El libro de Apocalipsis revela que el conflicto venidero gira en torno a la adoración. Satanás desafiará la autoridad de Dios intentando socavar su Ley. El sábado se convertirá en el epicentro de un conflicto mundial sobre la adoración. Satanás odia el sábado porque odia al Creador. El príncipe de las tinieblas desprecia la luz que emana de la Ley de Dios, y utilizará la coacción, la presión y la fuerza para socavar nuestro compromiso con Cristo. El llamado final de Dios es un llamado a la fidelidad a pesar de la persecución, los boicots económicos, el encarcelamiento y los decretos de muerte.
No debemos temer. Jesús es "el autor y consumador de la fe" (Heb. 12:2). Él nos dará la fuerza que necesitamos para sobrevivir al conflicto final de la Tierra. Aunque Satanás desatará su furia sobre la iglesia de Dios de los últimos tiempos, el mensaje alentador del libro del Apocalipsis es que Cristo y su iglesia triunfarán al final.
El conflicto final del Apocalipsis
El mensaje de Apocalipsis supone mucho más que símbolos crípticos, bestias extrañas e imágenes peculiares. Habla de verdades eternas, dirigidas por un Dios amoroso a la generación de los últimos tiempos. El conflicto entre Cristo y Satanás surgió en el cielo en torno a la adoración, y llegará a su punto culminante en torno a la adoración.
El fundamento de toda adoración verdadera es que Dios nos creó. Como seres creados, fuimos hechos para adorar a nuestro Creador. Apocalipsis 4:11 afirma: "Señor y Dios, digno eres de recibir gloria, honra y poder; porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad fueron creadas y existen". A través de todo el Apocalipsis, la adoración y la creación están indisolublemente unidas. Apocalipsis 14:7 nos llama a adorar al Señor "que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas". Las referencias al cielo, la tierra y el mar provienen del mandamiento del sábado en Éxodo 20:11. Adorar al Creadores honrar el sábado. Con el telón de fondo de la teoría de la evolución, la cual ha tomado al mundo por asalto en los dos últimos siglos, el sábado es un recordatorio eterno de nuestra identidad. Reafirma la noción de que somos seres creados y de que nuestro Creador es digno de nuestra lealtad y adoración.
Elena de White destaca que el punto culminante de esta gran controversia entre el bien y el mal es la adoración, tal como se expresa en el cuarto mandamiento:
El sábado será la gran prueba de lealtad, pues es el punto de verdad especialmente controvertido. Cuando la prueba final les sea aplicada a los hombres, entonces se trazará la línea de demarcación entre quienes sirven a Dios y quienes no lo sirven. Mientras la observancia del falso día de reposo (domingo) -en obediencia a la ley del Estado y en oposición al cuarto mandamiento- será una declaración de obediencia aun poder que está en oposición a Dios, la observancia del verdadero día de reposo (sábado) -en obediencia a la ley de Dios- será una evidencia de lealtad al Creador. Mientras una clase de personas, al aceptar el signo de la sumisión a los poderes terrenales, recibe la marca de la bestia, la otra, por haber elegido el signo de obediencia a la autoridad divina, recibirá el sello de Dios.62
Apocalipsis 14:12 afirma que estos seguidores comprometidos del Salvador tendrán "la fe de Jesús". Esta es una fe tan profunda que confía cuando no se puede ver. Es un don de Jesús que nos acompañará durante la crisis que se avecina. Cuando Jesús colgaba de la cruz cargando con la culpa de los pecados de toda la humanidad, confió cuando parecía que estaba destinado a entraren el sepulcro para no salir jamás. Confió en el amor de su Padre durante la crisis de la cruz.
Dios dará a sus seguidores comprometidos la fe para resistir la cruenta guerra de Satanás contra Dios. Desde que Jesús murió en la cruz, el enemigo sabe que está derrotado, pero está decidido a llevarse al mayor número de personas posible. Su primera estrategia en esta campaña es el engaño. Cuando este no funcione, recurrirá a la fuerza.
