Miércoles 2 de julio | Lección 1
EL NACIMIENTO DE MOISÉS
Lee Éxodo 2:1 al 10. ¿Qué papel desempeñaron la providencia
y la protección de Dios en la historia del nacimiento de Moisés?
Éxo
2:1
Un hombre de la casa de Leví tomó por mujer a una hija de Leví.
Éxo
2:2 La mujer concibió y dio a luz un
hijo; y, viendo que era hermoso, lo tuvo escondido durante tres meses.
Éxo
2:3 No pudiendo esconderlo por más
tiempo, tomó una cestilla de papiro, la calafateó con betún y pez, metió en
ella al niño, y la puso entre los juncos, a la orilla del Río.
Éxo
2:4 La hermana del niño se apostó a lo
lejos para ver lo que le pasaba.
Éxo
2:5 Entonces, la hija del faraón bajó a
bañarse en el Río, mientras sus doncellas se paseaban por la orilla del Río.
Ella divisó la cestilla entre los juncos, y envió una criada para que la
recogiera.
Éxo
2:6 Al abrirla, vio que era un niño que
lloraba. Se compadeció de él y exclamó: "Es un niño de los hebreos."
Éxo
2:7 Entonces, la hermana del niño dijo a
la hija del faraón: "¿Quieres que
vaya y llame una nodriza hebrea para que te críe al niño?"
Éxo
2:8 "Vete", le contestó la
hija del Faraón. Fue, pues, la joven y llamó a la madre del niño.
Éxo
2:9 Y la hija del Faraón le dijo:
"Toma este niño y críamelo, que yo te pagaré." Tomó la mujer al niño
y lo crió.
Éxo
2:10 Cuando creció el muchacho, se lo
llevó a la hija del faraón, que lo adoptó y le llamó Moisés, diciendo:
"Del agua lo he sacado."
El trasfondo histórico del nacimiento
y la vida de Moisés es apasionante porque él vivió durante la época de la
célebre decimoctava dinastía egipcia. Uno de los reyes de esta dinastía,
Tutmosis III, llamado el “Napoleón de Egipto”, es considerado uno de los
faraones más famosos del antiguo Egipto.
Aunque fue condenado a muerte al
nacer (ver Éxo. 1:22), Moisés nació como un hijo especial (hebreo tob,
literalmente “bueno”; Éxo. 2:2). El término hebreo tob describe algo más que la
belleza externa. Esta palabra se utiliza, por ejemplo, para caracterizar la
obra de Dios durante la semana de la Creación, cuando declaró que todo era “muy
bueno” (Gén. 1:4, 10, 31).
Como nueva creación, este niño
“bueno” llegaría a ser, en armonía con el plan de Dios, el adulto que
libertaría a los hebreos de su esclavitud. ¿Quién habría imaginado cuando
nació, especialmente en circunstancias tan terribles, el futuro de este niño?
Sin embargo, Dios cumpliría las promesas que hizo a Abraham, Isaac y Jacob de
otorgar la Tierra Prometida a sus descendientes (Éxo. 2:24, 25), para lo cual
utilizaría a este bebé tob décadas más tarde.
La princesa egipcia Hatshepsut adoptó
a Moisés como hijo. El nombre dado a Moisés es de origen egipcio y significa
“hijo de” o “nacido de”, como se refleja en los nombres Amosis (“hijo de Aj”) o
Tutmosis (“hijo de Tut”). En hebreo su nombre significa “sacado”, ya que fue
milagrosamente salvado cuando fue “sacado” del río.
Es poco lo que sabemos acerca de sus
primeros años de vida. Tras ser salvado milagrosamente y adoptado por
Hatshepsut, Moisés vivió sus primeros doce años con su familia original (Éxo.
2:7-9; Elena de White, Patriarcas y profetas, p. 251) y recibió la mejor
educación egipcia con el fin de prepararlo para ser el próximo faraón de Egipto
(Patriarcas y profetas, p. 245). Gran parte de esa educación resultó inútil e
incluso contraria a lo que realmente importaba: el conocimiento de Dios y de su
verdad.
¿Cuánto de lo que estás aprendiendo es en última instancia inútil para lo que realmente importa?
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