AMOR NO CORRESPONDIDO
Un ejemplo sorprendente del amor de Dios por la humanidad caída se encuentra en la historia de Oseas. Dios ordenó al profeta: «Ve, toma por mujer a una prostituta y ten hijos de prostitución con ella, porque la tierra se prostituye apartándose de Jehová» (Ose. 1: 2). Oseas y su esposa infiel iban a ser una lección
viviente del amor de Dios por su pueblo, incluso a pesar de la infidelidad y la prostitución espiritual de Israel. Es decir, es una historia del amor de Dios por quienes no lo merecen.
De hecho, el pueblo se rebeló contra Dios una y otra vez, a pesar de la fidelidad y el amor que él manifestó hacia ellos. En consecuencia, la Escritura describe repetidamente a Dios como el amoroso esposo no correspondido por una cónyuge infiel. Él había amado a su pueblo perfecta y fielmente, pero ellos lo habían despreciado y habían servido y adorado a otros dioses, entristeciéndolo profundamente y rompiendo la relación de manera aparentemente irremediable.
Lee Oseas 14: 1 al 4. ¿Qué revelan estos versículos acerca del amor inquebrantable de Dios por su pueblo?
Ose 14:1 Vuélvete, Israel, al Señor tu Dios. ¡Tu perversidad te ha hecho caer!
Ose 14:2 Piensa bien lo que le dirás, y vuélvete al Señor con este ruego: «Perdónanos nuestra perversidad, y recíbenos con benevolencia, pues queremos ofrecerte el fruto de nuestros labios.
Ose 14:3 Asiria no podrá salvarnos; no montaremos caballos de guerra. Nunca más llamaremos “dios nuestro”a cosas hechas por nuestras manos, pues en ti el huérfano halla compasión.»
Ose 14:4 «Yo corregiré su rebeldía y los amaré de pura gracia, porque mi ira contra ellos se ha calmado.
Tras la repetida rebelión de su pueblo, Dios declara: «Yo los sanaré de su rebelión, los amaré de pura gracia». La expresión «de pura gracia» en la frase «los amaré de pura gracia» es traducción de la palabra hebrea nedabah, que describe lo que se ofrece voluntariamente. Es el mismo término utilizado para designar las ofrendas voluntarias en el sistema del Santuario.
A lo largo de Oseas, y en todas las narraciones de las Escrituras, Dios muestra un compromiso y una compasión asombrosos en favor de su pueblo. A pesar de que este se descarrió repetidamente tras otros amantes, rompiendo así la relación del pacto de manera aparentemente irremediable, Dios siguió otorgándole su amor. El pueblo no merecía el amor de Dios; lo había rechazado y había perdido todo derecho a él. Sin embargo, Dios continuó otorgándole su amor sin ningún tipo de coacción moral o de otro tipo. Aquí y en otros lugares, la Escritura muestra sistemáticamente que el amor de Dios es voluntario y ofrecido de pura gracia.
Muchos ven a Dios como un gobernante distante y un juez severo. ¿Cómo cambia tu percepción al imaginar a Dios como un esposo amoroso, despreciado y afligido por una cónyuge infiel? ¿Cómo cambia la forma en que ves tu propia relación con Dios?
El amor de Dios está escrito con sangre en el calvario, infelizmente el sistema religioso de nuestros días pinta a un Dios con el látigo en la mano, que la biblia no lo presenta
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