Lección 11 | Jueves 11 de septiembre
INTERCESIÓN
Lee Éxodo 32:30 al 32. ¿Cuán lejos fue Moisés en su oración
intercesora en favor de los pecadores?
Éxo 32:30 Al día siguiente,
Moisés les dijo a los israelitas: «Ustedes han cometido un gran pecado. Pero
voy a subir ahora para reunirme con el Señor, y tal vez logre yo que Dios les
perdone su pecado.»
Éxo 32:31 Volvió entonces
Moisés para hablar con el Señor, y le dijo: —¡Qué pecado tan grande ha cometido
este pueblo al hacerse dioses[u] de oro!
Éxo 32:32 Sin embargo, yo te
ruego que les perdones su pecado. Pero si no vas a perdonarlos, ¡bórrame del
libro que has escrito!
Terribles cosas ocurrieron en el campamento israelita a causa de la
rebelión del pueblo, incluso la muerte de muchas personas (Éxo. 32:28). Al día
siguiente, Moisés dijo lo siguiente al pueblo: “Ustedes han cometido un gran
pecado. Pero subiré ahora al Señor; quizá consiga el perdón de su pecado” (Éxo.
32:30).
“Entonces volvió Moisés ante el Señor y le dijo: ‘Este pueblo ha cometido
un gran pecado, porque se hicieron dioses de oro. Te ruego que perdones su
pecado. Y si no, ráeme ahora de tu libro que has escrito’” (Éxo. 32:31, 32).
No es de extrañar que Moisés sea considerado un tipo o prefiguración
histórica de Cristo. En virtud de su oración intercesora por los pecadores y su
disposición a ofrecer su propia vida por ellos, reflejaba sin duda lo que
Cristo hace por todos nosotros. ¡Qué compasión ejemplar por los transgresores!
Moisés demostró su entrega total al Señor y su amor abnegado por las personas.
El libro de Éxodo no indica cuánto tiempo permaneció con el Señor en el monte
esta vez, pero Deuteronomio dice que estuvo en el Sinaí durante cuarenta días
(ver Deut. 9:18).
La palabra traducida como “perdonar” en Éxodo 32:32 proviene de un verbo cuyo
significado básico es “llevar” o “cargar”, como en Isaías 53:4, que dice lo siguiente
acerca de Jesús: “Él llevó nuestras enfermedades”. Qué poderosa visión del
proceso de salvación y perdón, y de cuánto costó a Dios nuestra salvación.
Moisés estaba pidiendo al Señor que “llevara” el pecado del pueblo,
precisamente lo que hizo en la cruz miles de años después. Éxodo 32:32 muestra no
solo la idea de la expiación sustitutoria, sino también que Dios mismo es quien
la realiza.
Este texto ilustra cómo ocurre el perdón. Dios cargó, en Cristo, con
nuestros pecados, la única forma en que podíamos ser perdonados. Cuán poderosa
expresión del plan de salvación y qué demostración para nosotros y para el
cosmos de lo que Dios estuvo dispuesto a hacer para salvarnos.
Moisés pidió a Dios que cargara con los pecados del pueblo
y el Señor lo hizo finalmente en Jesús. ¿Cómo podemos asimilar esta asombrosa
verdad? ¿Qué nos dice ella acerca del amor de Dios por la humanidad caída?
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