniel en el foso de los leones?” (CS 684).

“Aunque los enemigos los arrojen a la cárcel [a los fieles de Dios], las paredes de los calabozos no pueden interceptar la comunicación entre sus almas y Cristo. Aquel que conoce todas sus debilidades, que ve ludas sus pruebas, está por encima de todos los poderes de la tierra; y acudirán ángeles a sus celdas solitarias, trayéndoles luz y paz del cielo. La prisión se volverá palacio, pues allí moran los que tienen mucha fe, y los lóbregos muros serán alumbrados con luz celestial como cuando Pablo y Silas oraron y alabaron a Dios a medianoche en el calabozo de Filipos” (CS 685).

EL DÍA DE REPOSO COMO PUNTO FOCAL

Siendo la observancia del sábado la manifestación externa del sello de Dios, y la marca de la bestia la observancia del domingo, y debido a que lo primero es una señal de lealtad al Creador en tanto que lo segundo es lealtad a Roma y al poder satánico, resulta natural que el día de reposo se convierta en el gran tema central de la controversia en los últimos días.

“Entonces el dragón [el diablo y sus agentes] —declara el profeta Juan— se llenó de ira contra la mujer [la iglesia de Dios]; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella [el pueblo adventista del séptimo día], los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apoc. 12:17).

“La iglesia remanente será puesta en grave prueba y angustia. Los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús sentirán la ira del dragón y de su hueste” (JT 2:175).

“Una vez que el sábado llegue a ser el punto especial de controversia en toda la cristiandad y las autoridades religiosas y civiles se unan para imponer la observancia del domingo, la negativa persistente, por parte de una pequeña minoría, de ceder a la exigencia popular, la convertirá en objeto de execración universal. Se demandará con insistencia que no se tolere a los pocos que se oponen a una institución de la iglesia y a una ley del estado; pues vale más que esos pocos sufran y no que naciones enteras sean precipitadas a la confusión y anarquía” (CS 673).

“Los que honran el sábado de la Biblia serán denunciados como enemigos de la ley y del orden, como quebrantadores de las restricciones morales de la sociedad, y por lo tanto causantes de anarquía y corrupción que atraen sobre la tierra los altos juicios de Dios. Sus escrúpulos de conciencia serán presentados como obstinación, terquedad y rebeldía contra la autoridad. Serán acusados de deslealtad hacia el gobierno. Los ministros que niegan la obligación de observar la ley divina predicarán desde el pulpito que hay que obedecer a las autoridades civiles porque fueron instituidas por Dios. En las asambleas legislativas y en los tribunales se calumniará y condenará a los que guardan los mandamientos. Se falsearán sus palabras, y se atribuirán a sus móviles las peores intenciones” (CS 649).

“Los dignatarios de la iglesia y del estado se unirán para hacer que todos honren el domingo, y para ello apelarán al cohecho, a la persuasión o a la fuerza. La falta de autoridad divina se suplirá con ordenanzas abrumadoras” (CS 650).

“Y luego el gran engañador persuadirá a los hombres de que son los que sirven a Dios los que causan esos males. La parle de la humanidad que haya provocado el desagrado de Dios lo cargará a la cuenta de aquellos cuya obediencia a los mandamientos divinos es una reconvención perpetua para los transgresores. Se declarará que los hombres ofenden a Dios al violar el descanso del domingo; que este pecado ha atraído calamidades que no concluirán hasta que la observancia del domingo no sea estrictamente obligatoria; y que los que proclaman la vigencia del cuarto mandamiento, haciendo con ello que se pierda el respeto debido al domingo y rechazando el favor divino, turban al pueblo y alejan la prosperidad temporal... Cuando con falsos cargos se haya despertado la ira del pueblo, éste seguirá con los embajadores de Dios una conduela muy parecida a la que siguió el apóstata Israel con Elías” (CS 647, 648).

“Satanás se pondrá alerta al ver que la controversia se extiende a nuevos campos y que la atención del pueblo es dirigida a la pisoteada ley de Dios. El poder que acompaña a la proclamación del mensaje sólo desesperará a los que se le oponen. El clero hará esfuerzos casi sobrehumanos para sofocar la luz por temor de que alumbre a sus rebaños. Por todos los medios a su alcance los ministros tratarán de evitar toda discusión sobre esas cuestiones vitales. La iglesia apelará al brazo poderoso de la autoridad civil y en esta obra los papistas y los protestantes irán unidos. Al paso que el movimiento en favor de la imposición del domingo se vuelva más audaz y decidido, la ley será invocada contra los que observan los mandamientos. Se los amenazará con multas y encarcelamientos; a algunos se les ofrecerán puestos de influencia y otras ventajas para inducirlos a que renuncien a su fe” (CS 665).

“Y al empezar el tiempo de angustia [previo], fuimos henchidos del Espíritu Santo, cuando salimos a proclamar más plenamente el sábado. Esto enfureció las otras iglesias y a los adventistas nominales*, pues no podían rehilar la verdad sabática, y entonces todos los escogidos de Dios, comprendiendo claramente que poseíamos la verdad, salieron y sufrieron la persecución con nosotros” (PE 33).

“La Iglesia y el Estado [en los EE. UU.] están haciendo ahora preparativos para el conflicto futuro. Los protestantes están trabajando en forma disfrazada para llevar el domingo al frente, como lo hicieron los romanistas. En toda la tierra el papado está acumulando sus altas y macizas estructuras en cuyos secretos recintos se han de repetir sus antiguas persecuciones. Y se está preparando el camino para que se manifiesten en gran escala esos prodigios mentirosos por los cuales Satanás seduciría, si fuese posible, a los mismos escogidos” (JT 2:149).

“Los hombres dictarán y aplicarán con severidad leyes directamente puestas a la ley divina. Aunque celosos de sus propios mandamientos, esos hombres se apartarán de un claro ‘Así dice Jehová”. Por ensalzar a un falso día de descanso, querrán obligar a los hombres a deshonrar la ley de Dios, esa ley que es la expresión del carácter divino. Aunque inocentes de toda culpa, los siervos de Dios serán entregados a las humillaciones y escarnios de hombres inspirados por Satanás, llenos de envidia y fanatismo religioso” (JT 3:392, 393).

“El conflicto se desarrolla entre los requisitos de Dios y los de la bestia. El primer día, institución papal que contradice directamente al cuarto mandamiento, ha de ser usado todavía como una prueba por la bestia de dos cuernos. Y entonces la solemne amonestación de Dios declara la penalidad en que incurren los que se postran ante la bestia y su imagen, beberán del vino de la ira de Dios, que es derramado sin mezcla en la copa de su indignación” (JT 1:80).

“La corrupción política está destruyendo el amor a la justicia y el respeto a la verdad: y hasta en los Estados Unidos de la libre América, se verá a los representantes del pueblo y a los legisladores tratar de asegurarse el favor público, doblegándose a las exigencias populares por una ley que imponga la observancia del domingo. La libertad de conciencia que tantos sacrificios ha costado no será ya respetada” (CS 650).

