LA COMPASIÓN DE JESÚS
En el Nuevo Testamento se utiliza el mismo tipo de imágenes que en el Antiguo Testamento para describir la compasión de Dios. Pablo se refiere al Padre como «Padre de misericordias y Dios de toda consolación» (2 Cor. 1: 3). Además, el apóstol explica en Efesios 2: 4 que Dios es «rico en misericordia» y redime a los seres humanos «por su gran amor con que nos amó».
En varias parábolas, Cristo mismo utiliza repetidamente términos de emoción visceral y desgarradora para describir la compasión del Padre (Mat. 18: 27; Luc. 10: 33; 15: 20). Además, el mismo lenguaje que ilustra la compasión divina en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento es utilizado también en los Evangelios para describir las respuestas compasivas de Jesús a quienes están en apuros.
Lee Mateo 9: 36; 14: 14; 23: 37; Marcos 1: 41; 6: 34; y Lucas 7: 13. ¿Cómo ilustran estos versículos la manera en que Cristo se conmovía ante la difícil situación de las personas?
Mat 9:36 Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor.
Mat 14:14 Y saliendo Jesús, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanó a los que de ellos estaban enfermos.
Mat 23:37 ¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
Mar 1:41 Y Jesús, teniendo misericordia de él, extendió la mano y le tocó, y le dijo: Quiero, sé limpio.
Mar 6:34 Y salió Jesús y vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, porque eran como ovejas que no tenían pastor; y comenzó a enseñarles muchas cosas.
Luc 7:13 Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.
Los Evangelios registran con frecuencia el hecho de que Cristo se compadecía de las personas que estaban en situaciones difíciles. No solo sintió compasión de ellas, sino que también se ocupó de sus necesidades.
Jesús también se lamentó por su pueblo. Podemos imaginar las lágrimas en los ojos de Cristo mientras contemplaba la ciudad de Jerusalén: «¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, pero no quisiste!» (Mat. 23: 37). Aquí vemos que el lamento de Cristo coincide estrechamente con el de Dios por su pueblo a lo largo del Antiguo Testamento. De hecho, muchos eruditos bíblicos señalan que la imagen de un ave cuidando de sus crías solo era aplicada a la divinidad en el antiguo Cercano Oriente. Muchos ven aquí una alusión a Deuteronomio 32: 11, donde Dios es representado como un ave que vuela en círculos sobre sus crías, las protege y vela por sus necesidades.
No hay mayor ejemplo del gran amor compasivo de Dios por sus criaturas humanas que Jesús mismo, quien se entregó por nosotros como la máxima demostración de amor. Sin embargo, Cristo no es solo la imagen perfecta de Dios. También es el modelo perfecto de la humanidad.
¿Cómo podemos dar forma a nuestra existencia de acuerdo con el modelo de la vida de Cristo, centrándonos en las necesidades de los demás y, de este modo, no limitándonos a predicar el amor de Dios, sino mostrándolo de forma tangible?
AMEN GLORIA A DIOS SEA
ResponderEliminarGracias hermanos por compartir la palabra 🙏 dioslos bendiga
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