Sábado 23 de marzo: “Yo hago nuevas todas las cosas”
Dios ha revelado lo que ha de acontecer en los postreros días, a fin
de que su pueblo esté preparado para resistir la tempestad de oposición
e ira. Aquellos a quienes se les han anunciado los sucesos que les esperan, no han de permanecer sentados en tranquila expectación de la
tormenta venidera, consolándose con el pensamiento de que el Señor
protegerá a sus fíeles en el día de la tribulación. Hemos de ser como
hombres que aguardan a su Señor, no en ociosa expectativa, sino trabajando fervientemente, con fe inquebrantable... Mientras los hombres
están durmiendo, Satanás arregla activamente los asuntos de tal manera
que el pueblo de Dios no obtenga misericordia ni justicia. El movimiento dominical se está abriendo paso en las tinieblas. Los dirigentes
están ocultando el fin verdadero, y muchos de los que se unen al movimiento no ven hacia dónde tiende la corriente que se hace sentir por
debajo. Los fines que profesan son benignos y aparentemente cristianos; pero cuando hablen, se revelará el espíritu del dragón.
Es nuestro deber hacer todo lo que está en nuestro poder para evitar el
peligro que nos amenaza... Debemos escudriñar las Escrituras para poder
dar razón de nuestra fe (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 427, 427).
El fin se acerca; avanza sigilosa, imperceptible y silenciosamente,
como el ladrón en la noche. Concédanos el Señor la gracia de no dormir
por más tiempo, como otros lo hacen; sino que seamos sobrios y velemos. La verdad está apunto de triunfar gloriosamente, y todos los que
decidan ahora colaborar con Dios triunfarán con ella. El tiempo es
corto; la noche se acerca cuando nadie podrá trabajar. Que los que se
gozan en la verdad presente se apresuren ahora a impartirla a
otros (Testimonios para la iglesia, tomo 9, p. 109).
El gran plan de la redención dará por resultado el completo restablecimiento del favor de Dios para el mundo. Será restaurado todo lo
que se perdió a causa del pecado. No solo el hombre, sino también la
tierra, será redimida, para que sea la morada eterna de los obedientes.
Durante seis mil años, Satanás luchó por mantener la posesión de la
tierra. Pero se cumplirá el propósito original de Dios al crearla. “Tomarán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, y hasta el siglo de los siglos”. Daniel 7:18.
“Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el
nombre de Jehová”. “En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre”.
“Y Jehová será Rey sobre toda la tierra”. La Sagrada Escritura dice:
“Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos”. “Fieles
son todos sus mandamientos; afirmados por siglo de siglo”. Los sagrados estatutos que Satanás ha odiado y ha tratado de destruir, serán honrados en todo el universo inmaculado. Y “como la tierra produce su
renuevo, y como el huerto hace brotar su simiente, así el Señor Jehová
hará brotar justicia y alabanza delante de todas las gentes”. Salmos
113:3; Zacarías 14:9; Salmos 119:89; 111:7, 8; Isaías 61:11 (Patriarcas y profetas, p. 355).
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