CONCLUSIÓN
Vimos en este libro que Jesús viene con poder y gran gloria. La primera vez que vino, nació como un bebé humilde, lo crucificaron y resucitó. Pero pronto llegará el momento en que vendrá por segunda vez como Rey de reyes y Señor de señores (Apocalipsis 19:16). Cristo vendrá acompañado de millones de ángeles que tocan trompetas, en una escena indescriptible de brillo y poder.
“La señal del Hijo del hombre aparecerá en el cielo, y se angustiarán todas las razas de la tierra. Verán al Hijo del hombre venir sobre las nubes del cielo con poder y gran gloria. Y al sonido de la gran trompeta mandará a sus ángeles, y reunirán de los cuatro vientos a los elegidos, de un extremo al otro del cielo” (S. Mateo 24:30, 31). “¡Miren que viene en las nubes! Y todos lo verán con sus propios ojos” (Apocalipsis 1:7).
Para los que aguardan el regreso de Jesús, se trata de la “bendita esperanza” (Tito 2:13). Es la mayor esperanza. Jesús vendrá para buscar a sus escogidos; es decir, a las personas que lo aceptaron como Salvador y que él rescatará de la Tierra en su segunda venida. Aunque en el momento de su regreso estén en las entrañas de la Tierra o en el fondo del mar, resucitarán perfectas, transformadas, así como también serán transformados los que estén vivos en aquel gran día (1 Corintios 15:51-53; 1 Tesalonicenses 4:13-18). Por tanto, el gran objetivo de Jesús en su venida será reunir a los salvos de todas las épocas y llevarlos consigo para vivir eternamente con Dios.
Las señales y los tiempos proféticos indican que la segunda venida de Cristo se acerca. Revelan que vivimos al final del tiempo del fin, ante las puertas de la eternidad. Las guerras, las hambrunas, los desastres, las crisis sociales, políticas, económicas y ecológicas, entre tantas otras cosas, nos muestran que la humanidad está en una gran encrucijada. El mensaje del regreso de Jesús se está anunciando en todo el mundo, y ese movimiento crecerá más y más hacia el final (S. Mateo 24:14). Vivimos en momentos solemnes, que exigen una firme decisión. Según las Escrituras, algo realmente increíble está por suceder.
“Pronto aparece en el este una pequeña nube negra, cuyo tamaño era más o menos la mitad de la mano de un hombre. Es la nube que envuelve al Salvador y que a la distancia parece rodeada de oscuridad. El pueblo de Dios sabe que es la señal del Hijo del Hombre. En silencio solemne la contemplan mientras va acercándose a la Tierra, volviéndose más luminosa y más gloriosa hasta convertirse en una gran nube blanca, cuya base es una gloria como fuego consumidor, y sobre ella el arco iris del Pacto. Jesús marcha al frente como un poderoso conquistador. [...] Con antífonas de melodía celestial, una inmensa e innumerable muchedumbre de ángeles santos lo acompañan en el descenso. El firmamento parece lleno de formas radiantes; ‘millones de millones y millares de millares’ (Apocalipsis 5:11). Ninguna pluma humana puede describir la escena, ni mente mortal es capaz de concebir su esplendor. [...] El Rey de reyes desciende encima de la nube, envuelto en llamas de fuego. El cielo se recoge como un libro que se enrolla, la Tierra tiembla ante su presencia, y toda montaña o isla se mueve de su lugar”.1
Es imposible permanecer indiferente ante este mensaje. La ternura de esta promesa toca el corazón, y Dios habla contigo hoy para reflexionar con cariño en este maravilloso mensaje. Todos debemos tener y alimentar la expectativa del pronto regreso de Jesús. Este gran acontecimiento no depende de la ciencia ni de los líderes mundiales, sino exclusivamente de Dios. Es necesario que quede bien en claro que Jesús volverá, y ese día está más cerca de lo que podemos imaginar. Por lo tanto, toma la mejor decisión. ¡Prepárate para el regreso de Jesús! ¡Abraza la mayor esperanza! Encuentra el camino de regreso al hogar, y experimenta una nueva vida.
Referencias
1 Elena de White, El conflicto de los siglos (Buenos Aires, Argentina: Asociación
Casa Editora Sudamericana, 2015), pp. 698, 699.
Para mayor información sobre la Iglesia Adventista del Séptimo Día, vísite: adventistas.org/es/
"Debes saber que Dios tiene un plan especial para tu vida.
Busca conocerlo mejor y vive con más esperanza"
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