INTRODUCCIÓN
LA VICTORIA DEL EVANGELIO
Muchos historiadores creen que las tres décadas más cruciales de la historia mundial tuvieron lugar cuando un pequeño grupo de hombres, en su mayoría judíos bajo el poder del Espíritu Santo, llevó el evangelio al mundo. El libro de Hechos de los apóstoles es un relato de esas tres décadas cruciales, que abarcan desde la resurrección de Jesús, en el año 31 d.C., hasta el fin del primer encarcelamiento
romano de Pablo, en el año 62 d.C. (Hech. 28:30). El libro debió de haberse escrito poco después, ya que la narración se detiene en ese punto, aunque existen evidencias de que Pablo fue liberado de ese
confinamiento y reanudó sus esfuerzos misioneros, predicando y viajando hasta que lo arrestaron unos años más tarde, y luego lo ejecutaron en Roma, en 67 d.C.
romano de Pablo, en el año 62 d.C. (Hech. 28:30). El libro debió de haberse escrito poco después, ya que la narración se detiene en ese punto, aunque existen evidencias de que Pablo fue liberado de ese
confinamiento y reanudó sus esfuerzos misioneros, predicando y viajando hasta que lo arrestaron unos años más tarde, y luego lo ejecutaron en Roma, en 67 d.C.
El libro de Hechos no dice nada sobre el autor, pero la tradición de la iglesia siempre lo ha identificado con Lucas, “el médico amado” de Colosenses 4:14 y compañero de viaje de Pablo (2 Tim. 4:11; Fil. 24). Tradicionalmente, también se cree que Lucas es el autor del tercer Evangelio, que sin duda alguna es el “primer libro” (NVI) mencionado en Hechos 1:1 (comparar con Luc. 1:3). Lucas y Hechos son volúmenes gemelos de los comienzos del cristianismo: su origen (la vida y el ministerio de Jesús) y su expansión (los esfuerzos misioneros de los apóstoles).
Juntos forman alrededor del 27 por ciento del Nuevo Testamento, la mayor contribución de un solo autor. En su carta a los Colosenses, Pablo se refiere a Lucas como un colega gentil, alguien que no era “de la circuncisión” (Col. 4:7-14). Lucas, entonces, es el único autor no judío de un libro del Nuevo Testamento.
Esto parece explicar uno de sus temas principales: la universalidad de la salvación. Dios no tiene favoritos. La iglesia ha sido llamada a dar testimonio a todas las personas, independientemente de su raza, clase social o género (Hech. 1:8; 2:21, 39, 40; 3:25; 10:28, 34, 35). El hecho de no testificar, ya sea por prejuicio o conveniencia, es una distorsión del evangelio y contrario a las verdades más básicas de la Palabra de Dios. Ante Dios, somos todos iguales: pecadores que necesitan la redención que ofrece Cristo Jesús.
Por ende, no es casual que el principal héroe de Lucas sea Pablo, el “apóstol a los gentiles” (Rom. 11:13), al que le dedica casi dos tercios del libro de Hechos.
Otros temas importantes que se encuentran en Hechos son: la soberanía de Dios y su propósito divino (Hech. 17:24, 25; 20:27; 23:11); la exaltación de Jesús como Señor y Salvador (Hech. 2:32, 36; 3:13, 15; 4:10-12; 5:30, 31); y especialmente el papel del Espíritu en facultar y guiar a la iglesia para su misión (Hech. 2:1-4; 4:24-31; 8:14-17, 29, 39; 10:19, 20). De hecho, los logros de la iglesia primitiva
no fueron resultado de la sabiduría ni de la capacidad humana, aunque agradó a Dios usar a alguien como Pablo para impactar al mundo de una manera que ningún otro apóstol pudo hacerlo (1 Cor. 15:10).
Hechos trata del período de formación de la iglesia primitiva, en la que hubo un crecimiento considerable, tanto administrativo como teológico. Podemos ver esto, por ejemplo, en la forma en que la iglesia trató cuestiones relacionadas con el tiempo de la segunda venida de Jesús, el estatus de
los gentiles y el papel de la fe en la salvación. Sin embargo, lo que la iglesia primitiva pudo lograr en un período tan breve es un testimonio perpetuo de lo que Dios puede hacer por medio de aquellos que humillan su corazón en oración, viven más allá de las diferencias individuales, y se dejan usar por el Espíritu para honra y gloria de Dios.
Hechos es la historia de quienes fueron llamados por Dios para comenzar la obra. Los que somos llamados por Dios para terminarla ¿qué podemos aprender de esta historia?
Wilson Paroschi es profesor de Interpretación del Nuevo Testamento en el Centro Universitario Adventista (UNASP), campus Ingeniero Coelho, San Pablo, Rep. del Brasil. Posee un Doctorado en Nuevo Testamento por la Universidad Andrews (2004) y realizó estudios posdoctorales en la Universidad de Heidelberg, Alemania (2011).
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