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LOS SHOFARS (TROMPETAS) DE LA MUERTE

LOS SHOFARS (TROMPETAS) DE LA MUERTE

Rosh Hashaná
La próxima visión nos transporta al Trono de Dios, donde siete ángeles se preparan para tocar las trompetas (Apoc. 8:2). Está a punto de ocurrir un nuevo ciclo de siete eventos. Pero, como en las siete cartas y los siete sellos, tenemos un preludio de la visión profética que nos transporta hasta al Santuario, al corazón de la festividad judía, que evoca la misión de Yeshua el Mesías. Una visión del Yeshua resucitado, en el contexto de la Pascua, precedía las cartas a las siete iglesias, y una visión de la entronización de Yeshua en el contexto del Pentecostés se presentó antes de la visión de los siete sellos.

Ahora, justo antes de los sonidos de los shqfars Oas antiguas trompetas judías), nos imaginamos el altar (Apoc. 8:3), donde un ángel quema incienso. ¡De repente el ángel arroja el contenido del incensario sobre la tierra!

La visión tiene su origen en el antiguo ritual del Templo en el que el sacerdote quemaba incienso fragante continuamente delante de Dios "cada mañana" y "al anochecer" (Éxo. 30:7, 8). El ritual se realizaba durante todo el año sobre un altar con forma de cubo. El sacerdote echaba carbones encendidos sobre el altar desde un incensario de oro. Una vez al año, en Kippur, el incienso era echado directamente en el incensario lleno de carbones, y era llevado "detrás del velo", al Lugar Santísimo (Lev. 16:12, 13). Nuestra visión nos transporta al contexto del ritual diario, en el que el sacerdote arrojaba los carbones encendidos sobre el piso entre el pórtico del Templo y el altar del incienso. El ángel apocalíptico aquí refleja las acciones del sacerdote. Un tratado rabínico, el Tamid, contiene material del siglo I a.C. incorporado en la Mishná un siglo más tarde, justo pocos años después de que se escribiera el Apocalipsis. Describe la ceremonia entera, y las similitudes con nuestro pasaje son notables. "Uno de los sacerdotes tomaba la pala y lo arrojaba entre el pórtico y el altar, y nadie podía oír la voz de su prójimo debido al ruido de la pala". "Y el ángel tomó el incensario, y lo llenó del fuego del altar, y lo arrojó a la tierra; y hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto" (Apoc. 8:5).

Según otro pasaje del Tamid, el sonido de la pala era tan fuerte que podía oírse hasta enJericó, a 24 kilómetros deJerusalén. La forma de la pala (magrea) explica el ruido de todo esto. Según el Talmud de Jerusalén, la magrea estaba perforada con cientos de agujeros (o tubos), cada uno de los cuales podía emitir varios tonos diferentes. Con cada palada, la pala podía producir una cantidad de tonos diferentes, casi como un órgano de tubos. De cualquier modo, el sonido estrepitoso de la pala, asociada con carbones encendidos, evoca la idea delJuicio y de la ira de Dios.

El profeta Ezequiel, además, desarrolla esta conexión cuando narra la misma visión de un ángel sacerdotal, vestido de lino, que echa carbones encendidos sobre Jerusalén (Eze. 1 0:2). El gesto anticipaba el fin que tendría Jerusalén. En efecto, el fuego más tarde destruiríaJerusalén (Eze. 24:9; 2 Rey. 25:9).

El hecho de que el ángel apocalíptico eche los carbones acarrea la misma amenaza. Muy similar al impacto de la pala entre el pórtico y el altar, "hubo truenos, y voces, y relámpagos, y un terremoto" (Apoc. 8:5).

El ritual del ángel, que refleja la ceremonia del Templo, está cargado con significado profético. El incienso quemado delante del Trono de Dios representa las oraciones agonizantes de los oprimidos que claman por justicia: 'jehová, a ti he clamado; apresúrate a mí; escucha mi voz cuando te invocare. Suba mi oración delante de ti como el incienso, el don de mis.manos como la ofrenda de la tarde" (Sal. 141: 1, 2).

