Mayordomía En El Edén
Con la
mayordomía sucede lo mismo que con la oración, muchos cristianos saben lo que
es, tienen conocimiento de sus bendiciones, pero muy pocos los han integrado a
su estilo de vida, a su diario vivir; si se les pregunta que saben sobre este
tema de seguro que te darán muchos pasajes bíblicos y citas de los libros de
Elena G. de White, pero lamentablemente todo ese conocimiento se quedó en
teoría nunca llegó a la práctica.
En el Edén, Adán
y Eva sabían lo que era la mayordomía, Dios les había dejado claro este tema, todo
lo que había en el Edén puso bajo su cuidado (Génesis 2:28), ellos habían sido
puestos para administrar la creación que no era de ellos, ellos no habían
creado nada, pero se beneficiarían de sus bondades; también sabemos que Dios
creo a la humanidad con la facultad de elegir, les dio la libertad para que
ellos tomaran decisiones, para ejercer esta libertad ellos deberían tener esa
posibilidad de ejercerla, es allí donde entra en escena el árbol de la ciencia
del bien y del mal (Génesis 2:9); si Dios no hubiese levantado el árbol de la
ciencia del bien y del mal en el Edén, la libertad con que Adán y Eva fueron
creados hubiera sido ficticio porque no hubieran podido ejercerla.
Una vez terminado
la creación, Dios como todo buen director general de una compañía llamó a Adán
y Eva y les indicó que debían hacer y que no debían hacer; todo estaba bajo su
cuidado, de todo árbol del huerto podían comer a excepción de uno, el fruto del
árbol de la ciencia del bien y del mal, si lo hacían la consecuencia sería la
destitución de la empresa, en este caso la muerte (Génesis 2:16-17).
Más claro no
podían estar las cosas, ellos no eran dueños, ellos solo eran administradores; la
autoridad que tenían sobre la creación tenía límites, esos límites lo había
dejado claro el Creador, en saber moverse dentro de estos límites estaba
inmerso su mayordomía; Adán y Eva tendrían que determinar cómo ejercer su libertad
de elección, aceptar los designios divinos los convertiría en buenos
mayordomos, ignorar los mandatos de Dios los convertiría en malos mayordomos o
en usurpadores de bienes ajenos.
Lamentablemente
la primera pareja hizo mal uso de su libertad de elección (Génesis 3:6),
fracasaron en su mayordomía, menospreciaron las palabras del Creador, se
apropiaron de lo que no eran suyo, comieron lo que no se les había entregado
para su alimentación, por lo que sumieron a toda la creación y las generaciones
venideras a fatales consecuencias.
Tras su fracaso
en su mayordomía quisieron buscar culpables (Génesis 3:13-15), Adán culpó a Eva,
Eva culpó a la serpiente, la serpiente no encontró a quien culpar, porque al final
de cuentas los animales no hablan, habló porque Satanás había tomado posesión
de ella. Adán y Eva no podían culpar a nadie de la decisión que habían tomado,
tal como nosotros no podemos culpara a nadie de las decisiones que tomamos;
Satanás puede tentarnos como tentó a Jesús y a la primera pareja, pero la
decisión final la tomamos cada uno de nosotros.
El fracaso en la
mayordomía hizo que la primera pareja perdiera su morada en el Edén (Génesis
3:24), el éxito en ejercer la mayordomía hará que cada uno de los seres humanos
recuperemos el Edén perdido.
Mayordomía es la
sabía administración de la vida.
#Hedjusan.
Domingo 28 de enero del 2018
Domingo 28 de enero del 2018
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