Lección 10 | Jueves 4 de septiembre
LLENO DEL ESPÍRITU DE DIOS
Dios instruyó a Moisés en la preparación de cada detalle de los servicios
del Tabernáculo. Los sacerdotes debían tener vestiduras sacerdotales, pero el
sumo sacerdote llevaba un efod especial con los nombres de los hijos de Israel.
También llevaba un pectoral que portaba el Urim y el Tumim, y debía estar sobre
su corazón (Éxo. 28). Todos los sacerdotes debían ser consagrados (Éxo. 29).
Otros elementos que debían ser cuidadosamente preparados eran el Altar del
Incienso, la fuente para el lavamiento, el aceite de la unción y el incienso
(Éxo. 30).
Lee Éxo. 31:1 al 18. ¿Qué ayuda especial proveyó Dios para que
todos los detalles del Tabernáculo y sus servicios fueran preparados de forma hermosa
y adecuada?
Éxo 31:1 Yahvé habló así a Moisés:
Éxo 31:2 He designado a
Besalel, hijo de Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá;
Éxo 31:3 y le he llenado del
espíritu de Dios concediéndole habilidad, pericia y experiencia en toda clase
de trabajos;
Éxo 31:4 para concebir y
realizar proyectos en oro, plata y bronce;
Éxo 31:5 para labrar piedras
de engaste, tallar la madera y ejecutar cualquier otra labor.
Éxo 31:6 Le he dado por
colaborador a Oholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan; y además, en el
corazón de todos los hombres hábiles he infundido habilidad para que hagan todo
lo que te he mandado:
Éxo 31:7 la Tienda del
Encuentro, el arca del Testimonio, el propiciatorio que la cubre y todos los
utensilios de la Tienda;
Éxo 31:8 la mesa con sus
utensilios, el candelabro con todos sus utensilios, el altar del incienso,
Éxo 31:9 el altar del
holocausto con todos sus utensilios, la pila con su base;
Éxo 31:10 las vestiduras de
ceremonia, las vestiduras sagradas del sacerdote Aarón, y las vestiduras de sus
hijos para las funciones sacerdotales;
Éxo 31:11 el óleo de la
unción y el incienso aromático para el Santuario. Ellos lo harán conforme a
todo lo que te he ordenado.
Éxo 31:12 Yahvé habló así a
Moisés:
Éxo 31:13 Di a los
israelitas: No dejéis de guardar mis sábados, porque el sábado es una señal
entre mí y vosotros, de generación en generación, para que sepáis que yo soy
Yahvé, el que os santifico.
Éxo 31:14 Guardad el sábado,
porque es sagrado para vosotros. El que lo profane morirá. Todo el que haga
algún trabajo en él será exterminado de en medio de su pueblo.
Éxo 31:15 Seis días se
trabajará, pero el día séptimo será día de descanso completo, consagrado a
Yahvé. Todo aquel que trabaje en sábado, morirá.
Éxo 31:16 Los israelitas
guardarán el sábado celebrándolo de generación en generación como alianza
perpetua.
Éxo 31:17 Será una señal
perpetua entre mí y los israelitas, pues en seis días hizo Yahvé los cielos y
la tierra, y el día séptimo descansó y tomó respiro.
Éxo 31:18 Después de hablar
con Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas del Testimonio, tablas de
piedra, escritas por el dedo de Dios.
Esta es la primera ocasión en que las Escrituras dicen que Dios llenaría
a una persona con el Espíritu de Dios. ¿Qué significa esto? Bezaleel fue
capacitado para trabajar artísticamente en el Tabernáculo.
Eso significa que fue equipado con nuevas habilidades, comprensión y
conocimiento acerca de la artesanía necesaria. Además, Dios otorgó a Aholiab y
a muchos otros artesanos el mismo Espíritu para ayudar en este trabajo.
En medio de toda esta creatividad, el sábado es presentado como una señal
de que Dios santifica a su pueblo, lo cual significa que la observancia del
cuarto Mandamiento está asociada a la santificación. Ezequiel observó más
tarde: “Les di también mis sábados, para que fuesen una señal entre mí y ellos,
para que supiesen que yo soy el Señor que los santifico” (Eze. 20:12).
El sábado nos recuerda que el Señor es nuestro Creador (Gén. 2:2, 3),
Redentor y Dios (Deut. 5:15; Mar. 2:27, 28), y que él es santo. Él transforma a
las personas con su presencia a fin de que crezcan mediante su Espíritu y su
Palabra para reflejar un carácter amoroso, bondadoso, generoso y perdonador.
El Decálogo fue el regalo culminante que Dios hizo a Moisés (Éxo. 31:18).
Dios mismo escribió y entregó las dos tablas de piedra con los Diez Preceptos (Éxo.
31:18; Deut. 9:9-11). Estas tablas debían ser colocadas en el Lugar Santísimo y
dentro del Arca del Pacto, bajo el Propiciatorio (Éxo. 25:21).
La palabra “propiciatorio” proviene de un término hebreo
que significa básicamente “expiar”. ¿Por qué fue colocado el “propiciatorio”
sobre la Ley de Dios? ¿Qué esperanza debemos ver en este hecho?
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