Nuestro pasaje encuentra eco en las lamentaciones del quinto sello, que también se elevan del mismo altar del incienso (Apoc. 6:9, 1 0). El acto simbólico del ángel ahora asume un significado pleno: es la respuesta de Dios a las oraciones de los oprimidos.

La apertura del quinto sello derramaba la sangre de las víctimas que clamaban por venganza contra "los que moran en la tierra" (vers. 1 0). Ahora los shqfars anuncian la venganza inminente sobre "los que moran en la tierra" (Apoc. 8: 13). La intención de vengarse resuena claramente en el mensaje del séptimo shofar: "[ ... ] tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos [ ... ] y de destruir a los que destruyen la tierra" (Apoc. 11: 18).

Los shofars responden a los sellos como la venganza responde a la opresión. Los sellos nos revelaban la opresión, y ahora los shqfars proclaman juicio.

La imagen de las trompetas es especialmente insinuante. En realidad, el texto habla de shqfars, no de trompetas. La palabra griega salpigx, traducida en nuestras Biblias como "trompeta", es la traducción
que emplea la Septuaginta para la palabra hebrea shqfar. Los antiguos soplaban el cuerno de carnero en ocasiones solemnes, como la guerra y el juicio. Los sacerdotes tocaron el shqfor en la conquista de Jericó (Jos. 6:4, 6, 8, 13) para anunciar victoria, y en la fiesta de las expiaciones (Lev. 25:9) para proclamar el día del juicio del Señor.

Hasta ahora el Apocalipsis había mencionado al shqfar solo esporádicamente: una vez antes de las cartas a las iglesias (Apoc. 1: 1 O) y una vez antes de los sellos (Apoc. 4:1 ). Ahora el volumen del shqfar se ha intensificado, y resuena a lo largo de la historia. Al igual que las oraciones que emanan hacia el cielo, ahora oímos los shqfors constantemente. La asociación entre los shofars y las oraciones se da en el contexto de la fiesta de las "trompetas" (es decir, de los "shofars"). Esta fiesta sigue al Pentecostés y se celebra el primer día del séptimo mes (Tishri: septiembre-octubre) del calendario hebreo (Lev. 23:23- 25). Es el Año Nuevo judío (Rosh Hashaná).

Por diez días, el uso del shqfor les recuerda a los judíos que han de prepararse para el Día de la Expiación (el 10 de Tishri). Cada mañana recitan el selihot (pedidos de perdón), al igual que los trece atributos de la gracia de Dios (Éxo. 34:6, 7). Las lecturas de la Torá incluyen selecciones de pasajes relacionados con el nacimiento y el sacrificio de Isaac, que evoca al Dios que recuerda y responde incluso pedidos imposibles (Gén. 21, 22).

En el contexto del Apocalipsis, la alusión a los shofors amplía la visión profética con la misma nota de esperanza, juicio y llamado al arrepentimiento.

El ángel vestido de lino que quema el incienso delante de Dios representa a Yeshua, que desde su entronización intercede delante del Dios de los cielos. Al mismo tiempo, el incensario de carbones encendidos echados entre el pórtico y el altar anuncia un llamado al arrepentimiento, al hacerse eco del dramático sonido del shqfor. 

El libro de Joel también equipara el sonido del shqfor que llama a Israel al arrepentimiento con la intercesión del sacerdote "entre la entrada y el altar": "Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón [ .. .]. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente [ ... ]. Tocad trompeta [shqfor] en Sion [ ... ].Lloren los sacerdotes ministros deJehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo[ ... ]" Goel2:12-17).

Por medio de las alusiones a la Fiesta de las Trompetas y a las exhortaciones del profetaJoel, la visión del Apocalipsis nos advierte acerca delJuicio venidero, pero también nos asegura la respuesta de Dios. Es un llamado al arrepentimiento, una súplica para volverse a Dios.
En la perspectiva profética, la Fiesta de los Shqfors precede al gran día del Juicio .. La entronización del Mesías en el contexto del Pentecostés introducía el ciclo de los siete sellos. La Fiesta de los Shofars, un acontecimiento pensado como preparación para el juicio, ahora inaugura el ciclo de los siete shqfors. La Fiesta de los Shofars une las fiestas de la primavera con las fiestas del otoño (Núm. 29:1 ). Los siete toques del shqfor que salpican la historia sirven para advertirle al pueblo de la tierra acerca del día del juicio de Dios. Porque, aunque el gran día deljuicio ocurrirá al fin del tiempo, tiene consecuencias para nuestras vidas diarias incluso ahora.

