CÓMO SE REVELA DIOS
Sal 19:1 Al músico principal. Salmo de David.
Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Sal 19:2 Un día emite palabra a otro día,
Y una noche a otra noche declara sabiduría.
Los cielos cuentan la gloria de Dios,
Y el firmamento anuncia la obra de sus manos.
Sal 19:2 Un día emite palabra a otro día,
Y una noche a otra noche declara sabiduría.
Una manera de relacionarse con Dios es contemplar su revelación en la naturaleza. David habla de esto en Salmos 19:1: “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos”. En Salmos 77:19, dice: “En el mar fue tu camino y tus sendas en las muchas aguas”. En Salmos 104:24, leemos: “¡Cuan innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de tus beneficios”.
Podemos ver a Dios en la naturaleza. Él está representado en la resplandeciente puesta de sol, en el cielo azul, en el vuelo sin esfuerzo de la golondrina. Vemos su obra cuando admiramos las montañas coronadas de nieve, las verdes colinas cubiertas de flores, o los inesperados brotes en el desierto. Podemos aprender algo del amor de Dios contemplando la naturaleza.
Es importante la revelación de Dios en la naturaleza. Dios ha llegado hasta apartar un día de los siete para que recordemos su poder creador. Podemos leerlo en Éxodo 20. El mandamiento dice que debemos recordar el séptimo día, y el motivo del mandamiento se presenta en el versículo 11: “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el día séptimo; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”.
Las cosas de la naturaleza nos recuerdan, no sólo que Dios es amor y cuida de todas sus criaturas, sino también que él es el Creador. Nosotros somos sólo sus criaturas. Este memorial no fue iniciado después de la caída del hombre. Fue necesario para recordamos la naturaleza del hombre, no sólo su naturaleza pecadora, sino su naturaleza dependiente de Dios, como ser creado. Por eso el día especial de adoración no se limita a una época o una nación en particular.
La relación de Dios con sus criaturas, y su constante cuidado por ellas enseñan de su amor.
Podemos ver a Dios en la naturaleza. Él está representado en la resplandeciente puesta de sol, en el cielo azul, en el vuelo sin esfuerzo de la golondrina. Vemos su obra cuando admiramos las montañas coronadas de nieve, las verdes colinas cubiertas de flores, o los inesperados brotes en el desierto. Podemos aprender algo del amor de Dios contemplando la naturaleza.
Es importante la revelación de Dios en la naturaleza. Dios ha llegado hasta apartar un día de los siete para que recordemos su poder creador. Podemos leerlo en Éxodo 20. El mandamiento dice que debemos recordar el séptimo día, y el motivo del mandamiento se presenta en el versículo 11: “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el día séptimo; por tanto, Jehová bendijo el día de reposo y lo santificó”.
Las cosas de la naturaleza nos recuerdan, no sólo que Dios es amor y cuida de todas sus criaturas, sino también que él es el Creador. Nosotros somos sólo sus criaturas. Este memorial no fue iniciado después de la caída del hombre. Fue necesario para recordamos la naturaleza del hombre, no sólo su naturaleza pecadora, sino su naturaleza dependiente de Dios, como ser creado. Por eso el día especial de adoración no se limita a una época o una nación en particular.
La relación de Dios con sus criaturas, y su constante cuidado por ellas enseñan de su amor.
Comentarios
Publicar un comentario