AMOR GRATUITO
Dios no solo continuó otorgando su amor gratuitamente a Israel a pesar de las repetidas rebeliones, sino que también sigue amándonos a nosotros aunque somos pecadores. No merecemos el amor de Dios y nunca podríamos ganárnoslo. Dios no nos necesita. El Dios de la Biblia no necesita nada (Hech. 17: 25). El amor de Dios por ti, por mí y por todas las personas es enteramente fruto de su propia voluntad.
Compara Apocalipsis 4: 11 y Salmo 33: 6. ¿Qué nos enseñan estos versículos sobre la decisión libre y voluntaria de Dios de crear todo lo que existe?
Apo 4:11 «Digno eres, Señor y Dios nuestro, de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas; por tu voluntad existen y fueron creadas.»
Sal 33:6 Por la palabra del Señor fueron creados los cielos, y por el soplo de su boca, las estrellas
Dios creó libremente este mundo. En consecuencia, es digno de toda gloria, honor y poder. Él no necesitaba crear ningún mundo. Aun antes de la creación de este o de cualquier otro, ya disfrutaba de la relación de amor que existía entre los integrantes de la Deidad.
Lee Juan 17: 24. ¿Qué nos dice este texto acerca del amor de Dios antes de que el mundo existiera?
Jua 17:24 »Padre, quiero que los que me has dado estén conmigo donde yo estoy. Que vean mi gloria, la gloria que me has dado porque me amaste desde antes de la creación del mundo.
Dios no necesitaba criaturas que fueran objeto de su amor. Pero, de acuerdo con su carácter amoroso, decidió crear el mundo y entrar en una relación de amor con sus criaturas.
Dios no solo creó este mundo por iniciativa propia y como una expresión de su amor generoso, sino que también sigue amando a los seres humanos por iniciativa propia, incluso después de que estos cayeron en pecado en el Edén, e incluso después de que nosotros pecáramos personalmente.
Tras la caída en el Edén, Adán y Eva no tenían derecho a seguir viviendo y disfrutando del amor de Dios. Pero Dios, que «sustenta todas las cosas con la palabra de su poder» (Heb. 1: 3), sostuvo su vida e hizo un camino para reconciliar a la humanidad consigo mismo en virtud de su gran amor, misericordia
y gracia. Y esa reconciliación también nos incluye.
¿Qué nos dice acerca del amor y el carácter de Dios el hecho de que siga haciendo a este mundo objeto de su amor a pesar de su caída y maldad? ¿De qué manera esta verdad debería motivarnos a amarlo?
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