Los siete shofars

Los shofars se hacen eco de los siete sellos, y cubren el mismo período: la apostasía de la iglesia y la opresión de los demás. El primer y el séptimo sellos, que enmarcan este período, no tienen conexión
con la opresión. Durante el primer sello, la iglesia todavía es fiel a sus comienzos y se deja guiar por Yeshua el Mesías. El último sello marca el fin de la historia humana y anuncia el descenso de Dios. Los shqfars se hacen eco del período histórico entre el segundo y el sexto sellos:

Primer sello
Caballo blanco
Segundo sello                                                        Primer y segundo shofars
Caballo bermejo, que mata                                    "Fuego", "sangre"
(se insinúa sangre)
Tercer sello                                                            Tercer shofar
Escasez de grano                                                    Escasez de agua
Caballo negro
                                                                          Cuarto shofar                                                           
                                                                          Oscuridad

Cuarto sello                                                           Quinto shofar
Muerte ("Muerte", "Hades")                                   Destructor (''Abadón", ''Apolión")
Quinto sello                                                            Sexto shofar
Voces en el altar                                                      Voz en el altar
Número incompleto                                                 Número incompleto
de los salvados                                                         de los asesinados
Será terminado después                                           Será terminado después
Sexto sello                                                               Séptimo shofar
"EL.. día de ... ira ha llegado"                                 "Tu ira ha venido"
Séptimo sello
Silencio en el cielo

Además, al igual que los sellos, los shqfars siguen una progresión cronológica caracterizada por lo siguiente: ( 1) transiciones que apuntan hacia la finalización de los eventos de un shqfar y anuncian los eventos del siguiente (Apoc. 8: 13; 9: 12); (2) el paralelo estructural entre los dos ciclos: al igual que los sellos, los shqfars se subdividen en un grupo de cuatro visiones y otro de tres visiones; y (3) la nota final del último shofar, que anuncia la venida del Reino de Dios.
Estas consideraciones literarias nos dan una fuerte razón para creer que los eventos de los shqfars corresponden con los eventos de los sellos.

Fuego y sangre

El primer y el segundo shofars se complementan mutuamente. Los desastres que traen caen sobre la tierra y el mar. El primer shqfar produce una poción sangrienta de fuego y granizo que consume la tierra (Apoc. 8:7). El segundo shqfar arroja una masa sólida de · fuego, una "gran montaña ardiendo en fuego" que convierte el mar en sangre (vers. 8). Ambos desastres logran el mismo resultado: aniquilar un tercio de la tierra y el mar. El fuego y la sangre representan la violencia de la guerra y también nos recuerdan las plagas de Egipto.

Allí también el fuego y el granizo caen sobre el opresor (Éxo. 9:23-25). En cuanto al "tercio", significa que el efecto desastroso de la plaga es solo parcial y que la mayor parte de la tierra sobrevivirá a ella (Eze. 5:2; Zac. 13:8). Los dos shqfars corresponden al segundo sello y se aplican al tiempo cuando sus guerras contra los bárbaros destrozan la iglesia (siglos IV y V d.C.).

Sin agua y sin luz

Tanto el tercer como el cuarto shqfars involucran cuerpos celestes: las estrellas, el sol y la luna. Todo lo que era fuente de luz ahora se oscurece hasta la muerte. Curiosamente, el proceso comienza con una estrella, contrario a la secuencia tradicional de sol, luna y estrella (Gén. 1: 16). La anomalía enfatiza la primacía de la estrella sobre los demás cuerpos celestes. Es la estrella la que inicia la cadena de acontecimientos.

