Domingo 5 de enero | Lección 2
EL AMOR ETERNO DE DIOS
Las Escrituras son claras: Dios ama a todos. El versículo más famoso de las Escrituras, Juan 3: 16, proclama esta verdad: «De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree no se pierda, sino que tenga vida eterna».
Lee Salmos 33: 5 y 145: 9. ¿Qué enseñan estos versículos acerca de la extensión o alcance del amor, la compasión y la misericordia de Dios?
Extensión o alcance: Es parta todos los seres humanos. La compasión y misericordia alcanza a todas sus obras. De la misericordia de Dios está llena la tierra.
Algunas personas pueden pensar que no son dignas de ser amadas o que Dios puede amar a todos los demás menos a ellas. Sin embargo, la Biblia proclama sistemáticamente que Dios ama a todas las personas. No hay nadie a quien él no ame. Y, puesto que Dios ama a todos, también quiere que todos se salven.
Lee 2 Pedro 3: 9; 1 Timoteo 2: 4; y Ezequiel 33: 11. ¿Qué enseñan estos textos acerca del amor de Dios y de su deseo de salvar a todos?
El amor de Dios es para todos. El deseo de Dios es que todos se salven, por medio del
conocimiento de la verdad. Dios no quiere la muerte del impío.
El versículo posterior a Juan 3: 16 añade: «Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él» (Juan 3: 17). Si dependiera solo de Dios, todos los seres humanos aceptarían su amor y se salvarían. Sin embargo, el Señor no impone su amor a nadie. Las personas son libres de aceptarlo o rechazarlo.
Y, aunque algunos lo rechacen, Dios nunca deja de amarlos. En Jeremías 31: 3, él proclama a su pueblo: «Con amor eterno te he amado; por eso, te prolongué mi misericordia». En otras partes, la Biblia enseña repetidamente que el amor de Dios es eterno (ver, por ejemplo, Salmo 136). El amor de Dios nunca se agota. Es eterno. Esto nos resulta difícil de entender pues a menudo nos cuesta amar a los demás, ¿verdad?
Sin embargo, si como individuos pudiéramos aprender a experimentar la realidad de ese amor; es decir, conocer por nosotros mismos el amor de Dios, ¡cuán diferente sería nuestra vida y nuestro trato hacia los demás!
Si Dios ama a todas las personas, eso significa que también ama a aquellas que consideramos despreciables (y que abundan por todas partes). ¿Qué nos enseña el amor de Dios hacia estas personas sobre cómo deberíamos relacionarnos con ellas?
El evangelio es para todos, todos pueden hallar la salvación, solo deben aceptar a Jesús como su salvador por medio del arrepentimiento.
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