Domingo 13 de octubre: El llamado de Esdras y de Nehemías
Dios escogió a Esdras para que fuese instrumento del bien para Israel y para que pudiese honrar al sacerdocio, cuya gloria había queda do muy eclipsada durante el cautiverio. Esdras se desarrolló en un hombre de conocimientos extraordinarios, y llegó a ser "escriba diligente en la ley de Moisés". Vers. 6. Estas cualidades hicieron de él un hombre eminente en el reino medo-persa.Llegó a ser Esdras un portavoz de Dios que educaba en los principios que rigen el cielo a cuantos le rodeaban. Durante los años restantes de su vida, tanto mientras estaba cerca de la corte del rey de Medo-Persia como cuando se hallaba en Jerusalén, su obra principal consistió en enseñar. A medida que comunicaba a otros las verdades que aprendía, aumentaba su propia capacidad para el trabajo. Era hombre piadoso y celoso. Fue delante del mundo un testimonio del poder que tiene la verdad bíblica para ennoblecer la vida diaria (Profetas y reyes, p. 447).
Los cristianos deben prepararse para lo que pronto ha de estallar sobre el mundo como sorpresa abrumadora, y deben hacerlo estudian do diligentemente la Palabra de Dios y esforzándose por conformar su vida con sus preceptos. Los tremendos y eternos resultados que están en juego exigen de nosotros algo más que una religión imaginaria, de palabras y formas, que mantenga a la verdad en el atrio exterior...
¿Permitiremos que el ejemplo de Esdras nos enseñe cómo debiéramos usar nuestro conocimiento de las Escrituras? La vida de este siervo de Dios debiera ser una inspiración para nosotros para servir al Señor con corazón, mente y fuerza. Necesitamos primero dedicarnos a conocer los requerimientos de Dios, y luego a practicarlos. Entonces podremos sembrar semillas de verdad que lleven fruto para vida eterna (Conflicto y valor, p. 260). Como representantes suyos entre los hombres, Cristo no elige a los ángeles que nunca cayeron, sino a los seres humanos, hombres de pasiones iguales a las de aquellos a quienes tratan de salvar. Cristo mismo se revistió de la humanidad, para poder alcanzar a la humanidad. La divinidad necesitaba de la humanidad; porque se requería tanto lo divino como lo humano para traer la salvación al mundo. La divinidad necesitaba de la humanidad, para que esta pudiese proporcionarle un medio de tener comunicaciones entre Dios y el hombre.
Con avidez casi impaciente, los ángeles aguardan nuestra cooperación; porque el hombre debe ser el medio de comunicación con el hombre. Y cuando nos entregarnos a Cristo en una consagración de todo el corazón, los ángeles se regocijan de poder hablar por nuestras voces para revelar el amor de Dios".
Debemos ser colaboradores de Dios; pues él no terminará su obra sin los instrumentos humanos...
El salvar almas debe ser la obra de la vida de todos los que profesan a Cristo. Somos deudores al mundo de la gracia que Dios nos concedió, de la luz que ha brillado sobre nosotros, y de la hermosura y el poder que hemos descubierto en la verdad (Servicio cristiano, pp. 13, 14).
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