“El movimiento dominical se está abriendo paso en las tinieblas. Los dirigentes están ocultando el fin verdadero, y muchos de los que se unen al movimiento no ven hacia dónde tiende la corriente que se hace sentir por debajo. Los fines que profesan son benignos y aparentemente cristianos; pero cuando hablen, se revelará el espíritu del dragón” (JT 2:152, año 1885).

“En los movimientos que se realizan actualmente en los Estados Unidos de Norteamérica para asegurar el apoyo del estado a las instituciones y prácticas de la iglesia, los protestantes están siguiendo las huellas de los papistas. Más aún, están abriendo la puerta para que el papado recobre en la América protestante la supremacía que perdió en el Viejo Mundo. Y lo que da más significado a esta tendencia es la circunstancia de que el objeto principal que se tiene en vista es imponer la observancia del domingo, institución que vio la luz en Roma y que el papado proclama como signo de su autoridad” (CS 630).

A la sierva de Dios se le dio la oportunidad de escuchar en visión las palabras textuales pronunciadas por el gran engañador. Dijo Satanás:

“‘Pero nuestra principal preocupación es silenciar a esta secta de guardadores del sábado. Debemos excitar la indignación popular contra ellos. Alistaremos grandes hombres y hombres mundialmente sabios de nuestro lado, e induciremos a los que están en autoridad a llevar adelante nuestros propósitos’” (TM 481).

“Estos recuerdos de lo pasado [se refiere a casos históricos en que Roma obligó a diversos pueblos a abandonar el sábado y observar el domingo] ponen claramente de manifiesto la enemistad de Roma contra el verdadero día de reposo y sus defensores, y los medios que emplea para honrar la institución creada por ella. La Palabra de Dios nos enseña que estas escenas han de repetirse cuando los católicos romanos y los protestantes se unan para exaltar el domingo” (CS 635).

“Habrá comunicaciones de espíritus que declararán que Dios los envió para convencer de su error a los que rechazan el domingo y afirman que se debe obedecer a las leyes del país como a la ley de Dios. Lamentarán la gran maldad existente en el mundo y apoyarán el testimonio de los ministros de la religión en el sentido de que la degradación moral se debe a la profanación del domingo. Grande será la indignación despertada contra todos los que se nieguen a aceptar sus aseveraciones” (CS 648).

“Sin embargo, esa misma clase de gente [dirigentes religiosos del mundo] asegura que la corrupción que se va generalizando más y más, debe achacarse en gran parte a la violación del así llamado ‘día del Señor’ (domingo), y que, si se hiciese obligatoria la observancia de este día, mejoraría en gran manera la moralidad social. Esto se sostiene especialmente en los Estados Unidos de Norteamérica, donde la doctrina del verdadero día de reposo, o sea el sábado, se ha predicado con más amplitud que en ninguna otra parte” (CS 644).

“Satanás dice...: ‘De esta manera el mundo llegará a ser mío. Seré gobernante tic la tierra, príncipe del mundo. Regiré de tal modo los ánimos que estén bajo mi poder, que el sábado de Dios será objeto especial de desprecio. ¿Una señal? Yo haré que la observancia del séptimo día sea una señal de deslealtad hacia las autoridades de la tierra. Las leyes humanas se volverán tan estrictas que hombres y mujeres no se atreverán a observar el séptimo día como día de reposo. Por temor a que les falten el alimento y el vestido, se unirán al mundo en la transgresión de la ley de Dios. La tierra quedará completamente bajo mi dominio’” (PR 136, 137).

LA CRISIS SERÁ UNIVERSAL

En la descripción profética de los Estados Unidos de Norteamérica bajo la figura de la segunda bestia de Apocalipsis 13 (con cuernos de cordero), Juan dice eme la imagen de la bestia en ese país hará lo siguiente:

1) “Hace que la tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia” (a Roma).

2) “Engaña a los moradores de la tierra”.

3) Manda “a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia” (a Roma).

La expresión repetida “moradores de la tierra” implica una obra universal.

Los Estados Unidos constituyen el país más próspero de la tierra, y el que hasta ahora ha sido el gran baluarte de la libertad religiosa. Siendo esto así, es natural que cuando en esa nación comience la persecución y se imponga la ley dominical, los demás países no harán sino seguir su ejemplo. De esta suerte, la crisis se hará universal.

“Cuando los Estados Unidos, el país de la libertad religiosa, se una con papado para forzar la conciencia y obligar a los hombres a honrar el día de reposo, los habitantes de todo mis del globo serán inducidos a seguir su ejemplo. Nuestros hermanos no están despiertos ni a medias para hacer todo lo que pueden, con las comodidades que tienen a su alcance, para «tender el mensaje de amonestación” (JT 2:373).

“Tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo se le tributará homenaje al papado por medio del honor que se conferirá a la institución del domingo, la cual descansa únicamente sobre la autoridad de la iglesia romana” (CS 636).

“La gran crisis llegará cuando las naciones se unan en la anulación la ley de Dios” (5 T 524).

“El reemplazo de las leyes de los hombres en lugar de la ley de Dios; la exaltación, meramente por la autoridad humana, del domingo en lugar del sábado bíblico, es el último acto del drama. Cuando esta sustitución llegue a ser universal, Dios se manifestará. Se levantará con majestad para sacudir terriblemente la tierra. Saldrá de su lugar para castigar a los habitantes del mundo por su iniquidad” (RH, tomo 78, No. 17. abril 21 de 1909, pág. 257. republicado en JT 141).

“Cuanto más escaseen los cargos directos que hagamos contra las autoridades y potestades, tanto mayor será la obra que podremos realizar en los Estados Unidos y en los otros países, pues las demás naciones seguirán el ejemplo de los Estados Unidos. Si bien éstos encabezarán el movimiento, la misma crisis sobrevendrá a nuestro pueblo en todas partes del mundo” (JT 3:46).

“Cuando los que honran la ley de Dios hayan sido privados de la protección de las leyes humanas, empezará en varios países un movimiento simultáneo para destruirlos” (CS 693).

LA BESTIA CON CUERNOS DE CORDERO

En Apocalipsis 13 —capítulo clave en el panorama de los sucesos finales— se presentan dos bestias: la primera —con 7 cabezas y 10 cuernos (vers. 1-10) — representa a Roma papal*: la segunda —con dos cuernos de cordero (vers. 11-18)— simboliza a los Estados Unidos de Norteamérica.

Es evidente que esta profecía presenta una verdadera paradoja. No hay duda de que Estados Unidos ha sido hasta hoy un país amante de la libertad, una verdadera fortaleza de la libertad religiosa. Su espíritu democrático —bien representado por la inocencia del cordero— la separación completa de la iglesia y el estado, y el alto respeto por las libertades individuales, especialmente la libertad de culto, lo han convertido en la meca de todos los perseguidos del mundo. Y el Señor se ha dignado elegir a esa nación privilegiada y poderosa como el centro de nuestra obra mundial. Desde sus playas generosas los hombres y los recursos enviados por nuestro movimiento han ido hasta los confines de la tierra para llevar el triple mensaje angelical.

