Espíritu Santo: Dios o Fuerza
Cierto sábado en la clase de juveniles
nos tocó estudiar el tema del Espíritu Santo, pregunté a los adolescentes:
¿Cómo se imaginan que es el Espíritu Santo? y ¿Cómo se imaginan que es Dios el
Padre? Me atrevería realizarles las mismas preguntas; mientras imaginas cómo es
el Espíritu Santo y Cómo es Dios el Padre ¿Qué similitudes y diferencias
encuentras? Posiblemente te sucede lo que a muchos le sucede tienen claro que
el Dios el Padre es espíritu por lo cual no lo podemos ver, pero les resulta difícil
imaginar al Espíritu Santo en la misma naturaleza que al Padre, por lo cual
algunos estudiantes de la Biblia como los Testigos de Jehová llegaron a la conclusión
de que el Espíritu Santo es una Fuerza.
Empecemos por considerar que es una
fuerza, según la definición que encontramos en internet dice que es la “capacidad
de una cosa material o inmaterial para producir un efecto”, en la misma página
leemos “poder o capacidad de una cosa para influir o imponerse” o “capacidad
moral para soportar un dolor o una desgracia o para enfrentarse a determinada
circunstancia” (Diccionario de Google). En ninguna de las definiciones encontramos
que la fuerza tenga personalidad, sentimiento o afecto.
En cierta ocasión cuando Jesús sanó a
un endemoniado (Mateo 12:22-37) los fariseos cuestionaron el hecho aduciendo
que el poder que tenía Jesús para echar fuera de la persona a los demonios
provenía de Beelzebú, el príncipe de los demonios, a lo que Jesús respondió que
tal cuestionamiento lindaba con la blasfemia contra el Espíritu Santo y añadió
que cualquier pecado cometido puede ser perdonado pero la blasfemia (ofensa
verbal contra la majestad divina) no sería perdonado; si en verdad el Espíritu
Santo fuera una fuerza ¿por qué Jesús consideraría un pecado el blasfemar contra
el Espíritu Santo?
Un incidente registrado en el libro de
Hechos (Hechos 5:3-4) deja en claro que el Espíritu Santo es Dios, Pedro reprende
a Ananías por su accionar desleal y le dice que al haber pretendido mentirle a
los apóstoles le que en realidad estaba haciendo era mentir al Espíritu Santo y
añade que al haber mentido al Espíritu Santo, había mentido a Dios.
Lo que Pedro aseveraba no era algo
nuevo, Jesús mismo se los había enseñado con claridad, cuando les aseguró que
antes de volver al lado del Padre rogaría ante él para que les dé “Otro Consolador”
(Juan 14:16) que estaría con ellos por siempre; al decir “Otro Consolador”
directamente lo comparó con sí mismo. Este “Otro Consolador” tendría como
misión enseñar las verdades divinas y hacer recordar las enseñanzas de Cristo
(Juan 14:26) ¿Puede una fuerza enseñar y hacer que las personas recuerden?
En Juan 16:7 Jesús les dice a sus
apóstoles que a ellos les “convenía” que él se fuera, de otro modo el Consolador
no vendría a ellos; si tu expresas la palabra “te conviene” que hagas esto o suceda
esto, es porque algo mejor o mayor ha de venir o suceder. El Consolador vendría
para convencer a la gente de su pecado, de justicia y de juicio (Juan 16:8.
Vuelvo a la pregunta ¿Puede una fuerza realizar este trabajo, convencer de
pecado, justicia y juicio?
Pablo en 1 Corintios 12:11 enseña que
el Espíritu Santo reparte dones a los hijos de Dios, indicando que tiene
personalidad con capacidad de tomar decisiones, una fuerza no puede hacer esto.
El mismo apóstol Pablo en Romanos
8:26 asegura que el Espíritu Santo intercede por cada uno de nosotros ya que
nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, ¿Puede una fuerza interceder por
las personas?
La Biblia está lleno de textos que
nos hablan de que el Espíritu Santo es Dios y no una fuerza, atrévete a seguir
escudriñando la Biblia y añade otros textos que hablan de la obra del Dios
Espíritu Santo.
#Hedjusan.
Viernes 26 de enero del 2018
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