Domingo 3 de noviembre:
El Pueblo Se Congrega
En una plataforma de madera, erigida en una de las calles más anchas y rodeada en todas las direcciones por los tristes recuerdos de la gloria que se había desvanecido de Judá, se encontraba Esdras, ahora anciano. A su mano derecha y a su izquierda estaban reunidos sus her manos los levitas. Mirando hacia abajo desde la plataforma, sus ojos recorrían un mar de cabezas. De toda la región circundante se habían reunido los hijos del pacto. “Bendijo entonces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió, ¡Amén! ... Y humilláronse, y ado raron a Jehová inclinados a tierra" (Profetas y reyes, p. 489).
La ley no solo fue escrita sobre las piedras conmemorativas, sino que también fue leída por el mismo Josué en alta voz a oídos de todo Israel. No habían transcurrido muchas semanas desde que Moisés les había dado en discursos todo el libro de Deuteronomio; sin embargo, ahora Josué leyó nuevamente la ley.
No solo los hombres de Israel, sino también las mujeres y los niños, escucharon la lectura de la ley; pues era importante que todos conocie ran su deber y lo cumplieran...
Satanás procura siempre pervertir lo que Dios ha dicho, a sin de cegar la mente y obscurecer el entendimiento, y así inducir a los hombres a pecar. Por esta razón es Dios tan explícito y presenta sus exigencias con tanta claridad que nadie necesita equivocarse. Dios pro cura constantemente atraer a los hombres a sí mismo y ponerlos bajo su protección, para que Satanás no ejerza sobre ellos su poder cruel y engañoso. Condescendió a hablarles con su propia voz, y a escribir con su propia mano los oráculos vivientes. Y estas palabras bienaventura das, todas henchidas de vida y luminosas de verdad, son confiadas a los hombres como una guia perfecta. Debido a que Satanás cstá tan listo para arrebatar la mente y apartar los afectos de las promesas del Señor y sus exigencias, se necesita la mayor diligencia para grabarlas en la mente y el corazón (Patriarcas y proselus, pp. 536, 537).
Si sus palabras son traídas a la vida práctica, Dios abre el entendimiento de los hombres de manera definitiva... y se le reconoce a la Biblia como el libro precioso, maravilloso que es... Esta es la sabiduría que, traída a la vida práctica, hace sabios a los hombres a lo largo del tiempo y de la eternidad. Dios se revela en la naturaleza; Dios se revela en su Palabra. La Biblia es la más maravillosa de todas las historias, porque es la producción de Dios, y no de una mente finita. Nos transporta hacia atrás a través de los siglos hasta el principio de todas las cosas y presenta la historia de tiempos y escenas que de otra forma nunca hubiésemos conocido. Revela la gloria de Dios en la obra de su providencia para salvar al mundo caído. Presenta en el lenguaje más sencillo el gran poder del evangelio que, si sc rccibe, rompería las cadenas que atan a los hombres al carro de Satanás (Fundamentals of Christian Education, p. 376).
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