Sin embargo, el enemigo de todo lo bueno modelará de tal suerte su evolución social y política, que en las últimas cortas horas del tiempo ese país tiara un vuelco y seguirá en las pisadas de Roma para convertirse en una potencia perseguidora. Para tener una descripción completa y panorámica de la obra de esta nación en las últimas horas de la historia, léase:

a. Apocalipsis 13:11-18.

b. La breve explicación que figura en la Introducción de este libro (págs. 17-20).

“La profecía del capítulo 13 del Apocalipsis declara que el poder representado por la bestia de cuernos semejantes a los de un cordero haría que la tierra y los que en ella habitan adorasen al papado —que está simbolizado en ese capítulo por una bestia ‘parecida a un leopardo’. La bestia de dos cuernos dirá también ‘a los que habitan sobre la tierra, que hagan una imagen de la bestia’: y además mandará que ‘todos, pequeños y grandes, así ritos como pobres, así libres como esclavos’, tengan la marca de la bestia. (Apoc. 13:11-16, VM). Se ha demostrado que los Estados Unidos de Norteamérica son el poder representado por la bestia de dos cuernos semejantes a los de un cordero, y que esta profecía se cumplirá cuando los Estados Unidos hagan obligatoria la observancia del domingo, que Roma declara ser el signo característico de su supremacía” (CS 635, 636).

“Una nación, y sólo una, responde a los datos y rasgos característicos de esta profecía; no hay duda de que se trata aquí de los Estados Unidos de Norteamérica” (CS 493).

“Cuando la nación por la cual Dios ha obrado de una manera tan maravillosa, y a la cual ha protegido con el escudo de la Omnipotencia, abandone los principios protestantes, y por medio de su legislatura dé protección y sostén al romanismo para limitar la libertad religiosa, entonces Dios actuará con su propio poder en favor de su pueblo que es fiel. La tiranía de Roma será ejercida, pero Cristo será nuestro refugio” (TM 207).

“Por el decreto qué imponga la institución del papado en violación a la ley de Dios, nuestra nación [los EE. UU.] se separará completamente de la justicia’ (JT 2:151).

“Cuando nuestra nación [los EE. UU.] abjure de tal manera los principios de su gobierno, que promulgue una ley dominical, en este acto el protestantismo dará la mano al papismo; y con ello recobrará vida la tiranía que durante largo tiempo ha estado aguardando ávidamente su oportunidad de resurgir en activo despotismo” (JT 2:318, 319).

“Cuando nuestra nación [los EE. UU.], en su concilio legislativo, sancione leyes que aten las conciencias de los hombres con respecto a sus privilegios religiosos, poniendo en vigencia la observancia del domingo, y ejerciendo un poder opresivo contra los que guardan el silbado del séptimo día, la ley de Dios será anulada en nuestro país para toda intención y propósito; y la apostasía nacional será seguida por la ruina nacional” (Artículo “La oración de David” en RH, tomo 65, No. 5, diciembre 18 de 1888, pág. 785).

“Es en ocasión de la apostasía nacional, cuando actuando según los procedimientos de Satanás, los gobernantes del país [los EE. UU.] se alistarán del lado del hombre de pecado: es entonces cuando la medida de su culpabilidad es colmada; la apostasía nacional es la señal de la ruina nacional” (Artículo “Nuestros peligros actuales” en DBGC, tomo 4, No. 19, abril de 1891, pág. 259).

“El pueblo ele los Estados (‘nidos ha sido un pueblo favorecido; cuando ese pueblo restrinja la libertad religiosa, someta al protestantismo y apoye al papado, la medida de su tulpa se colmará, y ‘la apostasía nacional será registrada en los libros del cielo. El resultado de isla apostasía será ruina de la nación” (Artículo “Los resultados de desechar la ley de Dios”, RH, tomo 70, No. 18, mayo 2 de 1893, pág. 274).

“Satanás está trabajando por medios humanos. Los que están haciendo un esfuerzo para cambiar la constitución y obtener una ley que imponga la observancia del domingo, no se dan cuenta de lo que será el resultado. Una crisis está por sobrecogernos” (JT 2:352).

“Mientras los hombres están durmiendo. Satanás arregla altivamente asuntos de tal manera que el pueblo de Dios no obtenga ni misericordia ni justicia. El movimiento dominical se está abriendo paso en las tinieblas. Los dirigentes están ocultando el fin verdadero, y muchos de los que se ni al movimiento no ven hacia dónde tiende la corriente que se hace sentir debajo. Los fines que profesan son benignos y aparentemente cristianos; pero cuando hablen, se revelará el espíritu del dragón” (JT 2:152).

ALIANZA DE PODERES: EL DRAGÓN. LA BESTIA, EL FALSO PROFETA, EL ESTADO

“Y vi salir de la bota del dragón —dice el apóstol Juan—, de la bota de la bestia, y de la boca del falso profeta, tres espíritus inmundos a manera de ranas; pues son espíritus de demonio que hacen señales, y van a los reyes de la tierra en todo el mundo para reunirlos a la batalla de aquel gran día del Dios Todopoderoso” (Apoc. 16:13, 14).

Tres poderes engañosos se unen entre sí y requieren el curso de los reyes de la tierra, o sea de los poderes civiles, producir la batalla final contra Dios, su pueblo y su verdad.

El dragón aquí es el espiritismo. En primera instancia dragón representa a Satanás (Apoc. 12:9). En el caso partícula de esta profecía Satanás trabaja por medio del espiritismo, éste se manifiesta y actúa por cuatro diferentes conductos: el paganismo (formas paganas de culto y superstición dominadas por el espiritismo); el espiritismo moderno o social; el espiritismo “cristiano”, que se amalgama con cultos protestantes o católicos, por medio de milagros y en base a la doctrina común de la inmortalidad del alma; el espiritismo científico, que se practica en forma de investigaciones de laboratorio, bajo el nombre de parapsicología y otras designaciones modernas.

La bestia es el papado (la primera bestia de Apoc. 13).

El falso profeta es el sector del protestantismo que, después de recibir la verdad, la rechace, apostatando y uniéndose, requerir el apoyo del estado.

“En el capítulo 13 (versículos 1-10 VM), se describe otra bestia, ‘parecida a un leopardo’, a la cual el dragón dio ‘su poder y su trono, y grande autoridad’. Este símbolo, como lo han creído la mayoría de los protestantes, representa al papado” (CS 492).

“‘Entonces el dragón fue airado contra la mujer: y se fue a hacer guerra contra los otros de la simiente de ella, los cuales guardan los mandamientos de Dios, y tienen el testimonio de Jesucristo’ (Apoc. 12:17). En el cercano futuro veremos cumplirse estas palabras, cuando las iglesias protestantes se unan con el mundo y con el poder papal contra los observadores de los mandamientos. El mismo espíritu que movió a los papistas en siglos pasados, imbuirá a los protestantes a seguir una conducta similar hacia aquellos quise mantienen leales a Dios.

