Lunes 11 de febrero: El significado de las trompetas
Muy pronto después que dejaron Egipto fueron organizados y disciplinados cabalmente. En su providencia especial, Dios había calificado a Moisés para que se pusiera a la cabeza de los ejércitos de Israel. Había sido un poderoso guerrero en su conducción de los ejércitos egipcios, y en su liderazgo ningún hombre lo sobrepasaba. El Señor no dejó que su santo tabernáculo fuera llevado indiscriminadamente por cualquier tribu que quisiera hacerlo. Fue sumamente cuidadoso, al punto de especificar el orden que quería que se observara en el transporte del arca sagrada, y designar una familia especial de entre los levitas para llevarla. Cuando convenía para bien del pueblo y para la gloria de Dios que levantaran sus tiendas en cierto lugar, Dios les revelaba su voluntad haciendo que el pilar de nube descansara directamente sobre el tabernáculo, donde permanecía hasta cuando él decidiera que debían reanudar la marcha. En todas sus jornadas se requería de ellos que observaran perfecto orden. Cada tribu llevaba un estandarte con el signo de la casa de su padre sobre él, y se requería que cada tribu acampara bajo su propio estandarte. Cuando el arca se movía, los ejércitos avanzaban y las diferentes tribus marchaban en orden bajo sus propios estandartes. El Señor designó a los levitas como la tribu en cuyo medio se debía transportar el arca sagrada. Moisés y Aarón marchaban justo al frente del arca, y los hijos de Aarón los seguían de cerca, cada uno de ellos llevando una trompeta. Debían recibir las instrucciones de Moisés, y comunicarlas al pueblo por medio de las trompetas. Esos instrumentos producían sonidos especiales que el pueblo comprendía, moviéndose entonces en la forma correspondiente.Los trompeteros daban primero una señal para llamar la atención de la gente; luego, todos debían estar atentos y obedecer el sonido claro de las trompetas. No había confusión de sonido en las voces de las trompetas; por lo tanto, no había excusa para la confusión en los movimientos. El jefe de cada compañía daba instrucciones definidas con respecto a los movimientos que debían ejecutar, y ninguno que pusiera atención era dejado en la ignorancia con respecto a lo que debía hacer. (Testimonio para la iglesia, t. 1, p. 563).
Al reflejar la imagen de Jesucristo, mediante la hermosura y la santidad de sus caracteres, por su continua abnegación y su separación de todos los ídolos, grandes o pequeños, revelan que han aprendido en la escuela de Cristo. Están continuamente posesionándose del espíritu de amor y de paciencia, de humildad y de suavidad, y están como representantes de Cristo, como el espectáculo para el mundo, para los ángeles y para los hombres. ... Ellos han de permanecer en la poderosa fortaleza de la verdad, y su luz ha de brillar lejos en las tinieblas morales del mundo. El Señor tiene un mensaje para los centinelas de las murallas de Sion. La trompeta ha de dar un sonido definido. —Manuscrito 53, 1890, pp. 13, 14. (Nuestra elevada vocaci6n, p. 249).
Hay una obra que efectuar entre las iglesias adventistas que aún no se ha realizado. Los ángeles ministradores están esperando para ver quién iniciará la tarea con espíritu recto... Humíllense todos ante Dios, pidiendo gracia y sabiduría para poder ver en qué han violado su santa ley. A menos que su Espíritu los ilumine, nunca lo sabrán, aunque sus hermanos se lo muestren. Los que se niegan a tener una relación correcta con Dios, los que no obedecen las normas de su gobierno, no poseen su señal... El Señor es misericordioso. No castiga a su pueblo porque lo odia, sino porque odia los pecados que está cometiendo. Debe corregirlos para que puedan volver a su lealtad. Su plan es que el castigo sea una advertencia para ellos y para los demás. Nadie necesita andar en tinieblas. Nadie tiene necesidad de decir: “Especifícame las ofensas precisas de las cuales soy culpable”. A los que dicen así, les doy la palabra del Señor: “Inquiere en oración y lo sabrás”. (Alza tus ojos, p. 238).
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