Misterios Resueltos y
Misterios Sin Resolver
Cierta mañana el Faraón de
Egipto despertó con el espíritu muy perturbado, había tenido dos sueños muy
misteriosos, como todo Faraón de aquellos tiempos mandó llamara a todos los
magos y sabios de la corte, les refirió que había soñado a siete vacas hermosas
y gordas que pacían en el campo y que de pronto fueron tragados por siete vacas
flacas y espantosos; luego soñó siete espigas llenas y hermosas las cuales
también fueron devoradas por otras siete espigas menudas (Génesis 41:1-36);
acto seguido ordenó que los sabios y adivinos le interpreten los misteriosos
sueños que le tenían muy preocupado, ninguno de los pretendidos entendidos en
misterios pudo interpretar los sueños.
Nabucodonosor, el gran rey
del Imperio Babilonio, tuvo un sueño que no podía recordar, pero que estaba
seguro que había soñado algo muy importante, la preocupación por recordar lo
soñado hizo que se le fuera el sueño, entonces mandó llamar a todos los magos,
astrólogos, encantadores y caldeos de la corte para que le dijeran cuál había
sido el sueño que había tenido y a la vez le interpretaran dicho sueño (Daniel
2:1-49). Los magos, astrólogos, encantadores y caldeos reconocieron su
incapacidad para resolver este misterio por lo que el rey les condenó a morir
con los suyos.
José fue llevado ante el
Faraón para interpretar el sueño de las vacas y las espigas, José dejó en claro
al Faraón que la capacidad para resolver el misterio que preocupaba al Faraón
no estaba en él sino en Dios, quien daría respuesta al pedido del Faraón
(Génesis 41:16), efectivamente Dios reveló el misterio a José y este lo refirió
al Faraón. El mensaje de este misterio revelado tenía relación con el pueblo de
Dios.
Daniel se presentó ante
Nabucodonosor para pedirle tiempo, asegurándoles que él revelaría el misterio
al rey. Daniel buscó a sus tres amigos para que se unieran a él en oración,
para pedir que Dios revele el misterio (Daniel 2:18) y los salvase de la
muerte. Dios revelo el misterio a Daniel (v.19), Nabucodonosor quedó complacido
con el servicio de Daniel y reconoció que el Dios de Daniel era Dios de dioses.
El mensaje revelado del misterio tenía relación con el pueblo de Dios.
Jesús solía explicar a la
multitud el evangelio del reino por medio de parábolas, en cierta ocasión los
discípulos le preguntaron: ¿por qué les
hablas por parábolas?, a lo que Jesús les respondió: “Por qué a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los
cielos; mas a ellos no les es dado” (Mateo 13:11).
El origen y el pecado en sí
mismo es un misterio, no es posible dar una explicación racional de ello; el
plan de salvación es un misterio que muy pocos han llegado a entender, por lo
que para la gran mayoría de los seres humanos es una locura (1 Corintios 1:18).
La encarnación de Dios es otro misterio que solo podemos explicarlo a la luz
del amor de Dios; la resurrección otro misterio que la ciencia hasta ahora no
puede ni podrá explicar; el cómo Cristo cargó nuestros pecados, pero es sin mancha
otro misterio sin poder explicar; las profecías escritas cientos de años antes
sobre el ministerio del Salvador y cuyo cumplimiento se dio al pie de la letra otro
misterio. El evangelio es un misterio para los seres humanos y ante su
impotencia de no poder entenderla, optan por lo más fácil, descalificarla.
Los misterios revelados de
la salvación están escritos en La Biblia, nos han sido confiados para presentarlo
de la manera más sencilla y todo aquel que quiera abrir su corazón al Espíritu
Santo lo entenderá. Los misterios de Dios que no han sido revelados en su
Palabra no deben ser tema de discusión en base a argumentos humanos.
Si Dios desea revelar
algún misterio oculto hasta hoy lo hará, y de seguro que esta revelación irá en
consonancia con el evangelio eterno.
Que nuestro hablar siempre
esté en base a un “escrito está”, y como dice Pablo en 1 Corintios 4:6 “No hay que hacer ni decir más de lo que
dice la Biblia”(TLA).
#Hedjusan
30/01/19
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