“La Iglesia y el Estado están haciendo ahora preparativos para el conflicto futuro. Los protestantes están trabajando en forma disfrazada para llevar el domingo al frente, como lo hicieron los romanistas” (JT 2:1-19)

“Poco a poco Satanás ha preparado el camino para su obra maestra de seducción: el desarrollo del espiritismo. Hasta ahora no ha logrado realizar completamente sus designios: pero lo conseguirá en el poco tiempo que nos separa del fin. El profeta dice: ‘Y vi... tres espíritus inmundos, como ranas...: son espíritus de demonios, que obran prodigios: los cuales salen a los reyes de todo el mundo habitado, a juntarlos para la guerra del gran día del Dios Todopoderoso” (Apoc. 16:13, 14, VM). Todos menos los que estén protegidos por el poder de Dios y la fe en su Palabra, se verán envueltos en ese engaño” (CS 618).

“El protestantismo extenderá una mano de camaradería al poder romano. Entonces habrá una ley contra el sábado de la creación de Dios, y es entonces cuando Dios ‘hará su extraña obra’. El ha tolerado por largo tiempo la perversidad de la raza: ha tratado de ganar a los seres humanos a sí mismo. Pero llegará el tiempo mando habrán llenado la medida de su iniquidad: y es entonces cuando Dios obrará. Casi hemos llegado a ese tiempo. Dios lleva un registro con respecto a las naciones: las cifras están creciendo contra ellas en los libros del cielo; y cuando se sancione una ley para castigar la transgresión del primer tifa de la semana, entonces la copa se llenará” (RH, marzo 9 de 1886).

“Cuando el protestantismo extienda la mano a través del abismo para asir la mano del poder romano, cuando se incline por encima del abismo para darse la mano con el espiritismo, cuando, bajo la influencia de esta triple unión, nuestro país repudie todo principio ele su constitución como gobierno protestante y republicano, y haga provisión para la propagación de las mentiras y seducciones papales, entonces sabremos que ha llegado el tiempo en que se verá la asombrosa obra de Satanás, y que el fin está cerca.

“Como el acercamiento de los ejércitos romanos fue para los discípulos una señal de la inminente destrucción de Jerusalén, esta apostasía será para nosotros una señal de que se llegó al límite de la tolerancia de Dios, de que nuestra nación [los EE. UU] colmó la medida de su iniquidad, y de que el ángel de la misericordia está por emprender el vuelo para nunca volver. Los hijos de Dios se verán entonces sumidos en aquellas escenas de aflicción y angustia que los profetas describieron como el tiempo de angustia de Jacob” (JT 2:151).

Unidos los poderes de la tierra para hacer la guerra a los mandamientos de Dios, decretarán que todos los hombres, ‘pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos’ (Apoc. 13:16), se conformen a las costumbres de la iglesia y observen el falso día de reposo” (CS 662).

“Merced a los dos errores capitales, el de la inmortalidad del alma y el de la santidad del domingo. Satanás prenderá a los hombres en sus redes. Mientras aquél forma la base del espiritismo, éste crea un lazo de simpatía con Roma. Los protestantes de los Estados Unidos serán los primeros tender las manos a través de un doble abismo al espiritismo y al romano: y bajo la influencia de esta triple alianza ese país marchará en las huellas de Roma, pisoteando los derechos de la conciencia” (CS 645).

“El profeso mundo protestante formará una confederación con el hombre de pecado, y la iglesia y el mundo se hallarán en corrupta armonía. Aquí es donde viene la gran crisis sobre el mundo. Las Escrituras enseñan que el papado ha de readquirir su perdida supremacía, y que los fuegos de persecución volverán a ser encendidos de nuevo por medio de las confesión oportunistas del así llamado mundo protestante” (Articulo “Nuestros peligros actuales” en DBGC, tomo 4, No. 19, abril 13 de 1891, pág. 257).

“Los gobiernos protestantes llegarán a una situación extraña. Se convertirán al mundo. Además, en su separación de Dios, obrarán para convertir la falsedad y la apostasía de Dios en la ley de la nación” (Artículo “Tiempos peligrosos” en RH, junio 15 de 1897, pág. 370).

“Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder religioso debe dominar de tal manera al gobierno civil que la autoridad del estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines” (CS 496).

“Los papistas, los protestantes y los mundanos aceptarán igualmente forma de la piedad sin el poder de ella, y verán en esta unión un gran movimiento para la conversión del mundo y el comienzo del milenio largamente esperado” (CS 646).

“Tanto en el Viejo como en el Nuevo Mundo se le tributará homenaje al papado por medio del honor que se conferirá a la institución del domingo, la cual descansa únicamente sobre la autoridad de la iglesia romana” (CS 636).

“La sagacidad y astucia de la iglesia romana asombran. Puede leer el porvenir. Se da tiempo viendo que las iglesias protestantes le están rindiendo homenaje con la aceptación del falso día de reposo y que se preparan a imponerlo con los mismos medios que ella empleó en tiempos pasados. Los que rechazan la luz de la verdad buscarán aún la ayuda de este poder se titula infalible, a fin de exaltar una institución que debe su origen Roma. No es difícil prever cuán apresuradamente ella acudirá en ayuda los protestantes en este movimiento. ¿Quién mejor que los jefes papistas para saber cómo entendérselas ron los que desobedecen a la iglesia?

“La Iglesia Católica Romana, con todas sus ramificaciones en el mundo entero, forma una vasta organización dirigida por la sede papal, y destina a servir los intereses de ésta. Instruye a sus millones de adeptos en lo los países del globo, para que se consideren obligados a obedecer al papa. Sea cual fuere la nacionalidad o el gobierno de éstos, deben considerar autoridad de la iglesia como por encima de todas las demás. Aunque juren fidelidad al estado, siempre quedará en el fondo el voto de obediencia Roma que los absuelve de toda promesa contraria a los intereses de ella (CS 637).

“Y téngase presente que Roma se jacta de no variar jamás. Los principios de Gregorio VII y de Inocencio III son aún los principios Iglesia Católica Romana; y si sólo tuviese el poder, los pondría en vigor con tanta faena hoy como en siglos pasados. Poco saben los protestantes lo que están haciendo al proponerse aceptar la ayuda de Roma en la tarea de exaltar el domingo. Mientras ellos tratan de realizar su propósito. Roma tiene su mira puesta en el restablecimiento de su poder, y tiende a recuperar su supremacía perdida. Establézcase en los Estallos Unidos el principio de que la iglesia puede emplear o dirigir el poder del estado: que las leyes civiles pueden hacer obligatorias las observancias religiosas; en una palabra, que la autoridad de la iglesia con la del estado debe dominar las conciencias. « el triunfo de Roma quedará asegurado en la gran República de la América del Norte” (CS 638).

“La iglesia papal no abandonará nunca su pretensión a la infalibilidad. Todo lo que ha hecho al perseguir a los que rechazaban sus dogmas lo da por santo y bueno; ¿y quién asegura que no volvería a las andadas siempre que se le presentase la oportunidad? Deróguense las medidas restrictivas impuestas en la actualidad por los gobiernos civiles y déjesele a Roma que recupere su antiguo poder y se verán resucitar en el acto su tiranía y sus persecuciones” (CS 620).