Otro aspecto inusual es que la "estrella" está en singular. La Biblia normalmente emplea la palabra en plural y las asocia con el sol y la luna. El autor aquí quiere que nos concentremos en una "estrella" en particular. Es interesante recalcar que, a veces, una estrella es una referencia directa al Mesías tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento. En la profecía de Balaam, la estrella simboliza al Mesías rey, llamado para salvar a su pueblo Israel de sus enemigos (Núm. 24: 17). Y en el Nuevo Testamento la estrella representa a Yeshua el Mesías (Mat. 2:2; comparar con Apoc. 2:28; 22: 16). El único pasaje donde "estrella" en singular no designa al Mesías aparece en el libro de Isaías, que se aplica al ángel caído, Lucifer, personificado por el rey de Babilonia (Isa. 14: 12). Representa un poder maligno que busca usurpar el lugar de Dios, como hicieron los constructores de la antigua torre de Babel (Gén. 11: 1-9), pero termina cayendo en el abismo: "¡Cómo caíste del cielo,
oh Lucero, hijo de la mañana! Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones. Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto a las estrellas de Dios [ ... ]; Sobre las alturas de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo" (Isa. 14: 12-15). 6
Nuestro texto hace alusión a este pasaje. Hallamos el mismo tema de la estrella caída, el poder usurpador. Solo la estrella de nuestro pasaje cae a tierra y supervisa la agitación histórica de la iglesia. El profeta Daniel ya había anticipado esto en su visión del cuerno pequeño que procuraba elevarse hasta el "ejército" del cielo y contra el "príncipe de los ejércitos" (Dan. 8:1 O, 11 ).
En el Apocalipsis, como en el libro de Isaías, la caída de la estrella simboliza la muerte. Isaías incluso la identifica con la muerte. La estrella en el Apocalipsis contamina los ríos y las fuentes de agua, provocando la muerte de "muchos hombres" (Apoc. 8: 1 O, 11) por sed o por envenenamiento. La Escritura puede emplear ríos y fuentes de agua para representar el alimento espiritual. Por otro lado, la identificación de la estrella con el ajenjo nos recuerda la decepción de los israelitas en Mara, donde las aguas eran "amargas" (Éxo. 15:23; comparar con Apoc. 8: 11). La Biblia generalmente asocia la
"amargura" con la apostasía.8 El pueblo muere de sed porque las aguas están contaminadas. La verdad está corrompida y, por consiguiente, no puede alimentar al creyente.
El cuarto shofor dice casi lo mismo pero en términos diferentes. Algo eclipsa el sol, la luna y las estrellas; es decir, los testigos de la revelación de Dios (Gén. 37:9; comparar con Apoc. 12:1). Con el
tercer shofar, la verdad se corrompe, y con el cuarto, es borrada. El tercer y cuarto shqfors describen la Edad Oscura, el período de la mayor usurpación de los atributos divinos de la iglesia (siglos VI al X). Roma reemplaza la "ciudad de Dios". La tradición y el poder dejan de lado la espiritualidad. La verdad se transforma en un vestigio, y el pueblo muere de hambre y sed espirituales, como en el tercer sello (Apoc. 6:6). Debido a su sed de poder, la iglesia pierde su sentido de misión y de verdad. Al haber procurado alzarse al nivel de Dios, ahora se halla condenada a la confusión, muy similar a la
antigua ciudad de Babel.
Como en los sellos, los shqfors ahora alcanzan un momento decisivo. Después del cuarto shofar, Apocalipsis 8:13 marca la transición al presentar los próximos tres shqfors con la siguiente admonición: "¡Ay, ay, ay, de los que moran en la tierra, a causa de los otros toques de trompeta que están para sonar los tres ángeles!"

