Lección 4 | Viernes 25 de abril
PARA ESTUDIAR Y MEDITAR
Lee Isaías 44: 24 a 45: 13.
«Poco a poco, primero solapadamente y a hurtadillas, y luego más abiertamente, a medida que aumentaba su fuerza y ganaba el control de las mentes de los hombres, “el misterio de la iniquidad” hizo progresar su obra engañosa y blasfema. De un modo casi imperceptible las costumbres del paganismo penetraron en la iglesia cristiana. El espíritu de transigencia y conformidad fue coartado por algún tiempo por las terribles persecuciones que sufriera la iglesia bajo el régimen del paganismo. Pero cuando la persecución cesó, y el cristianismo entró en las cortes y palacios, la iglesia dejó a un lado la humilde sencillez de Cristo y de sus apóstoles por la pompa y el orgullo de los sacerdotes y gobernantes paganos, y sustituyó los requerimientos de Dios por las teorías y tradiciones de los hombres.
»La conversión nominal de Constantino, a principios del siglo cuarto, causó gran regocijo; y el mundo, disfrazado con capa de rectitud, se introdujo en la iglesia. Desde entonces la obra de corrupción progresó rápidamente. El paganismo que parecía haber sido vencido, vino a ser el vencedor. Su espíritu dominó a la iglesia. Sus doctrinas, ceremonias y supersticiones se incorporaron a la fe y al culto de los que profesaban ser discípulos de Cristo» (Elena G. de White, El conflicto de los siglos, pp. 47, 48).
En línea con la pregunta que aparece al final del miércoles, ¿no corremos todos el peligro, sobre todo cuanto más tiempo estemos aquí, de cambiar «la humilde sencillez de Cristo y de sus apóstoles» por la pompa, el poder, los elogios y las tentaciones del mundo? Si pensamos que no es así, nos engañamos a nosotros mismos.
PREGUNTAS PARA DIALOGAR:
1. Cuando Dios envió a su pueblo al exilio en Babilonia, fue para ellos un momento especialmente doloroso. Abraham había sido llamado a salir de Caldea para establecer el pueblo del pacto como luz para el mundo, y ahora este pueblo era llevado allí en cadenas. Durante su cautiverio, Dios mostró a Israel lo que podría haber ocurrido si hubieran sido fieles.
Nabucodonosor, el gobernante de un sistema totalmente opuesto a Dios, terminó acercándose a Cristo (Dan. 4). Al final del cautiverio en Babilonia, Dios levantó a un rey persa para que sirviera como tipo o representación de Cristo, libertara a su pueblo de Babilonia y lo devolviera a la Tierra Prometida. Aunque Ciro no era israelita, Dios lo eligió para mostrar al mundo el plan de salvación al permitir que el pueblo del pacto regresara a Jerusalén. ¿Qué lecciones podemos aprender acerca de cómo ve Dios a la humanidad a partir del hecho de que usó a personas que no formaban parte de su pueblo para lograr sus objetivos?
2. Puede que no estemos en Babilonia, pero ¿Cuánto de ella puede haber en nosotros? ¿Cómo podemos detectar este problema y corregirlo?
Amén amén 🙏
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