“Muchos, aun entre los que no favorecen al romanismo. se dan poca cuenta de! peligro con que les amenaza el poder y la influencia de Roma. Insisten en que las tinieblas intelectuales y morales que prevalecían en la Edad Media favorecían la propagación de sus dogmas y supersticiones junto con la opresión, y que el mayor caudal de inteligencia de los tiempos modernos, la difusión general de conocimientos y la libertad siempre mayor en materia de religión, impiden el reavivamiento de la intolerancia y de la tiranía. Se ridiculiza la misma idea de que pudiera volver un estado de cosas semejante en nuestros tiempos de luces. Es verdad que sobre esta generación brilla mucha luz intelectual, moral y religiosa. De las páginas abiertas de la santa Palabra de Dios, ha brotado luz del cielo sobre la tierra. Pero no hay que olvidar que cuanto mayor sea la luz concedida, tanto más densas también son las tinieblas de aquellos que la pervierten o la rechazan” (CS 628, 629).

“La Iglesia Católica le pone actualmente al mundo una cara apacible, y presenta disculpas por sus horribles crueldades. Se ha puesto vestiduras como las de Cristo; pero en realidad no ha cambiado. Todos los principios formulados por el papismo en edades pasadas subsisten en nuestros días. Lis doctrinas inventadas en los siglos más tenebrosos siguen profesándose aun. Nadie se engañe. El papado que los protestantes están ahora tan dispuestos a honrar, es el mismo que gobernaba al mundo en tiempos de la Reforma, cuando se levantaron hombres de Dios con peligro de sus vidas pata denunciar la iniquidad de él” (CS 627).

“El poder que acompaña a la proclamación del mensaje [del tercer ángel] sólo desesperará a los que se le oponen... La iglesia apelará al brazo poderoso de la autoridad civil y en esta obra los papistas y los protestantes irán nidos. Al paso que el movimiento en favor de la imposición del domingo se vuelva más audaz y decidido, la ley será invocada contra los que observan los mandamientos. Se los amenazará con multas y encarcelamientos; a algunos les ofrecerán puestos de influencia y otras ventajas para inducirlos a que renuncien a su fe” (CS 665).

“El protestantismo está ahora extendiendo sus manos a través del abismo para estrechar las manos del papado, y se está formando una confederación pisotear y tapar de la vista el sábado del cuarto mandamiento; y el hombre de, pecado, quien, a instigación de Satanás, instituyó el sábado espurio —este hijo del papado—, será exaltado para tomar el lugar de Dios” (An Appeal to Ministers and Conference Committees [Un llamado a los pastores y juntas directivas de asociación], pág. 38. Impreso por la Asociación General en 1892).

LA IMAGEN DE LA BESTIA

“... mandando [la bestia de cuernos de cordero: los Estados Unidos] a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada y vivió. Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia...” (Apoc. 13:14, 15).

Aquí la bestia de cuernos de cordero (los Estados Unidos) ordena a los moradores de la tierra que le levanten una imagen a la bestia romana, y también infunde aliento y vida a esa imagen.

Si la bestia (la primera bestia de Apoc. 13, o sea Roma papal) es una potencia eclesiástico-política perseguidora y enemiga Dios, la imagen de la bestia debe ser algo similar.

El que Estados Unidos ordene a los habitantes formar una imagen de la bestia, significa que se constituirá una organización eclesiástica que querrá también hacer imposiciones religiosas a la minoría (la observancia religiosa del domingo).

Así como la primera bestia requería del estado el concurso del poder civil para perseguir a los “herejes”, la imagen de la bestia hará lo propio en el país donde se forme La imagen de la bestia, pues, que no es otra que el falso profeta, representa al protestantismo apóstata confederado y unido al estado para imponer sus dogmas religiosos, particularmente el domingo.

‘“La ‘imagen de la bestia’ representa la forma de protestantismo aposta que se desarrollará cuando las iglesias protestantes busquen la ayuda poder civil para la imposición de sus dogmas” (CS 498).

“Sólo adulterando la ley tic Dios podía el papado elevarse sobre Di’ y quienquiera que guardase a sabiendas la ley así adulterada daría honor supremo al poder que introdujo el cambio. Tal acto de obediencia a las leyes papales seria señal de sumisión al papa en lugar de sumisión a Dios” (CS 499).

“Para que los Estados Unidos formen una imagen de la bestia, el poder religioso debe dominar de tal manera al gobierno civil que la autoridad del estado sea empleada también por la iglesia para cumplir sus fines” (CS 496).

“Cuando las iglesias principales de los Estados laudos, uniéndose en puntos comunes de doctrina, influyen sobre el estado para que imponga los decretos y las instituciones de ellas, entonces la América protestante nao formado una imagen de la jerarquía romana, y la inflicción de penas civiles contra los disidentes vendrá de por sí sola” (CS 498).

“La imposición de la observancia del domingo por parte de las iglesias protestantes es una imposición de que se adore al papado, o sea la bestia. Los que, comprendiendo las exigencias del cuarto mandamiento, optan por observar el falso día de reposo en lugar del verdadero, rinden así homenaje a aquel poder, el único que ordenó su observancia. Pero por el mismo hecho de imponer un deber religioso con ayuda del poder secular, las mismas iglesias estarían elevando una imagen a la bestia; de aquí que la imposición de la observancia del domingo en los Estados Unidos equivaldría a imponer la adoración de la bestia y de su imagen” (CS 302).

LA MARCA DE LA BESTIA

“Y [la bestia con cuernos de cordero, o sea Estados Unidos] hacía que, a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente: y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia” (Apoc. 13:16, 17).

Aunque todavía no comprendemos todo lo referente a la marca de la bestia —de la primera bestia, o sea Roma— sabemos que esa marca distinguirá a los que observan el domingo. Pero esto ocurrirá sólo cuando ellos hayan rechazado plenamente la verdad del sábado, en la ocasión en que se ponga en vigencia la ley dominical.

Es la bestia con cuernos de cordero, o sea los Estados Unidos —apoyando la demanda de la imagen de la bestia (el protestantismo apóstata confederado) — quien impone la marca de la primera bestia o sea Roma. En términos directos, es el estado el que impone la observancia religiosa del domingo por medio de leyes coercitivas, y la hace obligatoria persiguiendo a quienes quieran negarse. Primero será el estado norteamericano: pero muy luego serán los demás estados.

Dios acepta la sinceridad de los que todavía no poseen toda la luz y observan el domingo. La marca de la bestia será impuesta sólo cuando el mundo conozca bien los argumentos en favor del sábado y su base bíblica, y cada uno esté en condiciones de hacer una decisión inteligente entre la verdad y el error. Esto acontecerá cuando la observancia del domingo sea impuesta por la ley en los Estados Unidos y en los demás países.

A los que rechacen la marca de la bestia y resuelvan ser fieles a Dios en la observancia del sábado, manteniendo en sus frentes y en sus vidas el sello del Dios vivo, se les negará el disfrute de los más elementales derechos, como comprar, vender, trabajar, etc. Pero el Señor será su ayuda y protección todopoderosa.