Langostas

El quinto shqfor está históricamente situado en la misma perspectiva que los shofars precedentes. Yohanan de nuevo menciona la estrella caída (Apoc. 9:1 ), al evocar a una mentalidad usurpadora que nos recuerda el antiguo poder de Babel. Previamente, los shofars habían hablado de acontecimientos más allá del control humano, ocasionados por la mano de Dios. Ahora los shofars anuncian fuerzas que emergen de las profundidades de la tierra, del "abismo". "El quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo a la tierra; y se le dio la llave del pozo del abismo. Y abrió el pozo del
abismo, y subió humo del pozo como humo de un gran horno; y se oscureció el sol y el aire por el humo del pozo" (Apoc. 9: 1, 2). La Septuaginta utiliza el término griego abussos para traducir el hebreo tehom (abismo), una palabra empleada para describir la tierra antes de la Creación (Gén. 1 :2). Significativamente, Génesis 1 asocia el tehom con los conceptos de agua, oscuridad y vacío. El segundo relato de la Creación equipara las palabras "no" y "aún" (Gén. 2:5). El tehom/abussos es la negación de Dios. Luego, los profetas lo convertirán en la morada de su enemigo, el gran leviatán (Isa. 51 :9; Sal. 74:13). El pseudoepigráfico de 1 Enoc describe a tehom como la morada de los ángeles caídos.

El oráculo apocalíptico llega hasta a personificar el abismo con el nombre hebreo de Abadón, o condenación. Esta palabra viene de la palabra abad (morir, desaparecer), generalmente utilizada en las Escrituras hebreas, especialmente la literatura sapiencial (Proverbios, Salmos, Eclesiastés, etc.), para indicar el destino de los impíos. La palabra griegaApolión (Apoc. 9:11) viene del verbo apollynai (arruinar, destruir, perder). Otra palabra del mismo verbo, apoleia, significa condenación o perdición, y, al igual que abussos, es la traducción de la Septuaginta de la palabra tehom. La palabra hebrea abaddon y la palabra griega apol{yon) por consiguiente, comparten la misma connotación de vacío y de negación de Dios.

La oscuridad que invade la escena (Apoc. 9:2) difiere de la del cuarto shqfar. Allí era el resultado de algo que les sucedía a las luminarias (Apoc. 8: 12). Ahora la oscuridad viene de otro lado. Ahora es parte del tehom, la oscuridad de la pre-Creación. Las langostas surgen del abismo, formando una densa nube que oscurece la luz y los cielos en las alturas. El quinto shqfar revela las agencias que dominaban la Edad Oscura. La estrella cae al abismo, lo abre y libera los poderes del vacío. En otras palabras, la usurpación de Dios libera las fuerzas de la perversión, la pretensión, la intolerancia y la opresión que procuran negarle a Dios su lugar y su gobierno en el mundo.

El quinto shqfor también describe la venganza de Dios. Las semillas del castigo de la iglesia yacen latentes en sus propias acciones. La usurpación de Dios en la tierra, a través de la intolerancia y la opresión, hizo que la humanidad rechazara al mismo Dios que procuraba representar.

La historia confirma la profecía. La Revolución Francesa y los movimientos anticlericales de los siglos XVII Y XVIII constituyen la respuesta de la humanidad a las Cruzadas, la Inquisición y las guerras religiosas que marcaron la historia occidental de los siglos IX al XVII.

La profecía utiliza la imagen de la langosta para transmitir la naturaleza de este ataque. Los cinco meses de la plaga corresponden al ciclo de vida del insecto; desde su nacimiento hasta su muerte. Hallamos la misma imagen en el libro dejoel. Este también compara el juicio de Dios con una invasión de langostas semejantes a caballos Goel2:4; comparar con Apoc. 9:7). La analogía es asombrosa si consideramos el aspecto, la velocidad y hasta la estrategia militar de las langostas. Las langostas destruyen las cosechas y cubren el cielo con sus masas semejantes a nubes Goel l: 1 0), durante toda una generación (vers. 4, 6).

Los efectos de la plaga predichos por el quinto shqfor están limitados en tiempo y espacio. Las langostas atacan solo a los "que no tuviesen el sello de Dios en sus frentes" (Apoc. 9:4). La imagen del sello tiene su origen en su antiguo uso del Cercano Oriente para indicar propiedad. La mercancía o las cartas eran selladas para identificar o atestiguar a quién pertenecían. Cuando se aplica a los seres humanos, la imagen expresa una relación personal única. En Cantares, por ejemplo, la sulamita emplea la imagen del sello para expresar su relación especial con su amado: "Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo; porque fuerte es como la muerte el amor; duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama" (Cant. 8:6). La falta de un sello, por lo tanto, revelaría a todos los que no son realmente de Dios. Expone a la iglesia como una institución hueca, que ha perdido su sentido de la soberanía y de la propiedad de Dios. La Revolución Francesa
afecta a la iglesia solo como institución. En cuanto a las personas, estas emergen mucho más libres y audaces en su búsqueda de la verdad.

