Lección 13 | Martes 23 de septiembre
EL TABERNÁCULO CONSTRUIDO
Lee Éxodo 36:8 a 39:31. ¿Por qué crees que se dieron instrucciones
tan explícitas? ¿Qué nos enseña esto acerca del interés de Dios por cada
detalle?
Éxo 36:8 Entonces los
artífices más expertos de entre los que ejecutaban el trabajo hicieron la
Morada con diez tapices de lino fino torzal, de púrpura violeta y escarlata y
de carmesí con querubines bordados.
Éxo 36:9 La longitud de cada
tapiz era de veintiocho codos y la anchura de cuatro. Todos los tapices tenían
las mismas medidas.
Éxo 36:10 Unió cinco tapices
entre sí y lo mismo los otros cinco.
Éxo 37:1 Besalel hizo el arca de madera de acacia, de
dos codos y medio de largo, codo y medio de ancho, y codo y medio de alto.
Éxo 37:2 La revistió de oro
puro, por dentro y por fuera, y además puso en su derredor una moldura de oro.
Éxo 37:3 Fundió cuatro
anillas de oro para sus cuatro pies, dos anillas a un costado y dos anillas al
otro.
Éxo 37:4 Hizo también
varales de madera de acacia, que revistió de oro;
Éxo 37:5 pasó los varales
por las anillas de los costados del arca, para transportarla.
Éxo 37:6 Después hizo un
propiciatorio de oro puro, de dos codos y medio de largo, y de codo y medio de
ancho.
Éxo 37:7 Hizo igualmente dos
querubines de oro macizo; los hizo en los dos extremos del propiciatorio;
Éxo 37:8 el primer querubín
en un extremo y el segundo en el otro; hizo los querubines formando un cuerpo
con el propiciatorio en sus dos extremos.
Éxo 37:10 Hizo, además, la
mesa de madera de acacia, de dos codos de largo, un codo de ancho y codo y
medio de alto.
Éxo 37:11 La revistió de oro
puro y le puso alrededor una moldura de oro.
Éxo 37:17 Hizo el candelabro
de oro puro. Hizo el candelabro de oro macizo, su pie y su tallo. Sus cálices -
corolas y flores - formaban con él un cuerpo.
Éxo 37:18 De sus lados
salían seis brazos: tres brazos de un lado, y tres brazos de otro.
Éxo 37:29 Preparó también el
óleo sagrado de la unción, y el incienso aromático puro, como lo prepara el
perfumista.
Éxo 38:1 Hizo el altar de los holocaustos de madera de
acacia, de cinco codos de largo y cinco de ancho, cuadrado, y de tres codos de
alto.
Éxo 38:2 Hizo sobresalir de
sus cuatro ángulos unos cuernos que formaban un cuerpo con él, y lo revistió de
bronce.
Éxo 38:9 Hizo también el
atrio; por el lado del Negueb, hacia el sur, estaba el cortinaje del atrio, de
lino fino torzal, de cien codos.
Éxo 38:21 Éste es el
inventario de la Morada, de la Morada del testimonio, realizado por orden de
Moisés, y hecho por los levitas bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote
Aarón.
Éxo 38:22 Besalel, hijo de
Urí, hijo de Jur, de la tribu de Judá, hizo todo cuanto Yahvé había mandado a
Moisés,
Éxo 38:23 juntamente con
Oholiab, hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, que era artífice, bordador y
recamador en púrpura violeta y escarlata, en carmesí y lino fino.
Éxo 38:24 El total del oro
empleado en el trabajo, en todo el trabajo del Santuario, es decir, el oro de
la ofrenda reservada, fue de veintinueve talentos y setecientos treinta siclos,
en siclos del Santuario;
Éxo 38:25 la plata de los
incluidos en el censo de la comunidad, cien talentos y mil setecientos setenta
y cinco siclos, en siclos del Santuario:
Éxo 39:1 Hicieron para el servicio del Santuario
vestiduras de ceremonia de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino.
Hicieron también las vestiduras sagradas de Aarón, como Yahvé había mandado a
Moisés.
Éxo 39:2 Hicieron, pues, el
efod, de oro, de púrpura violeta y escarlata, de carmesí y lino fino torzal.
Éxo 39:3 Batieron oro en
láminas y las cortaron en hilos para hacer bordado junto con la púrpura violeta
y escarlata, con el carmesí y el lino fino.
Éxo 39:4 Pusieron al efod
hombreras y lo fijaron por sus dos extremos.
Éxo 39:30 E hicieron de oro
puro una lámina, la diadema sagrada en la que grabaron, como se graban los
sellos: "Consagrado a Yahvé."
Éxo 39:31 Fijaron en ella un
cordón de púrpura violeta para sujetarla en la parte superior de la tiara, como
Yahvé había mandado a Moisés.
Moisés construyó el Tabernáculo cuidadosa y diligentemente según las instrucciones
que había recibido en el monte Sinaí. El texto bíblico enumera lo siguiente:
(1) el Tabernáculo, con sus diferentes telas, cortinas y partes (Éxo. 36:
8-38);
(2) el Arca (Éxo. 37:1-9);
(3) la mesa para los panes de la proposición (Éxo. 37:10-16);
(4) el candelabro (Éxo. 37:17-24);
(5) el Altar del Incienso (Éxo. 37:25-9);
(6) el Altar del Holocausto (Éxo. 38:1-7);
(7) la fuente para el lavamiento (Éxo. 38:8);
(8) el atrio (Éxo. 38:9-20); y
(9) el material utilizado para el Tabernáculo (Éxo. 38:21-31).
Éxodo 39 describe el efod, el pectoral y otros elementos de la vestimenta
sacerdotal.
Los servicios del Tabernáculo eran lecciones visuales acerca del
evangelio, pues ilustraban todo el plan de redención. Las diversas ceremonias
representaban:
(1) cuánto aborrece Dios el pecado y cómo trata con él,
(2) cómo salva a las personas arrepentidas,
(3) cuál es el destino de los malvados, y
(4) cómo asegurará Dios un futuro glorioso libre del mal.
Dos servicios diferentes, pero estrechamente relacionados, eran
celebrados durante el año en el Santuario, o Tabernáculo: el servicio diario y
el anual. Este ministerio en dos fases ilustraba cómo actúa Dios con el pecado
y cómo salva a los pecadores. A través de los servicios diarios del Santuario,
Dios aseguraba a quienes se arrepentían que perdonaba sus pecados y les ofrecía
la salvación por gracia. Para recibir este don de la salvación, era necesario
realizar ciertos sacrificios de animales cuya sangre señalaba la futura muerte
del Mesías, cuya sangre “nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7). La confesión
del pecado y la aceptación del manto de la justicia de Cristo eran el centro de
este don (Sal. 32:1, 2).
De este modo, el pecador arrepentido recibía la seguridad del perdón y
podía regocijarse en la salvación.
El servicio anual, realizado durante el Día de la Expiación, demostraba
cómo erradica Dios el pecado, cómo resuelve el problema que este representa y
cómo asegura un futuro sin la existencia del mal (Lev. 16; Juan 1:29). En la
actualidad, el doble ministerio de Cristo en el Santuario celestial es otra
expresión de la obra de Dios en nuestro favor (Heb. 7:25) y traerá la solución
final al problema del mal (Dan. 7:13, 14, 22, 27; 8:14; Apoc. 21:4).
El Santuario era un lugar destinado a adorar a Dios, alabarlo y
expresarle gratitud. La adoración consiste en sostener nuestra relación con
Dios, quien invita a los creyentes a esa comunión.
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