Lunes, diciembre 23
Mientras las influencias del bien contendían con las del mal para obtener el predominio, y Satanás hacía cuanto estaba en su poder para completar la ruina iniciada durante el reinado de Acab y Jezabel, Eliseo siguió dando su testimonio. Encontró oposición, aunque nadie podía contradecir sus palabras. Se le honraba y veneraba en todo el reino. Muchos acudían a pedirle consejo. Mientras vivía aun Jezabel, Joram, rey de Israel, solicitó ese consejo; y una vez, mientras estaba en Damasco, le visitaron mensajeros de Ben-adad, rey de Siria, quien deseaba saber si la enfermedad que padecía resultaría en su muerte. A todos daba el profeta un testimonio fiel en un tiempo cuando, por todos lados, se pervertía la verdad, y la gran mayoría del pueblo se hallaba en rebelión abierta contra el Cielo (Profetas y reyes, p. 191).
Los fariseos y los saduceos…. se unificaron por oposición a Cristo…. Había en el concilio otros hombres influyentes que creían en Cristo, pero nada pudo su influencia contra la de los malignos fariseos….
Mientras el concilio estaba en el colmo de la perplejidad, Caifás, el sumo sacerdote, se puso de pie. Era un hombre orgulloso y cruel, despótico e intolerante…. dijo con gran autoridad y aplomo: “Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación se pierda”….
[Satanás] insinuó que a fin de mantener su autoridad debían dar muerte a Jesús…. Con excepción de algunos miembros que no osaron expresar sus convicciones, el Sanedrín recibió las palabras de Caifás como palabras de Dios. El concilio sintió alivio; cesó la discordia. Decidieron dar muerte a Cristo en la primera oportunidad favorable. Al rechazar la prueba de la divinidad de Jesús, estos sacerdotes y gobernantes se habían encerrado a sí mismos en tinieblas impenetrables. Se habían puesto enteramente bajo el dominio de Satanás, para ser arrastrados por él al mismo abismo de la ruina eterna. Sin embargo, estaban tan engañados que estaban contentos consigo mismos. Se consideraban patriotas que procuraban la salvación de la nación (El Deseado de todas las gentes, pp. 496-499).
Es probable que nunca sepáis el resultado de vuestra influencia diaria, pero debéis tener la seguridad de que la ejercéis para el bien o para el mal. Muchos que tienen un corazón bondadoso y buenos impulsos permiten que su atención sea absorbida en cuestiones mundanales o en el placer, mientras las almas que esperan dirección de su parte van a la deriva y hacia la destrucción inevitable….
Si lanzamos una piedra en un lago se formará una multitud de ondas concéntricas; y a medida que aumentan, el círculo se amplía hasta que llega a todas las márgenes. También nuestra influencia, aunque aparentemente sea insignificante, puede continuar extendiéndose mucho más allá de nuestro conocimiento o control (Consejos sobre la salud, p. 410).
El Mal A La Vista Del Señor
Los fariseos y los saduceos…. se unificaron por oposición a Cristo…. Había en el concilio otros hombres influyentes que creían en Cristo, pero nada pudo su influencia contra la de los malignos fariseos….
Mientras el concilio estaba en el colmo de la perplejidad, Caifás, el sumo sacerdote, se puso de pie. Era un hombre orgulloso y cruel, despótico e intolerante…. dijo con gran autoridad y aplomo: “Vosotros no sabéis nada; ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación se pierda”….
[Satanás] insinuó que a fin de mantener su autoridad debían dar muerte a Jesús…. Con excepción de algunos miembros que no osaron expresar sus convicciones, el Sanedrín recibió las palabras de Caifás como palabras de Dios. El concilio sintió alivio; cesó la discordia. Decidieron dar muerte a Cristo en la primera oportunidad favorable. Al rechazar la prueba de la divinidad de Jesús, estos sacerdotes y gobernantes se habían encerrado a sí mismos en tinieblas impenetrables. Se habían puesto enteramente bajo el dominio de Satanás, para ser arrastrados por él al mismo abismo de la ruina eterna. Sin embargo, estaban tan engañados que estaban contentos consigo mismos. Se consideraban patriotas que procuraban la salvación de la nación (El Deseado de todas las gentes, pp. 496-499).
Es probable que nunca sepáis el resultado de vuestra influencia diaria, pero debéis tener la seguridad de que la ejercéis para el bien o para el mal. Muchos que tienen un corazón bondadoso y buenos impulsos permiten que su atención sea absorbida en cuestiones mundanales o en el placer, mientras las almas que esperan dirección de su parte van a la deriva y hacia la destrucción inevitable….
Si lanzamos una piedra en un lago se formará una multitud de ondas concéntricas; y a medida que aumentan, el círculo se amplía hasta que llega a todas las márgenes. También nuestra influencia, aunque aparentemente sea insignificante, puede continuar extendiéndose mucho más allá de nuestro conocimiento o control (Consejos sobre la salud, p. 410).
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