Por otra parte, las langostas pican como escorpiones, aunque su picadura no es mortal (Apoc. 9:5). A pesar de todo, la iglesia sobrevivirá a la plaga. Según la profecía, el tormento de la iglesia no excederá de cinco meses (5 x 30 días), es decir, 150 años (según las reglas proféticas de un día igual a un año)Y Un desastre así no tiene precedentes en la historia de la iglesia. La Revolución Francesa hasta se atreve a apresar al Papa (1798). La iglesia se recuperaría recién en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial, gracias a la ratificación del tratado de Letrán (1929). Su resurgimiento sería posteriormente fortalecido por la diseminación de nuevas facciones políticas de la posguerra autodenominadas "demócratas cristianos", frente al escenario político europeo. En gran parte dominadas por miembros de la Iglesia Católica, estas facciones a menudo formaron la cabeza de los gobiernos de coalición. Actualmente la iglesia se ha transformado en un superpoder. Su influencia impregna las relaciones internacionales en todos los niveles, desde la lucha contra el comunismo hasta la preocupación por el hambre mundial y la visión religiosa del ecumenismo. Existen muchas interpretaciones de esta profecía, pero cualesquiera que sean las diferencias, el mensaje sigue siendo el mismo. Debemos comprender la invasión de las langostas como el juicio de Dios contra el opresor. La Biblia sistemáticamente emplea las langostas como un símbolo del juicio. 14 Además, lo insinúan los cinco meses, un número clave en el relato del Diluvio, el primer juicio universal de la historia humana (Gén. 7:24).

Tropas montadas

El sexto shofar se hace eco de los gemidos del sexto sello. Las voces de llanto debajo del altar (Apoc. 6: lO) reciben una respuesta por parte de la voz que libera a los cuatro ángeles del gran río Éufrates (Apoc. 9:13, 14). Una vez más debemos considerar el evento próximo como un castigo contra el opresor, identificado en nuestro pasaje con Babilonia. Ya la mención del Éufrates hace alusión a la caída de Babilonia. 15 Asimismo, las "imágenes de oro, de plata, de bronce, de piedra y de madera" (Apoc. 9:20) sugieren la idolatría de Babilonia, como lo describe el profeta Daniel en la víspera de la destrucción del imperio (Dan. 5:23). Los "demonios" y las "hechicerías" (Apoc. 9:20, 21) también caracterizan a Babilonia, según el profeta Isaías, y precipitan su caída (Isa. 4 7: 12).

El quinto shofar había despachado langostas con colas de escorpión, como un ejército de caballos "corriendo a la batalla", y el sexto sello las vuelve a llamar. Ahora el Apocalipsis compara esa invasión con caballos cuyo poder se encontraba en las colas (vers. 19; comparar con vers. 1 0).

El sexto shofar continúa donde dejó el quinto shqfor, pero ahora la batalla se intensifica. El enemigo de Babilonia adopta una postura más intimidatoria. Los caballos del quinto shqfor tenían dientes de león, en tanto que ahora las cabezas completas son como las de los leones (vers. 1 7). El poder de destrucción de los guerreros del quinto shqfor se concentraba en la cola, pero bajo el quinto shofar la boca también es mortal (vers. 19). Sus corazas de hierro (vers. 9) se han convertido en "fuego" (vers. 1 7). El aguijón de las langostas, anteriormente no fatal (vers. 5), se ha vuelto mortal (vers. 18). La nube del quinto shqfor (vers. 2) ahora está reforzada con fuego y azufre (vers. 18). La fuerza invasora incluso ha aumentado en número. Abrumado por su tamaño, el profeta utiliza el superlativo, "doscientos millones" (vers. 16). La palabra griega traducida como millón (en otras traducciones, diez mil) murias, generalmente denota un número muy grande. 16 El término aparece en la traducción de la Septuaginta de la bendición cantada por los hijos de Betuel a su hermana Rebeca, que le deseaban una descendencia de "millares de millares" (Gén. 24:60). También recordamos la alabanza de las mujeres por la proeza de David: "[ ... ] Saúl hirió a sus miles, y David a sus diez miles" (1 Sam. 18:7). Esta palabra, en nuestro pasaje, noes meramente 10.000 x 10.000, sino 2 x 10.000 x 10.000.

