Martes 19 de marzo: La identificación de la bestia escarlata
Así como Cristo fue aborrecido sin motivo, así también lo será su
pueblo debido a su obediencia a los mandamientos de Dios. Si Aquel
que es puro, santo e inmaculado, Aquel que... hizo el bien y solo el bien
fue tratado como el criminal más abyecto y condenado a muerte, sus
discípulos no pueden esperar un trato diferente por irreprensible que
sea su vida e impecable su carácter.
Los estatutos humanos, las leyes elaboradas por los agentes satánicos con el pretexto de fomentar el bien y restringir el mal, serán exaltados, en tanto que se despreciará, y pisoteará los sagrados mandamientos de Dios. Y todos los que por su obediencia demuestren ser fieles a
la ley de Jehová, deberán estar preparados para afrontar arrestos y ser
llevados ante asambleas cuya norma no será precisamente la elevada y
santa ley de Dios (Maranata, p. 193).
Estamos viviendo en un período solemne de la historia de esta tierra.
El gran conflicto está justamente frente a nosotros. Vemos al mundo
corrompido bajo sus habitantes. El hombre de pecado ha obrado con
maravillosa perseverancia para ensalzar el día de reposo espurio, y el
desleal mundo protestante se ha maravillado en pos de la bestia, y a la
obediencia al día de reposo instituido por Jehová lo ha llamado deslealtad a las leyes de las naciones. Los reinos se han aliado para sostener
la institución de un falso día de reposo que no tiene la autoridad de una
sola palabra de los oráculos de Dios (Comentarios de Elena G. de
White en Comentario bíblico adventista del séptimo día, t. 7, p. 988).
Los que luchan para vencer serán perseguidos por las tentaciones
del enemigo. Satanás tratará de que se aparten de los principios que
deben mantener, para alcanzar la elevada norma que Dios les ha fijado.
El enemigo se regocija cuando puede inducir a las almas a seguir ideas
equivocadas, hasta que sus nombres sean borrados del libro de la vida
y anotados entre los de los injustos...
El hijo de Dios debe tratar de alcanzar cada vez mayores alturas.
Debe confesar todo pecado, para que debido a su ejemplo otros se sientan inducidos a confesarlos también y recibir la fe que obra por el amor
y purifica el alma. Debe estar constantemente en guardia, sin detenerse
nunca, sin volver atrás, siempre avanzando hacia la elevada vocación
de Dios en Cristo...
Debemos recordar siempre el hecho de que el tiempo es corto. La
iniquidad abunda por todas partes. Los justos son como luces en el
mundo. Por medio de ellos la gloria de Dios debe manifestarse a éste.
Recuerden siempre los solemnes acontecimientos del futuro: El gran
juicio investigador y la venida de Cristo. Ustedes y sus hijos deben
prepararse para ese día (Cada día con Dios, p. 320).
Los hombres han caído en la costumbre de glorificar y exaltar a
otros hombres... No puede haber verdadera conversión sin el abandono
del pecado, y no se discierne el carácter detestable del pecado. Con una
agudeza de percepción nunca alcanzada por la comprensión humana,
ángeles de Dios observan que seres estorbados por influencias corruptoras, con almas y manos impuras, están decidiendo su destino por la
eternidad; y sin embargo, muchos tienen escasa noción de lo que constituye el pecado y del remedio (Fe y obras, p. 23).
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