Lunes 20 de mayo: Padres solos
El verdadero cristiano abunda en buenas obras; da mucho fruto. Alimenta al hambriento, viste al desnudo, visita al enfermo, y ministra las necesidades del afligido. Los cristianos manifiestan un profundo interés en las almas que los rodean, quienes, a causa de las sutiles tentaciones del enemigo, están listos para perecer. Padres y madres, si habéis guardado a vuestros propios hijos de las trampas del enemigo, contemplad a vuestro alrededor para salvar a las almas de los hijos que no han tenido este cuidado. ... Hay jóvenes a nuestro alrededor hacia quienes los miembros de la iglesia deben cumplir un deber; porque Cristo murió por ellos. ... Son preciosos a la vista de Dios, y él anhela su felicidad eterna. ... Cristo pide una colaboración voluntaria de parte de sus agentes, en la ejecución de un trabajo ferviente y consecuente por la salvación de las almas.—The Review and Herald, 29 de enero de 1895, pp. 66. (Nuestra elevada vacación, p. 123)
Siempre que sea posible, debe ser privilegio de los miembros de cada familia atender a los suyos. Cuando esto no puede hacerse, tócale a la iglesia hacerlo, y ella debe considerarlo como privilegio y obligación. Todo el que tiene el espíritu de Cristo mirará con ternura a los débiles y los ancianos.
La presencia en nuestras casas de uno de estos desamparados es una preciosa oportunidad para cooperar con Cristo en su ministerio de gracia y para desarrollar rasgos de carácter como los suyos. Hay bendición en la asociación de ancianos y jóvenes. Estos últimos pueden llevar rayos de sol al corazón y la vida de los ancianos. Quienes van desprendiéndose de la vida necesitan del beneficio resultante del trato con la juventud llena de esperanza y ánimo. Los jóvenes también pueden obtener ayuda de la sabiduría y la experiencia de los ancianos. Más que nada necesitan aprender a servir con abnegación. La presencia de alguien que necesita simpatía, longanimidad y amor abnegado será de inestimable bendición para más de una familia. Suavizará y pulirá la vida del hogar, y sacará a relucir en viejos y jóvenes las gracias cristianas que los revestirán de divina belleza y los enriquecerán con tesoros imperecederos del cielo. (Ministerio de curación, p. 156)
Dios se complace cuando mantenemos el rostro orientado hacia el Sol de justicia... Cuando estamos en dificultades y oprimidos por la ansiedad, el Señor está cerca de nosotros, y nos insta a que depositemos toda nuestra solicitud en él, porque cuida de nosotros...
Se acerca a todos sus hijos en su aflicción. Es su refugio en tiempo de peligro. Les ofrece su gozo y consuelo cuando están dolientes. ¿Nos apartaremos del Redentor, la fuente de agua viva, para cavarnos cisternas rotas que no pueden detener agua? Cuando se aproxime el peligro, ¿buscaremos la ayuda de los que son tan débiles como nosotros, o acudiremos al que es poderoso para salvar? Sus brazos están abiertos ampliamente y formula esta invitación llena de gracia: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar”... (Hijos e hijas de Dios, p. 21)
👍👏Hermosa meditación
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