Las fuerzas armadas nunca han alcanzado esas proporciones. Las fuerzas del abismo, seculares y anticlericales, son abrumadoras. Nuestro siglo ha presenciado una explosión de reacciones políticas y filosóficas en contra de la iglesia. Las ideologías que surgen de la Revolución Francesa, el marxismo, el materialismo, el evolucionismo y el racionalismo impregnan nuestra vida intelectual. Las corrientes seculares y ateas penetran hasta los círculos religiosos. Aquí tenemos una de las ironías más asombrosas de la historia humana. Al procurar reemplazar a Dios en la tierra, la iglesia se preparó para una reacción proveniente de esta misma tierra: de un abismo que no admite ningún Dios. El Apocalipsis confirma la visión del profeta Daniel. En el capítulo 11 de su libro, predijo un conflicto entre los mismos dos poderesY Uno sale del norte y personifica el poder usurpador de la iglesia, en tanto que el otro viene del sur, y representa las ideologías secular y atea que caracterizaron el pensamiento moderno occidental.

El Apocalipsis, por lo tanto, se hace eco de la profecía de Daniel, y hace referencia tanto a Babilonia como a Egipto. La estrella caída (quinto shqfor), por su asociación con el río Éufrates (sexto shqfor), representa a Babilonia. Las langostas, los escorpiones, las serpientes y la oscuridad, todo nos recuerda a las plagas que ocurrieron en Egipto, debido a su terca negación del Dios de Israel (Éxo. 5:2). Los carros y los caballos, característicos del arsenal militar egipcio, también nos hacen pensar en Egipto. 

Tanto Daniel como el profeta del Apocalipsis relatan el mismo evento a través de sus alusiones a Babilonia y Egipto. Pero la convergencia de las dos visiones proféticas no se detiene allí. Como en Daniel 11, nuestro pasaje del Apocalipsis predice la victoria de Babilonia. Será el poder "religioso" el que tome el lugar de Dios. Los guerreros del sexto shqfor destruyen solo a un tercio de la humanidad
(Apoc. 9: 18). Los otros dos tercios sobreviven, seguros de sí mismos e idólatras, alejados del arrepentimiento. Ya no encontramos ninguna mención al enemigo de Babilonia, es decir, el poder "secular" que niega la existencia de Dios. Parece haber sido devorado por el otro. Como en Daniel 11, las fuerzas egipcias se unen a las babilónicas (comparar con Dan. 11:43).

Casi no nos atrevemos a anticipar el cumplimiento de esta profecía. Los últimos eventos ya insinúan una debilidad en las filas del secularismo. El desmoronamiento del secularismo y el fracaso del racionalismo demuestran la verosimilitud de las profecías de Daniel y del Apocalipsis.

Es un proceso que no se limita al cristianismo occidental. El conflicto entre las dos fuerzas, personificado por Egipto y Babilonia, va más allá del alcance de la Iglesia Católica y de sus oponentes seculares. La influencia de la Revolución Francesa se extiende más allá de sus fronteras religiosas y políticas. El secularismo ha penetrado los círculos islámicos y los judíos en el espíritu del humanismo anticlerical. En reacción, actualmente presenciamos una oleada de fundamentalismo religioso en ambas religiones. Más que nunca, los ayatolás y los rabinos dan su opinión en asuntos políticos. En las naciones musulmanas, como Irán, Argelia y Egipto, como en Israel, la política se rinde cada vez más a los poderes religiosos.

