Miércoles 16 de octubre: La elección de Dios
Hablad al pueblo de Aquel que es "señalado entre diez mil", y “todo él codiciable". [Cantares 5:10, 16] Las palabras solas no lo pue den contar. Refléjese en el carácter y maniliéstese en la vida. Cristo está retratándose en cada discípulo. Dios ha predestinado a cada uno a ser conforme "a la imagen de su Hijo". [Romanos 8:29] En cada uno, el longánimo amor de Cristo, su santidad, mansedumbre, misericordia y verdad, han de manifestarse al mundo...El Salvador anhela manifestar su gracia e imprimir su carácter en el mundo entero. Es su posesión comprada, y anhela hacer a los hombres libres, puros y santos. Aunque Satanás obra para impedir este propó sito, por la sangre derramada para el mundo hay triunfos que han de lograrse y que reportarán gloria a Dios y al Cordero. Cristo no quedará satisfecho hasta que la victoria sea completa, y él vea “del trabajo de su alma ... y será saciado". [Isaías 53:11] Todas las naciones de la tierra oirán el Evangelio de su gracia. No todos recibirán su gracia; pero "la posteridad le servirá; será ella contada por una generación de Jehová" [Salmo 22:30] (El Descado de todas las gentes, pp. 766, 768).
Muchos reconocen que Jesucristo es el Salvador del mundo, pero al misino tiempo se mantienen apartados de él y no aprovechan la ocasión de arrepentirse de sus pecados y de aceptar a Jesús como a su Salvador personal. Su fe es simplemente el asentimiento de la verdad en su mente y en su juicio, pero la verdad no penetra en el corazón para que santifique el alma y transforme el carácter. "Porquc a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conforines a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestino, a cstos también llamó; y a los que llamó, a estos también justifico; y a los que justificó, a estos también glorifico”. Romanos 8:29, 30 (Mensajes selectos, t. 1, p. 456).
No hubo una elección arbitraria de parte de Dios, por la cual Esaú fuera excluido de las bendiciones de la salvación. Los dones de su gracia mediante Cristo son gratuitos para todos. No hay elección, excepto la propia, por la cual alguien haya de perecer. Dios ha expuesto en su Palabra las condiciones de acuerdo con las cuales se elcgirá a cada alma para la vida eterna: la obediencia a sus mandamientos, mcdiante la fo en Cristo. Dios ha elegido un carácter que está en armonía con su ley, y lodo el que alcance la norma requerida, entrará en el reino de la gloria. Cristo mismo dijo: "El que cree en el Hijo, tiene vida eterna; mas el que es incrédulo al Hijo, no verá la vida". "No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos". Juan 3:36; Mateo 7:21 (Patriarcas y profetas, p. 207)
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