La señal o sello de Dios se revela en la observancia del séptimo día, monumento recordativo de la creación por el Señor. ‘Habló además Jehová a Moisés diciendo: Y tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: Con todo eso vosotros guardaréis mis sábados: porque es señal entre mí y vosotros por vuestras edades, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico’ (Éxo. 31:12, 13). En este pasaje el sábado se designa claramente como señal entre Dios y su pueblo.

“La marca de la bestia es lo opuesto a esto: la observancia del primer día de la semana. Esta marca distingue a los que reconocen la supremacía de la autoridad papal de aquellos que reconocen la autoridad de Dios” (JT 3:232).

Comentando Apoc. 11:9-12, la Sra. White declara:

“Juan fue llamado a contemplar a un pueblo distinto de los que adoran a la bestia o a su imagen al guardar el primer día de la semana. La observancia de este día es la marca de la bestia” (TM 130).

“La luz que hemos recibido acerca del mensaje del tercer ángel es la verdadera luz. La marca de la bestia es exactamente lo que ha sido proclamado. No se comprende todavía todo lo referente a este asunto, ni se comprenderá hasta que se abra el rollo: pero se ha de realizar una obra muy solemne en nuestro mundo” (JT 2:371).

“El sábado será la gran piedra de toque de la lealtad; pues es el punto especialmente controvertido. Cuando esta piedra de lo que les sea aplicada finalmente a los hombres, entonces se trazará la línea de demarcación entre los que sirven a Dios y los que no le sirven. Mientras la observancia falso día de reposo (domingo), en obedecimiento a la ley del estado y oposición al cuarto mandamiento, será una declaración de obediencia a poder que está en oposición a Dios, la observancia del verdadero día reposo (sábado). en obediencia a la ley de Dios, será señal evidente de lealtad al Creador. Mientras que una clase de personas. al aceptar el de la sumisión a los poderes del mundo, recibe la marca de la bestia, la por haber escogido el signo de obediencia a la autoridad divina, recibirá el sello de Dios” (CS 663).

“Cuando los hombres rechacen entonces la institución que Dios declaró ser el signo de su autoridad, y honren en su lugar lo que Roma escogió c signo de su supremacía, ellos aceptarán de hecho el signo de la sumisión Roma, “la marca de la bestia’” (CS 502, 503).

“Durante la dispensación cristiana, el gran enemigo de la felicidad del hombre hizo al sábado del cuarto mandamiento objeto de ataques especiales. Satanás dice: ‘Obraré en forma contraria a los propósitos de Dios. Daré a mis secuaces poder para desechar el monumento de Dios, el séptimo día como día de reposo. Así demostraré al mundo que el día santificado y bendecido por Dios fue cambiado. Ese día no vivirá en la mente del pueblo. Borraré su recuerdo. Pondré en su lugar un día que no lleva las credenciales de Dios, un día que no puede ser una señal entre Dios y su pueblo. Induciré a los que acepten este día a que lo revistan ele la santidad que Dios dio al séptimo día...

“‘Las leyes humanas se volverán tan estrictas que hombres y mujeres no se atreverán a observar el séptimo día como día de reposo. Por temor a que les falten el alimento y el vestido, se unirán al mundo en la transgresión de la ley de Dios. La tierra quedará completamente bajo mi dominio” (PR 136, 137).

“Para obtener popularidad y apoyo, los legisladores cederán a la demanda de una ley dominical. Los que temen a Dios no pueden aceptar una institución que viola los preceptos del Decálogo” (JT 2:150).

“Los cristianos de las generaciones pasadas observaron el domingo creyendo guardar así el día de descanso bíblico; y ahora hay verdaderos cristianos en todas las iglesias, sin exceptuar la católica romana, que creen honradamente que el domingo es el día de reposo divinamente instituido. Dios acepta su sinceridad de propósito y su integridad. Pero cuando la observancia del domingo sea impuesta por la ley, y el mundo sea ilustrado respecto a la obligación del verdadero día de descanso, entonces el que transgrediere el mandamiento de Dios para obedecer un precepto que no tiene mayor autoridad que la de Roma, honrará con ello al papado por encima de Dios: rendirá homenaje a Roma y al poder que impone la institución establecida por Roma: adorará la bestia y su imagen. Cuando los hombres rechacen entontes la institución que Dios declaró ser el signo de su autoridad, y honren en su lugar lo que Roma escogió como signo de su supremacía, ellos aceptarán de hecho el signo de la sumisión a Roma, ‘la marca de la bestia’. Y sólo cuando la cuestión haya sido expuesta así a las claras ante los hombres, y ellos hayan sido llamados a escoger entre los Mandamientos de Dios y los mandamientos de los hombres, será cuando los que perseveren en la transgresión recibirán ‘la marca de la bestia’” (CS 502,503).

“Todos los que se nieguen a someterse serán castigados por la autoridad civil, y finalmente se decretará que son dignos de muerte. Por otra parte, la ley de Dios que impone el día de reposo del Creador exige obediencia y amenaza con la ira de Dios a los que violen sus preceptos.

“Dilucidado así el asunto, cualquiera que pisotee la ley de Dios para obedecer una ordenanza humana, recibe la marca de la bestia; acepta el signo de sumisión al poder al cual prefiere obedecer en lugar de obedecer a Dios” (CS 662).

LEYES DOMINICALES

El día 19 de mayo de 1961 la Suprema Corte de los Estados Unidos tomó por mayoría de votos una decisión de carácter histórico, que tiene un gran significado del punto de vista profético: declaró que las leyes dominicales son de carácter civil y no religioso, y por lo tanto son constitucionales. Este acuerdo abrió de par en par las puertas para el establecimiento de la legislación dominical sin trabas en todos los estados del país.

Al presente la mayor parte de los estados tienen alguna forma de ley dominical, en muchos casos con alcances restringidos. Pero existe un movimiento permanente para revisar estas leyes a los electos de hacerlas cada vez más abarcantes y estrictas. El camino está ahora expedito para que se cumpla la profecía en toda su amplitud.

No nos extenderemos más en este aspecto, pues en el Apéndice de esta obra se presentan una serie de hechos de gran significación profética sobre este tema tan vital.

EL DOMINGO COMO DÍA DE TRABAJO MISIONERO

Consagrar el domingo al trabajo misionero es arrancar el látigo de las manos de los fanáticos arbitrarios, cuyo placer sería humillar a los adventistas del séptimo día. Cuando vean que dedicamos los domingos a visitar a la gente y explicarles las Escrituras, comprenderán que es inútil querer detener nuestra obra por medio de leyes dominicales” (JT 3:395).

“Estimado hermano: Voy a tratar de contestar a su pregunta sobre lo que deberá hacer en caso de que las leyes dominicales sean sancionadas. Hablaré conforme a la luz que el Señor me diera cuando esperábamos una crisis análoga a la que parece confrontarnos ahora. Cuando el mundo, impulsado por una fuerza infernal, quiera hacer obligatoria la observancia del domingo, los adventistas del séptimo día deberán dar prueba de sabiduría, abstenerse de hacer trabajos comunes en domingo y dedicar ese día al trabajo misionero” (JT 3:395).

