Ir al contenido principal

Lección 5 | AFLIGIDO POR EL MAL | Domingo 26 de enero

Lección 5 | Domingo 26 de enero

AFLIGIDO POR EL MAL

El Dios de la Biblia ama la justicia y odia el mal. El pecado y el mal, por lo tanto, despiertan su ira, una pasión expresada en favor de los oprimidos y maltratados, incluso cuando la maldad de una persona la afecta a ella misma. Dios odia el mal porque este siempre hiere a sus criaturas, aunque sea autoinfligido.

En los relatos bíblicos, Dios es provocado repetidamente a la ira por algo que los eruditos bíblicos denominan el ciclo de la rebelión. Este ciclo es el siguiente:

  • El pueblo se rebela contra Dios y hace lo malo ante sus ojos, incluso atrocidades horrendas como el sacrificio de niños y otras abominaciones.
  • Dios se retira en respuesta a las decisiones del pueblo.
  • El pueblo es oprimido por naciones extranjeras.
  • El pueblo clama a Dios por su liberación.
  • Dios libera al pueblo.
  • El pueblo vuelve a rebelarse contra Dios, a menudo de forma más atroz que antes.

Sin embargo, aunque Dios se enfrenta una y otra vez a la infidelidad humana ante este ciclo de maldad e infidelidad atroces, lo hace con una fidelidad interminable, una paciencia indulgente, una gracia asombrosa y una profunda compasión.

Lee Salmo 78. ¿Qué enseña este pasaje acerca de la respuesta de Dios a las repetidas rebeliones de su pueblo?

