EN ESTOS POSTREROS DÍAS: EL MENSAJE DE HEBREOS
EN ESTOS POSTREROS DÍAS: EL MENSAJE DE HEBREOS
CONTENIDO
Introducción ........................................................................................................ 2
1. La carta a los Hebreos y a nosotros.......................................................... 5
2. El mensaje de Hebreos....................................................................................16
3. Jesús, el Hijo prometido................................................................................27
4. Jesús, nuestro Hermano fiel.......................................................................38
5. Jesús, el Dador del descanso.......................................................................49
6. Jesús, el Sacerdote fiel................................................................................... 60
7. Jesús, el Ancla del alma..................................................................................71
8. Jesús, el Mediador del Nuevo Pacto.......................................................82
9. Jesús, el Sacrificio perfecto.........................................................................93
10. Jesús abre el camino a través del Velo................................................104
11. Jesús, el Autor y Consumador de la fe.................................................115
12. Recibir un reino inconmovible................................................................126
13. Permanezca el amor fraternal................................................................. 137
Fue en la iglesia cuando la vio por primera vez. Estaba haciendo un recado, absorto en sus pensamientos, cuando lo que vio lo impactó. El cuadro tenía poco menos de dos metros de alto y tres de ancho, pero la niña retratada ejercía una extraña fuerza cautivadora sobre el joven. ¿Por qué no podía apartar los ojos de ella? ¿Qué era? Después de reflexionar, se dio cuenta de que eran los ojos. La pintura mostraba solo el rostro, y ella miraba algo fijamente. Pero ¿qué era y por qué estaba tan absorta en eso? Durante mucho tiempo, no pudo quitarse ese cuadro de la cabeza.
Varios años después, el pintor Arnold Jiménez le reveló algunos de sus secretos. La pintura se hizo para que los ojos de ella atrajeran a los espectadores, pero el verdadero secreto estaba en las pupilas. Si miras de cerca, descubrirás que reflejan lo que ella estaba mirando. Sus ojos estaban fijos en Jesús, en la cruz.
El retrato de Jesús en la Epístola a los Hebreos puede ejercer una fuerza cautivadora similar sobre nosotros. En primer lugar, se describe a Jesús como el Soberano del Universo, entronizado a la diestra de Dios. Innumerables ángeles lo celebran, lo adoran y lo sirven (Heb. 1:5–14; 12:22–24). Se ha ganado
el derecho a gobernar porque mediante su muerte confirmó la destrucción del diablo (Heb. 2:14-16). En Hebreos, Jesús también aparece como Sumo Sacerdote exaltado. Sin pecado y perfectamente santo, vive para siempre para ministrar en nuestro favor en el Santuario celestial (Heb. 7:26–8:5). Se ganó el derecho a hacerlo porque se ofreció a sí mismo como sacrificio perfecto, de una vez por todas, eficaz para todos y para siempre (Heb. 10:1-14). Jesús también ha mediado un nuevo pacto entre Dios y su pueblo que permanecerá para siempre (Heb. 8:6–13).
Sin embargo, lo que atrae a los lectores del retrato de Jesús no es simplemente lo que Jesús ha hecho, sino quién es. Él nació de una mujer, como nosotros, y fue tentado y ridiculizado, como nosotros. Aun así, él está en el centro de poder del Universo. Cuando contemplamos la escena celestial, con sus diversos y magníficos seres celestiales, nuestra mirada es atraída por aquel que está en el centro de todo, quien –sorprendentemente– se parece a nosotros porque ha llegado a ser uno de nosotros. Jesús –nuestro Hermano– está allí, en el cielo, representándonos, a pesar de las vergüenzas del pecado y la Caída.
En la persona de Jesús, se cruzan tres dimensiones de la historia de la Redención. La primera es la dimensión personal. Para los lectores fatigados por las luchas y las dificultades de la vida cristiana (Heb. 10:32–34), Jesús será el Autor y Consumador de nuestra fe. Pueden mirar a aquel que también sufrió con los pecadores (Heb. 12:1- 4). La segunda es la dimensión colectiva, nacional. Para el pueblo de Dios, que viaja hacia la Tierra Prometida de Dios, Jesús será el nuevo Josué. Necesitan seguir su ejemplo (Heb. 3; 4; 11; 12). La tercera es la dimensión universal. Jesús es el nuevo Adán, el ‘Hijo del Hombre’, en quien se cumplen los propósitos de Dios para la humanidad (Heb. 2:5–10; 12:22–28).
El retrato de Jesús, que capta la amplitud, la longitud, la altura y la profundidad del amor de Dios por nosotros, es nuestro tema en este trimestre. Y así como la imagen de Jesús en los ojos del cuadro captó la mirada del joven, ojalá que la imagen de Jesús, tal como se muestra en Hebreos, capte no solo nuestra mirada, sino también nuestros afectos y nuestra admiración por él, nuestro Hermano en el cielo.
Félix H. Cortez-Valles es profesor adjunto de Literatura Neotestamentaria en el Seminario Teológico Adventista del Séptimo Día de la Universidad Andrews. Está casado con Alma Gloria Álvarez y tienen
dos hijos: Hadid, pastor en Nueva Jersey; y Alma, estudiante de Arqueología en la Universidad Andrews.
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