“Desafiar las leyes dominicales no baria más que fortalecer el espíritu perseguidor de los fanáticos que se esfuerzan por hacerlas ejecutar. No les deis ocasión de llamaros violadores de las leyes. Si no les dejáis otra tarea que la de refrenar a hombres que no temen a Dios ni al hombre, dicha tarea no tardará en perder su novedad para ellos, y verán que no les resulta lógico ni conveniente ser estrictos en lo que concierne a la observancia del domingo. Proseguid vuestro trabajo misionero, con la Biblia en la mano, y el enemigo caerá en la cuenta de que derrotó su propia causa. No se recibe la marca de la bestia por manifestar prudencia al conservar la paz absteniéndose del trabajo que ofende y consagrándose a una obra de las más importantes” (SC 204).

“Consagren los maestros de nuestras escuelas el domingo al trabajo misionero. Se me ha mostrado que así podrán desbaratar los planes del enemigo. Celebren los maestros, en compañía de sus alumnos, reuniones para aquellos que no conocen la verdad. Lograrán más así que de cualquier otro modo” (JT 3:396).

“Dedicad el domingo a hacer trabajo misionero para Dios. Maestros, acompañad a vuestros alumnos. Llevadlos a la selva, [designamos así las regiones boscosas donde las viviendas están a veces distantes de dos a tres kilómetros una de otra], y visitad a la gente en sus hogares” (JT 3:400).

DOS CLASES SOLAMENTE

Cuando llegue el tiempo de la gran crisis para la iglesia, la cristiandad se dividirá en dos grandes grupos: los que son hijos de Dios y guardan el sábado, y los que son enemigos de la verdad y observan el domingo. Los primeros —que constituirán la manada pequeña— serán despreciados, acusados y perseguidos por la mayoría.

“Los impíos se distinguirán por sus esfuerzos para derribar el monumento conmemorativo del Creador y exaltar en su lugar la institución romana. En este conflicto, la cristiandad entera se encontrará dividida en dos grandes clases: la que guardará los mandamientos de Dios y la fe de Jesús y la que adorará la bestia y su imagen y recibirá su marca. No obstante, los esfuerzos reunidos de la iglesia y del estado para compeler a los hombres. pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos” a recibir la marca de la bestia. El pueblo de Dios no se someterá” (JT 3:285).

“Todos serán llamados a elegir entre la ley ele Dios y las leyes de los hombres. En esto se trazará la línea divisoria. Habrá solamente dos clases. Todo carácter quedará plenamente definido; y todos demostrarán si elegido el lado de la lealtad o el de la rebelión” (DTG 712).

“Al final de la lucha, toda la cristiandad quedará dividida en dos grandes categorías: la de los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, y la de los que adoran la bestia y su imagen y reciben su marra” (CS 503).

“La enemistad de Satanás contra lo bueno se manifestará más y más a medida que pone en actividad sus fuerzas en esta última obra de rebelión; y toda alma que no esté plenamente entregada a Dios, y guardada por el poder divino, formará una alianza con Satanás contra el cielo, y se unirá en la batalla contra el gobernante del universo” (TM 473).

“La guerra contra la ley de Dios, que empezó en el cielo, continuará hasta el fin del tiempo. Cada hombre será probado. El mundo entero ha de decidir si quiere obedecer o desobedecer, todos serán llamados a elegir entre la ley de Dios y las leyes de los hombres. En esto se trazará la línea divisoria. Habrá solamente dos clases. Todo carácter quedará plenamente definido; y todos demostrarán si han elegido el lado de la lealtad o el de la rebelión. Entonces vendrá el fin” (DTG 712).

“Pero cuando el mundo anule la ley de Dios, ¿cuál será el efecto sobre los verdaderos obedientes y justos? ¿Serán arrastrados por la poderosa corriente del mal? Debido a que muchos se alistan bajo el estandarte del príncipe de las tinieblas, ¿serán desviados de su lealtad los hijos de Dios que guardan los mandamientos? ¡Nunca! Ninguno de los que permanecen en Cristo fallará o caerá. Los seguidores del Maestro rendirán obediencia a una autoridad más alta que la de cualquier potentado terrenal. Aunque el desprecio manifestado hacia los mandamientos de Dios induce a muchos a suprimir la verdad y a mostrar menos reverencia por ella, los fieles mantendrán en alto sus verdades distintivas con mayor fervor” (2 SM 368, 369).

EL DECRETO DE MUERTE

“Y se le permitió [a la bestia con cuernos de cordero, o sea los EE. UU.] infundir aliento a la imagen de la bestia [o sea el protestantismo apóstata unido al estado], para que la imagen hablase c hiciese matar a todo el que no la adorase” (Apoc. 13:15).

Este decreto de muerte se promulgará después que termine el tiempo de gracia, durante el tiempo de angustia, y determinará la huida de los hijos de Dios de las ciudades pequeñas (ya habrán salido de las grandes cuando se dicte la ley dominical). El decreto tendrá un plazo, al final del cual podrá ser ejecutado para destruir a los fieles.

Pero gracias a Dios nunca llegará a consumarse. Durante el tiempo que mediará hasta su cumplimiento. Dios protegerá milagrosamente a sus escogidos, a los sellados. Y en el instante preciso en que llegue el vencimiento del plazo, se producirán tremendas conmociones sobrenaturales que paralizarán a los malvados y liberarán a los justos. (En los capítulos 10 y 11 de esta obra, bajo la séptima plaga, se hace una presentación más completa de lo referente al decreto de muerte y a la liberación).

“Unidos los poderes de la tierra para hacer la guerra a los mandamientos de Dios, decretarán que todos los hombres, ‘pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y siervos’ (Apoc. 13:16), se conformen a las costumbres de la iglesia y observen el falso día de reposo. Todos los que se nieguen a someterse serán castigados por la autoridad civil, y finalmente se decretará que son dignos de muerte” (CS 662).

“Se proclamará el decreto de que [los siervos de Dios] deben despreciar el sábado del diario mandamiento, y honrar el primer día, o perder la vida” (JT 1:131).

“Vi que los cuatro ángeles iban a retener los vientos mientras no estuviese hecha la obra de Jesús en el santuario, y que entonces caerían las siete postreras plagas. Estas enfurecieron a los malvados contra los justos, pues los primeros pensaron que habíamos atraído los juicios de Dios sobre ellos, y que si podían raernos de la tierra las plagas se detendrían. Se promulgó un decreto para matar a los santos, lo cual los hizo clamar día y noche por su libramiento. Este fue el tiempo de la angustia de Jacob” (PE 36, 37).

“La ira del hombre se despertará en forma especial contra aquellos que santifican el sábado del cuarto mandamiento; y al fin un decreto universal los denunciará como merecedores de muerte” (PR 376).

