LA PARÁBOLA DE CRISTO ACERCA DE LA VIÑA
En la parábola de Mateo 21 acerca del dueño de la viña, Jesús retoma el relato donde lo dejó Isaías 5 y arroja luz adicional sobre el carácter y las acciones del viñador en favor de su viña.
Lee Mateo 21: 33–39 teniendo en mente la pregunta de Isaías 5: 4. ¿Qué más se podría haber hecho por la viña que no se haya hecho antes?
Mat 21:33 »Escuchen esta historia: El dueño de una finca plantó un viñedo y construyó un muro alrededor. Luego, cavó un lugar para hacer el vino y construyó una torre de vigilancia. Después alquiló el viñedo a unos labradores y se fue de viaje.
Mat 21:34 Cuando llegó el tiempo de la cosecha, el dueño mandó a sus siervos para que hablaran con los labradores y pidieran la parte que le correspondía al dueño.
Mat 21:35 Pero los labradores agarraron a los siervos. Golpearon a uno, mataron a otro y agarraron a pedradas a otro más.
Mat 21:36 El dueño mandó otra vez a otros siervos, y los labradores les hicieron lo mismo.
Mat 21:37 »Más tarde, el dueño les envió a su propio hijo. Se decía a sí mismo: “A mi hijo sí lo respetarán”.
Mat 21:38 Pero cuando los labradores vieron que era el hijo del dueño, dijeron entre ellos: “Este es el heredero, ¡vamos a matarlo para quedarnos con la herencia!”
Mat 21:39 Entonces, lo agarraron, lo echaron fuera del viñedo y lo mataron.
Finalmente, envió a su Hijo (Jesús) pensando: «Tendrán respeto a mi hijo» (Mat. 21: 37). Pero también asesinaron a su Hijo después de decir: «“Este es el heredero. Vamos a matarlo, y así nos quedaremos con su herencia”. Entonces, lo sacaron de la viña y lo mataron» (Mat. 21: 38, 39, RVC).
¿Qué más podía Dios hacer? El Padre nos amó tanto que dio a su Hijo amado (Juan 3: 16). Si el Conflicto Cósmico es del tipo sugerido aquí, no podría resolverse prematuramente mediante el ejercicio del poder divino, sino que requeriría primero una demostración pública del carácter de Dios. Esta demostración ha sido expuesta en última instancia en la obra de Cristo (Rom. 3: 25, 26; 5: 8).
¿Qué más podemos pedir después de que Dios se entregó a sí mismo en Cristo para morir por nosotros para poder así justificarnos sin comprometer en modo alguno su justicia y su amor perfectos?
La Cruz demuestra que Dios hizo todo lo posible para mitigar y eliminar el mal, pero sin destruir el contexto necesario para el florecimiento del amor genuino. Si Dios hubiese dispuesto de una alternativa preferible, ¿no la habría elegido? Aunque las personas sufren mucho a causa del Conflicto Cósmico, Dios es quien más sufre. Cuando miramos a la Cruz, podemos, en efecto, ver el sufrimiento y el dolor que el pecado ha producido a Dios mismo. Sin embargo, tan sagrada era la libertad inherente al amor que Cristo estuvo dispuesto a soportarlo todo para nuestro bien.
Lee Isaías 53: 4. ¿De quiénes eran las «enfermedades» y los «dolores» que Cristo cargó en la Cruz? ¿Qué nos dice esto acerca de lo que Dios ha hecho por nosotros y de lo que le ha costado nuestra salvación?
Comentarios
Publicar un comentario