¿UN DIOS ARREPENTIDO?
¿Puede Dios «arrepentirse»? ¿En qué sentido? Hemos visto que el carácter de Dios no cambia. Sin embargo, algunos textos bíblicos dicen que Dios «se arrepiente». Humanamente hablando, arrepentirse implica reconocer que se ha cometido una falta o un error. ¿Cómo es posible, entonces, que algunos pasajes bíblicos describan a Dios como «arrepentido»?
Lee Éxodo 32: 14 y compáralo con Jeremías 18: 4 al 10. ¿Qué opinas de estas descripciones del «arrepentimiento» de Dios?
Éxo 32:14 Entonces Jehová se arrepintió del mal que dijo que había de hacer a su pueblo.(F)
Jer 18:4 Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla.
Jer 18:5 Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo:
Jer 18:6 ¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel.
Jer 18:7 En un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar, y derribar, y destruir.
Jer 18:8 Pero si esos pueblos se convirtieren de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal que había pensado hacerles,
Jer 18:9 y en un instante hablaré de la gente y del reino, para edificar y para plantar.
Jer 18:10 Pero si hiciere lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré del bien que había determinado hacerle.
En estos y muchos otros pasajes, Dios es descrito como alguien que cede en su juicio en respuesta al arrepentimiento o la intercesión del pueblo. Dios promete desistir del juicio que había planeado traer sobre su pueblo si este se aparta de su maldad. El hecho de que Dios suspenda sus juicios disciplinarios en respuesta al arrepentimiento humano es un tema común en toda la Escritura.
Lee Números 23: 19 y 1 Samuel 15: 29. ¿Qué enseñan estos textos con respecto a si Dios «cede» o «se arrepiente»?
Ni hijo de hombre para que se arrepienta.
El dijo, ¿y no hará?
Habló, ¿y no lo ejecutará?
1Sa 15:29 Además, el que es la Gloria de Israel no mentirá, ni se arrepentirá, porque no es hombre para que se arrepienta.
Estos pasajes declaran explícitamente que Dios «no es hombre para que se arrepienta» (1 Sam. 15: 29) y que «Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta. ¿Acaso dice y no hace? ¿Acaso promete y no cumple?» (Núm. 23: 19). Leídos a la luz de los otros pasajes, estos textos no pueden interpretarse en el sentido de que Dios no «cede» en absoluto, sino que transmiten la verdad de que no «cede» ni se «arrepiente» de la manera en que lo hacen los seres humanos. Dios siempre cumple sus promesas y, aunque cambiará de rumbo en respuesta al arrepentimiento humano, siempre lo hace de acuerdo con su bondad y su Palabra. Dios suspende sus juicios en respuesta al arrepentimiento precisamente porque su carácter es bueno, justo, amoroso y misericordioso.
¿Qué significan las representaciones bíblicas de los cambios que Dios hace en su curso de acción? ¿Qué enseña esto acerca de la constancia de su carácter y del hecho de que entabla con sus criaturas relaciones de reciprocidad que impactan en él?
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