Durante algún tiempo el secularismo ha desacreditado a la religión de los círculos cristianos. Pero ahora el fundamentalismo cristiano contraataca a las tendencias seculares, liberales y racionalistas. En los Estados U nidos, la Derecha Religiosa lucha por alcanzar el poder político a fin de ayudar a construir una nación "verdaderamente" cristiana. La misma tendencia también ha hallado terreno fértil en Europa. La Derecha Religiosa tiene un fuerte espíritu nacionalista que seguramente atraerá a muchos.

En pocas palabras, podemos resumir la historia de la iglesia de la siguiente manera:

l. La iglesia, sin darse cuenta, se estableció como Babel cuando alegaba autoridad exclusiva sobre asuntos morales y religiosos. 
2. En el siglo XVIII, un nuevo espíritu revolucionario reaccionó en contra del clero, e incentivó a las tendencias humanistas y seculares que posteriormente se convertirían en las filosofias marxista, racionalista, positivista y evolucionista. Era el ataque de Egipto contra Babel. 
3. Durante los siglos XIX y XX, el secularismo se dispersó a otras religiones y culturas no occidentales a través de la obra misionera y el colonialismo.
4. Después de la Segunda Guerra Mundial, la oleada de movimientos nacionalistas y el recuerdo de los horrores de la guerra desencadenaron una reacción en contra del racionalismo y el liberalismo, y un regreso a los valores religiosos y culturales. Ha sido el tiempo de los best sellers religiosos y de las estrellas evangélicas de los medios.

Ahora estamos en la cuarta fase del ciclo, justo antes de la unificación de los dos campamentos en un Babel. Ya podemos presenciar las primeras señales de ese avance. El reavivamiento de la religión tiene dejos antropocéntricos, bastante parecidos a los que caracterizaron las tendencias seculares del siglo XIX. La religión ha estado progresando hacia un ideal más "humanista". El Dios "inmanente", latente en cada uno, tiene prioridad sobre el Dios trascendente, que se revela desde lo alto, generalmente en contra de los proyectos humanos.

La popularidad del movimiento de la Nueva Era también le da un giro inesperado al reavivamiento religioso de nuestro siglo actual. Ha afectado a casi todas las religiones. Tanto los cristianos como los no cristianos enseñan su mensaje de tolerancia. El padre Teilhard de Chardin, al igual que los "ecoteólogos" como Thomas Berry han inspirado un nuevo respeto por la "madre tierra". Ellos interpretan la evolución como un "proceso sagrado" a través del cual Dios se encarna.

De modo que Dios está en todas partes: en la naturaleza, en los muertos y en los vivos, una tendencia posteriormente reforzada por las teorías de la inmortalidad del alma, la reencarnación, y por actividades como consultar a los videntes y a los astrólogos. Todas estas tendencias surgen de la misma premisa: el Dios Creador ya no está más fuera del alcance. Está aquí, ha venido, se ha encarnado en la humanidad. ¿Qué necesidad hay de tener esperanza, de orar, de esperarlo? La humanidad hoy ha reemplazado a Dios.
En los contextos no cristianos, la "búsqueda del cosmos sagrado" ha encontrado un portavoz en la persona de Vaclav Havel. En un discurso reciente en la Universidad de Stanford, el presidente checo defendió la tesis de que todas las culturas -de hecho, la humanidad toda- están unidas por una dimensión espiritual común. Esas apelaciones para la "democracia planetaria" encuentran eco en el ideal marxista del internacionalismo. Pero, después de la caída del marxismo, este lenguaje asume un nuevo significado. Los intereses humanistas y antropocéntricos aquí se unen con los valores religiosos.
Todos los medios dan testimonio de estos sucesos. Desde las crucifixiones de Nirvana hasta el Yeshua Negro de Madonna, desde las joyas de cristal hasta los cuerpos perforados, ha nacido una nueva cultura. Egipto y Babilonia parecen haber llegado a un entendimiento. Por supuesto, estos son meros síntomas. La iglesia y la religión, como un todo, están en pugna con los movimientos seculares y ateos. Pero los ingredientes están todos presentes para la mezcla predicha por el profeta. Pronto Egipto y Babilonia se fusionarán en el crisol de Babel.

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