Sal 78:1  Escucha, pueblo mío, mi ley; 
 Inclinad vuestro oído a las palabras de mi boca. 
Sal 78:2  Abriré mi boca en proverbios; 
 Hablaré cosas escondidas desde tiempos antiguos,
Sal 78:3  Las cuales hemos oído y entendido; 
 Que nuestros padres nos las contaron. 
Sal 78:4  No las encubriremos a sus hijos, 
 Contando a la generación venidera las alabanzas de Jehová, 
 Y su potencia, y las maravillas que hizo. 
Sal 78:5  El estableció testimonio en Jacob, 
 Y puso ley en Israel, 
 La cual mandó a nuestros padres 
 Que la notificasen a sus hijos; 
Sal 78:6  Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos que nacerán; 
 Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos, 
Sal 78:7  A fin de que pongan en Dios su confianza, 
 Y no se olviden de las obras de Dios; 
 Que guarden sus mandamientos, 
Sal 78:8  Y no sean como sus padres, 
 Generación contumaz y rebelde; 
 Generación que no dispuso su corazón, 
 Ni fue fiel para con Dios su espíritu. 
Sal 78:9  Los hijos de Efraín, arqueros armados, 
 Volvieron las espaldas en el día de la batalla. 
Sal 78:10  No guardaron el pacto de Dios, 
 Ni quisieron andar en su ley; 
Sal 78:11  Sino que se olvidaron de sus obras, 
 Y de sus maravillas que les había mostrado. 
Sal 78:12  Delante de sus padres hizo maravillas 
 En la tierra de Egipto, en el campo de Zoán. 
Sal 78:13  Dividió el mar y los hizo pasar; 
 Detuvo las aguas como en un montón.
Sal 78:14  Les guió de día con nube, 
 Y toda la noche con resplandor de fuego.
Sal 78:15  Hendió las peñas en el desierto, 
 Y les dio a beber como de grandes abismos, 
Sal 78:16  Pues sacó de la peña corrientes, 
 E hizo descender aguas como ríos.
Sal 78:17  Pero aún volvieron a pecar contra él, 
 Rebelándose contra el Altísimo en el desierto; 
Sal 78:18  Pues tentaron a Dios en su corazón, 
 Pidiendo comida a su gusto. 
Sal 78:19  Y hablaron contra Dios, 
 Diciendo: ¿Podrá poner mesa en el desierto? 
Sal 78:20  He aquí ha herido la peña, y brotaron aguas, 
 Y torrentes inundaron la tierra; 
 ¿Podrá dar también pan? 
 ¿Dispondrá carne para su pueblo? 
Sal 78:21  Por tanto, oyó Jehová, y se indignó; 
 Se encendió el fuego contra Jacob, 
 Y el furor subió también contra Israel, 
Sal 78:22  Por cuanto no habían creído a Dios, 
 Ni habían confiado en su salvación. 
Sal 78:23  Sin embargo, mandó a las nubes de arriba, 
 Y abrió las puertas de los cielos, 
Sal 78:24  E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen, 
 Y les dio trigo de los cielos.(F) 
Sal 78:25  Pan de nobles comió el hombre; 
 Les envió comida hasta saciarles. 
Sal 78:26  Movió el solano en el cielo, 
 Y trajo con su poder el viento sur, 
Sal 78:27  E hizo llover sobre ellos carne como polvo, 
 Como arena del mar, aves que vuelan. 
Sal 78:28  Las hizo caer en medio del campamento, 
 Alrededor de sus tiendas. 
Sal 78:29  Comieron, y se saciaron; 
 Les cumplió, pues, su deseo. 
Sal 78:30  No habían quitado de sí su anhelo, 
 Aún estaba la comida en su boca, 
Sal 78:31  Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, 
 E hizo morir a los más robustos de ellos, 
 Y derribó a los escogidos de Israel.(G) 
Sal 78:32  Con todo esto, pecaron aún, 
 Y no dieron crédito a sus maravillas. 
Sal 78:33  Por tanto, consumió sus días en vanidad, 
 Y sus años en tribulación. 
Sal 78:34  Si los hacía morir, entonces buscaban a Dios; 
 Entonces se volvían solícitos en busca suya, 
Sal 78:35  Y se acordaban de que Dios era su refugio, 
 Y el Dios Altísimo su redentor. 
Sal 78:36  Pero le lisonjeaban con su boca, 
 Y con su lengua le mentían; 
Sal 78:37  Pues sus corazones no eran rectos con él,(H) 
 Ni estuvieron firmes en su pacto. 
Sal 78:38  Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; 
 Y apartó muchas veces su ira, 
 Y no despertó todo su enojo. 
Sal 78:39  Se acordó de que eran carne, 
 Soplo que va y no vuelve. 
Sal 78:40  ¡Cuántas veces se rebelaron contra él en el desierto, 
 Lo enojaron en el yermo! 
Sal 78:41  Y volvían, y tentaban a Dios, 
 Y provocaban al Santo de Israel. 
Sal 78:42  No se acordaron de su mano, 
 Del día que los redimió de la angustia; 
Sal 78:43  Cuando puso en Egipto sus señales, 
 Y sus maravillas en el campo de Zoán; 
Sal 78:44  Y volvió sus ríos en sangre, 
 Y sus corrientes, para que no bebiesen.(I) 
Sal 78:45  Envió entre ellos enjambres de moscas(J) que los devoraban, 
 Y ranas(K) que los destruían. 
Sal 78:46  Dio también a la oruga sus frutos, 
 Y sus labores a la langosta.(L) 
Sal 78:47  Sus viñas destruyó con granizo, 
 Y sus higuerales con escarcha; 
Sal 78:48  Entregó al pedrisco sus bestias, 
 Y sus ganados a los rayos.(M) 
Sal 78:49  Envió sobre ellos el ardor de su ira; 
 Enojo, indignación y angustia, 
 Un ejército de ángeles destructores. 
Sal 78:50  Dispuso camino a su furor; 
 No eximió la vida de ellos de la muerte, 
 Sino que entregó su vida a la mortandad. 
Sal 78:51  Hizo morir a todo primogénito en Egipto,
 Las primicias de su fuerza en las tiendas de Cam. 
Sal 78:52  Hizo salir a su pueblo como ovejas, 
 Y los llevó por el desierto como un rebaño.
Sal 78:53  Los guió con seguridad, de modo que no tuvieran temor; 
 Y el mar cubrió a sus enemigos.
Sal 78:54  Los trajo después a las fronteras de su tierra santa,
 A este monte que ganó su mano derecha. 
Sal 78:55  Echó las naciones de delante de ellos;
 Con cuerdas repartió sus tierras en heredad, 
 E hizo habitar en sus moradas a las tribus de Israel. 
Sal 78:56  Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo,
 Y no guardaron sus testimonios; 
Sal 78:57  Sino que se volvieron y se rebelaron como sus padres; 
 Se volvieron como arco engañoso. 
Sal 78:58  Le enojaron con sus lugares altos, 
 Y le provocaron a celo con sus imágenes de talla. 
Sal 78:59  Lo oyó Dios y se enojó, 
 Y en gran manera aborreció a Israel. 
Sal 78:60  Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, 
 La tienda en que habitó entre los hombres,
Sal 78:61  Y entregó a cautiverio su poderío, 
 Y su gloria en mano del enemigo.
Sal 78:62  Entregó también su pueblo a la espada, 
 Y se irritó contra su heredad. 
Sal 78:63  El fuego devoró a sus jóvenes, 
 Y sus vírgenes no fueron loadas en cantos nupciales. 
Sal 78:64  Sus sacerdotes cayeron a espada, 
 Y sus viudas no hicieron lamentación. 
Sal 78:65  Entonces despertó el Señor como quien duerme, 
 Como un valiente que grita excitado del vino, 
Sal 78:66  E hirió a sus enemigos por detrás; 
 Les dio perpetua afrenta. 
Sal 78:67  Desechó la tienda de José, 
 Y no escogió la tribu de Efraín, 
Sal 78:68  Sino que escogió la tribu de Judá, 
 El monte de Sion, al cual amó. 
Sal 78:69  Edificó su santuario a manera de eminencia, 
 Como la tierra que cimentó para siempre. 
Sal 78:70  Eligió a David su siervo, 
 Y lo tomó de las majadas de las ovejas; 
Sal 78:71  De tras las paridas lo trajo, 
 Para que apacentase a Jacob su pueblo, 
 Y a Israel su heredad.
Sal 78:72  Y los apacentó conforme a la integridad de su corazón, 
Los pastoreó con la pericia de sus manos.     

