Sábado de tarde, 2 de mayo
¿Por qué se necesita interpretación?
La fe es el primer peldaño en la escalera del progreso. Sin fe es imposible agradar a Dios. Sin embargo, muchos se detienen en ese escalón y nunca ascienden más. Les parece que una vez que han profesado aceptar a Cristo, cuando sus nombres están inscritos en el libro de la iglesia, su obra está consumada. La fe es esencial; pero la Palabra Inspirada dice: “Mostrad en vuestra fe virtud”. Los que procuran conseguir la vida eterna y un hogar en el reino de Dios, deben echar el cimiento de la virtud para la edificación de su carácter. Jesús debe ser la principal piedra de ángulo. Hay que eliminar de la mente y la vida todas las cosas que contaminan el alma. Cuando se presentan las tentaciones, hay que resistirlas con la fuerza de Cristo. Debemos fundir en nuestro carácter la virtud del inmaculado Cordero de Dios, para que el alma pueda estar fundada en su integridad -Mi vida hoy, p. 99.La lectura de obras referentes a nuestra fe, la de los argumentos ajenos, es una ayuda excelente e importante, pero no es la que dará a la mente su mayor fuerza. La Biblia es el mejor libro del mundo para dar cultura intelectual. Su estudio ejercita la mente, fortalece la memoria y aguza el intelecto más que el estudio de todos los temas abarcados por la filosofía humana. Los grandes temas que presenta, la digna sencillez con que son tratados estos temas en ella, la luz que derrama sobre los grandes problemas de la vida, reportan fuerza y vigor al entendimiento.
En el gran conflicto que vamos a tener que afrontar, el que quiera mantenerse fiel a Cristo deberá penetrar más hondo que las opiniones y doctrinas de los hombres. Mi mensaje... es este: Observad celosamente vuestras horas de oración, estudio de la Biblia y examen de conciencia. Poned aparte una porción de cada día para estudiar las Escrituras y comulgar con Dios. Así obtendréis fuerza espiritual, y creceréis en el favor de Dios. Él solo puede darnos aspiraciones nobles; él solo puede moldear el carácter según la semejanza divina. Acercaos a él en oración ferviente, y él llenará vuestros corazones de propósitos elevados y santos y de profundos y fervientes anhelos de pureza y claridad de pensamiento.
Una fe tal es lo que se necesita en el mundo hoy, una fe que se aferre a las promesas de la palabra de Dios, y se niegue a renunciar a ellas
antes que el Cielo oiga. Una fe tal nos relaciona estrechamente con el Cielo, y nos imparte fuerza para luchar con las potestades de las tinieblas. Por la fe los hijos de Dios “ganaron reinos, obraron justicia, alcanzaron promesas, taparon las bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de cuchillo, convalecieron de enfermedades, fueron hechos fuertes en batallas, trastornaron campos de extraños”. Hebreos 11:33, 34. Y por la fe hemos de llegar hoy a las alturas del propósito que Dios tiene para nosotros –Profetas y reyes, pp. 115, 116.
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