Jueves 25 de julio: Proverbios: Misericordia con los necesitados
Bajo sus escrutadoras palabras, sus oyentes quedaron convencidos. Vinieron a él preguntando: “¿Pues qué haremos?” El contestó: “El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.” Puso a los publicanos en guardia contra la injusticia, y a los soldados contra la violencia. Todos los que se hacían súbditos del reino de Cristo, decía él, debían dar evidencia de fe y arrepentimiento. En su vida, debía notarse la bondad, la honradez y la fidelidad. Debían atender a los menesterosos, y presentar sus ofrendas a Dios. Debían proteger a los indefensos y dar un ejemplo de virtud y compasión. Así también los seguidores de Cristo darán evidencia del poder transformador del Espíritu Santo. En su vida diaria, se notará la justicia, la misericordia y el amor de Dios. De lo contrario, son como el tamo que se arroja al fuego. (El Deseado de todas las gentes, p. 80)
El tiempo presente es un momento de solemne privilegio y sagrada confianza. Si los siervos de Dios cumplen fielmente el cometido a ellos confiado, grande será su recompensa cuando el Maestro diga: “Da cuenta de tu mayordomía.”2 La ferviente labor, el trabajo abnegado, el esfuerzo paciente y perseverante, serán recompensados abundantemente. Jesús dirá: Ya no os llamo siervos, sino amigos.3 El Maestro no concede su aprobación por la magnitud de la obra hecha, sino por la fidelidad manifestada en todo lo que se ha hecho. No son los resultados que alcanzamos, sino los motivos por los cuales obramos, lo que más importa a Dios. El aprecia sobre todo la bondad y la fidelidad.
Ruego a los heraldos del Evangelio de Cristo que no se desanimen nunca, que nunca consideren al pecador más empedernido como fuera del alcance de la gracia de Dios. Uno que a nuestro parecer sea un caso desesperado puede aceptar la verdad por amor a ella. Aquel que torna los corazones de los hombres como se desvían las aguas, puede atraer a Cristo al alma más egoísta y empedernida en el pecado. ¿Hay algo demasiado difícil para Dios? “Mi palabra— declaró él—que sale de mi boca: no volverá a mí vacía, antes hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié.” (Obreros evangélicos, p. 241)
Vuestra fe debe ser algo más de lo que ha sido, o seréis pesados en las balanzas y hallados faltos. En el último día, la decisión final del Juez de toda la tierra girará alrededor de nuestro interés por los necesitados, los oprimidos y los tentados, y nuestro trabajo práctico en su favor. No podéis pasarlos siempre por alto, y hallar vosotros mismos entrada en la ciudad de Dios como pecadores redimidos. “En cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños” -dice Cristo-, “tampoco a mí lo hicisteis”. Mateo 25:45.
Reavívese el primer amor, el primer ardor. Buscad a aquellos que ahuyentasteis, vendad por la confesión las heridas que hicisteis. Acercaos al gran corazón de amor compasivo y dejad que la corriente de esa compasión divina fluya a vuestro corazón, y de vosotros a los corazones ajenos. Sea la ternura y misericordia que Jesús reveló en su preciosa vida un ejemplo de la manera en que nosotros debemos tratar a nuestros semejantes, especialmente a los que son nuestros hermanos en Cristo.(Testimonios para la iglesia t. 5, pp. 598,599)
Viernes 26 de julio: Para estudiar y meditar
Patriarcas y profetas, "Los últimos años de David", pp. 808-818
Viernes 26 de julio: Para estudiar y meditar
Patriarcas y profetas, "Los últimos años de David", pp. 808-818
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