La persecución religiosa, por supuesto, no es nueva. Existe desde que Caín mató a Abel por obedecer el mandato de Dios. Jesús dijo que ocurriría incluso entre los creyentes. Advirtió a sus discípulos de la persecución a la que se enfrentarían en los primeros siglos del cristianismo: "Los expulsarán de las sinagogas; y llegará el día en que cualquiera que los mate pensará que está prestando un servicio a Dios" (Juan 16:2, NVl). En 1 Pedro 4:12, el apóstol añade: "Queridos amigos, no se sorprendan de las pruebas de fuego por las que están atravesando, como si algo extraño les sucediera" (NTV).
Antes de su conversión, camino a Damasco, Saulo de Tarso persiguió ferozmente a los cristianos. Juan fue desterrado por su fe a la isla de Patmos a fines del siglo I por el emperador romano Domiciano. Los emperadores romanos paganos Decio y Diocleciano fueron acérrimos opositores y perseguidores de los cristianos en los siglos III y IV d. C.
Tras el colapso del Imperio Romano, aproximadamente entre el 351 y el 476 d. C., el Estado romano se unió a la iglesia de Roma. Esta unión de la Iglesia y el Estado condujo a la despiadada persecución de los cristianos creyentes en la Biblia por parte de la iglesia medieval. Durante este largo período de 1.260 años, millones de personas fueron martirizadas por su fe en Cristo y en su Palabra.
La marca de la bestia es el último eslabón de esta cadena de maldad. Al igual que las persecuciones del pasado, está destinada a obligar a todos a ajustarse a un determinado conjunto de creencias y a un sistema de adoración aprobado. La profecía dice que la persecución comenzará con sanciones económicas: "ninguno pueda comprar ni vender, sino el que tenga la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre" (Apoc. 13:17).
Sin embargo, el Dios amoroso jamás recurrirá a la coacción ni a la presión para cumplir sus propósitos con la humanidad. "Dios no violenta nunca la voluntad o la conciencia; pero Satanás recurre constantemente a la violencia para dominar a quienes no puede seducir de otro modo. A través del temor o de la fuerza procura regir la conciencia y hacerse tributar homenaje. Y para conseguir esto obra por medio de las autoridades religiosas y seculares y las induce a que impongan leyes humanas contrarias a la ley de Dios".63
El diablo está preparando a los que profesan ser cristianos para que de forma gradual comprometan su fe y reciban la marca de la bestia cuando llegue la prueba final. Cuando parece que el mundo entero sigue a la bestia con una admiración pasmosa (vers. 2, 4), la escena cambia súbitamente y la cámara profética enfoca al pueblo de Dios. Apocalipsis 14:12 nos ofrece esta imagen: "¡Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús!". El pueblo de Dios vive una vida de obediencia piadosa, motivada por el amor. Sin embargo, la bestia utiliza la fuerza, la coacción, el soborno y las recompensas.
Quizá te estás preguntando: ¿Quién es la bestia poderosa descrita en Apocalipsis 13? ¿Cuáles son las características que identifican a esta bestia? ¿Es la bestia una persona, un poder gubernamental o una confesión religiosa? El libro de Apocalipsis identifica al dragón como el diablo o Satanás, que da la sede de su gobierno, autoridad y poder a la bestia (Apoc. 13:1, 2,4). Apocalipsis 12:3-5 dice que este "dragón", el diablo, intentó destruir a un "hijo varón" en cuanto nació, pero el Niño fue más tarde "arrebatado para Dios y para su trono". Este Niño varón es obviamente Jesús. Aunque el dragón es principalmente Satanás, fue él quien, a través de la Roma pagana, intentó destruir a Cristo. El dragón es el archienemigo de Dios y trabaja a través de instituciones políticas y religiosas para cumplir sus propósitos.
