Martes, 4 de febrero:
Entra la reina
Entonces la reina madre recordó a Daniel, quien, más de medio
siglo antes, había dado a conocer al rey Nabucodonosor el sueño de la
gran imagen y su interpretación. Dijo ella: "Rey, para siempre vive, no
te asombren tus pensamientos, ni tus colores se demuden: En tu reino
hay un varón, en el cual mora el espíritu de los dioses santos; y en los días de tu padre se halló en él luz e inteligencia y sabiduría, como ciencia de los dioses: al cual el rey Nabucodonosor ... constituyó príncipe
sobre todos los magos, astrólogos, Caldeos, y adivinos: por cuanto fue
hallado en él mayor espíritu, y ciencia, y entendimiento, interpretando
sueños, y declarando preguntas, y deshaciendo dudas, es a saber, en
Daniel; al cual el rey puso por nombre Beltsasar. Llámese pues ahora a
Daniel, y él mostrará la declaración ...
Ante aquella muchedumbre aterrorizada, estaba Daniel en pie,
imperturbable frente a la promesa del rey, con la tranquila dignidad de
un siervo del Altísimo, no para hablar palabras de adulación, sino para
interpretar un mensaje de condenación. Dijo entonces: "Tus dones sean
para ti, y tus presentes dalos a otro. La escritura yo la leeré al rey, y le
mostraré la declaración" (Profetas y reyes, pp. 387, 388).
Desde el principio, fue el plan estudiado de Satanás inducir a los
hombres a olvidarse de Dios, a fin de que pudiese someterlos. Por eso
mintió acerca del carácter de Dios, a fin de inducirlos a albergar un
falso concepto de él. Les presentó al Creador como revestido de los atributos del príncipe del mal mismo: arbitrario, severo, inexorable, a fin de
que le temiesen, rehuyesen, y hasta odiasen. Satanás esperaba confundir
de tal manera las mentes de aquellos a quienes había engañado, que desechasen a Dios de su conocimiento. Entonces borraría la imagen divina
del hombre y grabaría su propia semejanza sobre el alma; llenaría a los
hombres de su propio espíritu y los haría cautivos de su voluntad ...
Cristo vino para revelar a Dios al mundo como un Dios de amor,
lleno de misericordia, ternura y compasión. Las densas tinieblas con
que Satanás había tratado de rodear el trono de la divinidad fueron disipadas por el Redentor del mundo, y el Padre volvió a quedar manifiesto
a los hombres como la luz de la vida (Testimonios para la iglesia, t. 5,
pp. 689, 690).
El proceder de Dios respecto a la rebelión desenmascarará completamente la obra que durante tanto tiempo se ha hecho en forma oculta.
Los resultados del dominio de Satanás y del rechazamiento de los
estatutos divinos quedarán revelados a la vista de todos los seres racionales. La ley de Dios está plenamente vindicada. Se verá que todos los
actos de Dios tuvieron por fin el bien eterno de su pueblo y de todos los
mundos creados. Satanás mismo, en presencia del universo, confesará
la justicia del gobierno de Dios y la rectitud de su ley (Patriarcas y
profetas, pp. 351,352).
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