Según la Biblia, el amor y la justicia están indisolublemente ligados. La ira divina es la respuesta apropiada del amor contra el mal, porque el mal siempre hiere a alguien a quien Dios ama. No hay ningún caso en las Escrituras en el que Dios actúe arbitrariamente.

Y, aunque el pueblo de Dios lo abandonó y lo traicionó una y otra vez, él siguió a lo largo de los siglos concediéndole pacientemente una compasión que superaba todas las expectativas razonables (Neh. 9: 7-33), demostrando así la insondable profundidad de su compasión y su amor misericordioso. De hecho, según Salmo 78: 38: «Él [Dios], misericordioso, perdonaba la maldad y no los destruía; apartó muchas veces su ira y no despertó todo su enojo».

Seguramente te has airado alguna vez por el mal hecho a otros. ¿Cómo te ayuda esa emoción a comprender mejor la ira de Dios contra el mal?

Comentarios

  1. Dios nos enseña a tener paciencia tener un corazón perdonador gracias padre celestial por tanto amor amén amén

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Crucigrama - Hechos 15: 1-17

Hechos 15: 1-17 CONCILIO DE JERUSALÉN Hch 15:1  Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. Hch 15:2  Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión. Hch 15:3  Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos. Hch 15:4  Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. Hch 15:5  Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés. Hch 15:6  Y se reunieron los apóstoles y los anci...

Descargar: Preparación para el tiempo del fin - 2 trimestre 2018

CRISTO Y EL FIN DE LOS DÍAS En las últimas horas de su estadía terrenal, el Jesús encarnado les dirigió estas palabras de consuelo a sus discípulos: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis. Y sabéis a dónde voy, y sabéis el camino” (Juan 14:1-4). Aunque sin duda no entendieron completamente el significado de lo que les dijo, ni el tiempo en el que se cumpliría su promesa, los discípulos indudablemente obtuvieron consuelo de las palabras de Jesús. ¿Una habitación en la casa de su Padre? ¿Un lugar que Jesús mismo les estaba preparando? Seguramente, eso sería mejor que cualquier lugar de este mundo en el que se encontraban en ese momento. De hecho, no mucho antes, mientras estaba reunido con sus discípulos,...

Crucigrama Bíblico - 1 Juan 3

Descargar crucigrama 1 Juan 3 1Jn 3:1  Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 1Jn 3:2  Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. 1Jn 3:3  Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro. 1Jn 3:4  Todo aquel que comete pecado, infringe también la ley; pues el pecado es infracción de la ley. 1Jn 3:5  Y sabéis que él apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él. 1Jn 3:6  Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. 1Jn 3:7  Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. 1Jn 3:8  El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio. Para esto...