Sea quien sea esta bestia, "el dragón le dio su poder, su trono y gran autoridad" (Apoc. 13:2). Esta profecía se cumplió cuando el emperador Constantino trasladó la capital de Roma a lo que luego se conocería como Constantinopla, en la actual Turquía. Esto dejó un vacío de poder en la antigua sede de los Césares: la ciudad imperial de Roma.
Un análisis cuidadoso revela que la bestia marina de Apocalipsis 13 y 14 es un poder religioso apóstata que surge de Roma y se convierte en un sistema mundial de adoración (Apoc. 13:3, 4). La bestia no es una persona, sino una organización religiosa que ha sustituido la verdad de la Palabra de Dios por decretos humanos.
Según Apocalipsis 13:1 -6, este poder que surge del mar procede de una zona poblada y recibe su trono, poder y gran autoridad de la Roma pagana. Es un sistema mundial de adoración que blasfema contra el Dios verdadero. La blasfemia se produce de dos maneras: (1) pretende ser o dice ser Dios (Juan 10:33), y (2) se atribuye el poder de perdonar pecados (Luc. 5:21).
Las acusaciones de blasfemia que hicieron fariseos a Jesús fueron injustas. Él era verdaderamente Dios y tenía todos los poderes y prerrogativas de Dios, incluido el derecho a perdonar los pecados. Sin embargo, la Iglesia Romana es culpable de blasfemia por dos motivos: primero, afirma que sus sacerdotes tienen el poder de perdonar los pecados; segundo, atribuye al Papa las prerrogativas de Dios en la Tierra.
En la actualidad, los líderes mundiales dan la bienvenida al papa cuando viaja por el mundo como embajador de la iglesia de Roma. En nuestro mundo inestable, se está preparando el escenario para que el pontífice romano se convierta en el supuesto líder moral del mundo y convoque a la unidad. E) 6 de junio de 2012, durante un discurso ante más de 15.000 personas reunidas en la Plaza de San Pedro de la Ciudad del Vaticano, el Papa Benedicto XVI declaró: "El domingo debe ser un día de descanso para todos; para que la gente pueda tener libertad para estar con sus familias y con Dios. [...] Al defender el domingo, se defiende la libertad humana".1
En su discurso, el Papa propuso que el domingo se convirtiera en el distintivo de un movimiento que defienda los derechos humanos, proteja a los trabajadores del exceso de trabajo y preserve la unidad familiar. ¿Y a dónde conduce este movimiento? El conflicto de los siglos nos lo dice:
Los que honran el sábado de la Biblia serán denunciados como enemigos de la ley y el orden, como quebrantadores de las restricciones morales de la sociedad, y por tanto causantes de anarquía y corrupción, las cuales atraen sobre la Tierra los juicios de Dios. Sus escrúpulos de conciencia serán denunciados como obstinación, terquedad y desprecio a la autoridad. Serán acusados de deslealtad hacia el gobierno. Los ministros que niegan la obligación de observar la ley divina predicarán desde el púlpito que hay que obedecer a las autoridades civiles porque fueron instituidas por Dios. En las asambleas legislativas y en las cortes de justicia se calumniará y condenará a los que guardan los mandamientos.65
En tiempos de agitación política, desastres naturales, crisis económica y anarquía desenfrenada, la humanidad estará preparada para que un líder "moral" la guíe para salir de todas estas calamidades. El diablo no se limita a una sola estrategia para hacerse con el control de la Tierra. También actuará mediante falsos avivamientos religiosos, señales, prodigios y falsos milagros. Sin embargo, para cumplir plenamente sus propósitos, necesitará socios.
La bestia que sale de la tierra
La segunda bestia de Apocalipsis 13 es "semejante a un cordero", lo que indica que se trata de una nación joven e inocente. El surgimiento de Estados Unidos se ajusta exactamente a esta descripción. Este país declaró su independencia en 1776, adoptó su Constitución en 1789 y fue reconocido como potencia mundial a finales del siglo XIX.