“Cuando los que honran la ley de Dios hayan sido privados de la protección de las leyes humanas, empezará en varios países un movimiento simultáneo para destruirlos. Conforme vaya acercándose el tiempo señalado en el decreto, el pueblo conspirará para extirpar la secta aborrecida, convendrá en dar una noche el golpe decisivo, que reducirá completamente al silencio la voz disidente y reprensora” (CS 693).

Aquí se dice que se pondrá en efecto por la noche el decreto de muerte. De acuerdo con la ley civil, el día legal comienza a la media noche. Por lo tanto, podemos suponer que el tiempo para la ejecución de este decreto comenzará a la media noche. Más adelante observaremos que será a la media noche cuando Dios manifestará su poder para liberar a su pueblo.

Transcurrirá cierto período de tiempo entre la promulgación del decreto y la fecha de su ejecución. No sabemos cuál será su duración.

 

“Los centinelas celestiales, fieles a su cometido, siguen vigilando. Por más que un decreto general haya fijado el tiempo en que los observadores de los mandamientos puedan ser muertos, sus enemigos, en algunos casos se anticiparán al decreto y tratarán de quitarles la vida antes del tiempo fijado. Pero nadie puede atravesar el cordón de los poderosos guardianes colocados en torno de cada fiel. Algunos son atacados al huir de las ciudades y villas. Pero las espadas levantadas contra ellos se quiebran y caen como si fueran de paja. Otros son defendidos por ángeles en forma de guerreros (CS 689).

“El decreto que ha de proclamarse contra el pueblo de Dios será muy lar al que promulgó Asuero contra los judíos en el tiempo de Ester” (JT 2:149).

“Cuando el decreto promulgado por los diversos príncipes y dignatarios de la cristiandad contra los que observan los mandamientos, suspenda la protección y las garantías del gobierno y los abandone a los que tratan aniquilarlos, el pueblo de Dios huirá de las ciudades y de los pueblos y unirá en grupos para vivir en los lugares más desiertos y solitarios. Muchos encontrarán refugio en puntos ele difícil acceso en las montañas” (CS 683, 684).

ABANDONO DE LAS CIUDADES

Bondadosamente Dios nos ha dado advertencias anticipadas con respecto a los tiempos de perplejidad que esperan a la iglesia, en especial cuando se promulgue el decreto que despoje a los observadores del sábado del derecho de comprar lo necesario para la vida. Muchas familias, a medida que el Señor abra el camino, abandonarán las ciudades anticipándose a la crisis, y por muchas razones valederas elegirán para su residencia un ambiente rural que favorecerá el bienestar físico y espiritual. Allí, en una parcela de tierra, podrán cultivar los alimentos para la familia.

“No hemos de establecernos donde nos veamos forzados a una estrecha relación con los que no honran a Dios. . . Pronto ha de sobrevenir una crisis con respecto a la observancia del domingo...

“Los partidarios del domingo se están fortaleciendo en sus falsas pretensiones, y esto significará opresión para los que determinen observar el sábado del Señor. Hemos de establecernos donde podamos cumplir plenamente el mandamiento del sábado. Y hemos de ser cuidadosos para no lijar nuestra residencia donde nos será difícil a nosotros y a nuestros hijos observar el sábado.

“Si en la providencia de Dios podemos hallar lugares que estén lejos de las ciudades, el Señor quiere que lo hagamos. Tiempos de dificultades nos aguardan” (MS 99, 1908, publicado en CL 20, 21).

“Muy pronto llegará el día en que el poder dominante de los sindicatos de los trabajadores será muy opresivo. El Señor ha indicado vez tras vez que nuestro pueblo debe sacar a sus familias de las ciudades y llevarlas al campo, adonde puedan cultivar sus propios alimentos; pues en el futuro, el problema de comprar y vender será muy serio. Debemos empezar ahora a seguir la instrucción dada en forma reiterada: Salid de las ciudades e id a los lugares apartados, donde las casas no estén amontonadas y donde os veáis libres de la interferencia de los enemigos” (Carta 5, 1904; CL 9, 10).

HUIDA DE EMERGENCIA

Cuando se dicte y se ponga en vigencia en toda su amplitud ‘a ley dominical, será tiempo para que los fieles abandonen las pandes ciudades. Esto podrá ocurrir bien en breve.

Después que finalice el tiempo de gracia, mientras las plagas penden amándose, y cuando se promulgue el decreto de muerte, los hijos de Dios huirán de las pequeñas ciudades, los pueblos y las áreas pobladas.

“No es ahora tiempo para que el pueblo de Dios fije sus afectos o se haga tesoros en el mundo. No está lejano el tiempo en que, como los primeros discípulos, seremos obligados a buscar refugio en lugares desolados y solitarios. Así como el sitio de Jerusalén por los ejércitos romanos fue la señal para que huyesen los cristianos ele Judea, así la asunción de poder por parte de nuestra nación [los Estados Unidos], con el decreto que imponga el día de descanso papal, será para nosotros una amonestación. Entonces será tiempo ele abandonar las grandes ciudades, y prepararnos para abandonar las menores en busca de hogares retraídos en lugares apartados entre las montañas” (JT 2:165, 166).

“Cuando el decreto promulgado por los diversos príncipes y dignatarios de la cristiandad contra los que observan los mandamientos, suspenda la protección y las garantías del gobierno y los abandone a los que tratan de aniquilarlos, el pueblo de Dios huirá de las ciudades y de los pueblos y se unirá en grupos para vivir en los lugares más desiertos y solitarios. Muchos encontrarán refugio en puntos de difícil acceso en las montañas... Pero muchos seres humanos de todas las naciones y de todas clases, grandes y pequeños, ricos y pobres, negros y blancos, serán arrojados en la más injusta y cruel servidumbre. Los amados de Dios pasarán días penosos, encadenados, encerrados en cárceles, sentenciados a muerte, algunos abandonados adrede para morir de hambre y sed en sombríos y repugnantes calabozos. Ningún oído humano escuchará sus lamentos: ninguna mano humana se aprontará a socorrerlos... Aunque los enemigos los arrojen a la cárcel, las paredes de los calabozos no pueden interceptar la comunicación entre sus almas y Cristo. Aquel que conoce todas sus debilidades, que ve todas sus pruebas, está por encima de todos los poderes de la tierra; y acudirán ángeles a celdas solitarias, trayéndoles luz y paz del cielo” (CS 683-685).

“Vi a los santos abandonar las ciudades y los pueblos y juntarse en grupos para vivir en los lugares más apartados. Los ángeles los proveían de comida y agua, mientras que los impíos sufrían hambre y sed” (PE 282).

EL CÁNTICO DE VICTORIA

Gracias a Dios que en el cuadro profético que nos pinta la pluma inspirada de los escritores bíblicos y de la sierva de Dios, la manada pequeña, compuesta por los santos que llevan el sello de Dios, se mantiene fiel, atraviesa incólume la hora de prueba, es protegida maravillosamente por el Altísimo, y termina sobre el mar de vidrio entonando el cántico de victoria. Dice el profeta: “Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y a los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio con las arpas de Dios. Y cantan el cántico de Moisés siervo de Dios, y el cántico del Cordero” (Apoc. 15:2, 3).

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