Esta bestia semejante a un cordero "tenía dos cuernos semejantes a los de un cordero, pero hablaba como un dragón" (vers. 11). En la profecía bíblica, los cuernos simbolizan poder: el poder del reino o nación que se representa. Nótese que esta bestia no tiene ninguna corona sobre sus cuernos. Esto parece indicar que este poder no es una monarquía. Los dos cuernos podrían representar los dos principios primarios de gobierno de los Estados Unidos: la libertad política y la religiosa. Pero la escena profética cambia rápidamente.
Esta nación semejante a un cordero termina hablando como un dragón. "Ejerce toda la autoridad de la primera bestia" y abandona sus principios de libertad religiosa (vers. 12). Hará "que la tierra y sus habitantes adoren a la primera bestia" (vers. 12). Estados Unidos tomará la iniciativa de imponer la autoridad de la primera bestia y de exigir a todos los habitantes de la Tierra que la adoren reconociendo su autoridad espiritual y secular. Satanás obrará señales y prodigios para engañar al mundo de modo que se haga imagen de la primera bestia. Según esta profecía, Estados Unidos combinará los poderes de la autoridad civil con los de la autoridad religiosa del cristianismo apóstata para formar una imagen de la bestia: la unión de la Iglesia y el Estado. Exigirá a todos que se adore a esta imagen. El conflicto de los siglos describe este proceso:
"Los dignatarios de la Iglesia y el Estado se unirán para sobornar, persuadir u obligar a que todos honren el domingo. La falta de autoridad divina se suplirá con ordenanzas opresivas. La corrupción política está destruyendo el amor a la justicia y el respeto a la verdad; y hasta en la libre Norteamérica los gobernadores y los legisladores, con el fin de asegurarse el favor público, se doblegarán ante la demanda popular de una ley que imponga la observancia del domingo. La libertad de conciencia, que tantos sacrificios ha costado, ya no será respetada".2
Dios ha revelado los acontecimientos de los últimos días para preparamos para la crisis que se avecina. Con amor, hace brillar la luz de la profecía sobre el camino que nos espera. El apóstol Pedro nos asegura: "Contamos con la muy confiable palabra profética, a la cual ustedes hacen bien en atender, que es como una antorcha que alumbra en la oscuridad" (2 Ped. 1:19, RVC). La razón por la que el Espíritu Santo nos ha revelado estas verdades divinas es para transformar nuestras vidas para que estemos preparados para estos acontecimientos venideros. Está preparando a un pueblo que saldrá victorioso en la última guerra de la Tierra.
Pero Dios tendrá un pueblo en la Tierra que sostendrá la Biblia y la Biblia sola como regla fija de todas las doctrinas y base de todas las reformas. Ni las opiniones de los sabios, ni las deducciones de la ciencia, ni los credos o las decisiones de concilios ecuménicos, tan numerosos y discordantes como lo son las iglesias que representan, ni la voz de las mayorías; nada de eso, ni en conjunto ni en parte, debe ser considerado como evidencia a favor o en contra de cualquier punto de fe religiosa. Antes de aceptar cualquier doctrina o precepto debemos exigir un categórico "Así dice Jehová".67
Guiado por la Palabra de Dios y sostenido por el amor de Cristo, el pueblo de Dios no desfallecerá durante los tiempos difíciles que se avecinan. Sobrevivirá a los desafíos que se aproximan. La fe de Jesús llenará sus corazones, fortaleciéndolos y apoyándolos, animándolos y dándoles poder, preservándolos y protegiéndolos. Jesús nunca ha perdido una batalla contra Satanás, así que también saldrá victorioso en la última batalla de la Tierra.
62 ¡bíd., p. 663.
1 Cathoiic Sun, 6 de junio de 2012, https://www.catholicsun.org/2012/06/06/ sundays-must-be-a-day-of-rest-dedicated-to-god-family-pope-says/.
2 Ibíd.
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