Miércoles 13 de febrero: Come el librito
Debemos presentar la última advertencia de Dios a los seres humanos, con ferviente estudio de la Biblia y activa difusión de la luz. Que cada alma que ha recibido la iluminación divina trate de impartirla a otros. Que los obreros vayan de casa en casa y abran la Biblia ante la gente, que hagan circular las publicaciones, que comuniquen a otros la luz que ha bendecido sus propias almas.Hay que llevar a cabo una gran obra, y los que conocen la verdad debieran ayudar con entusiasmo. El amor de Cristo debe llenar sus corazones. El Espíritu de Cristo debe derramarse sobre ellos, y deben (100) prepararse para el juicio. Al consagrarse a Dios, un poder convincente apoyará sus esfuerzos por presentar la verdad a otras personas. No debemos continuar durmiendo en el terreno encantado de Satanás, sino que debiéramos poner en acción todos nuestros recursos, y aprovechar toda facilidad provista por la Providencia. La última advertencia debe ser proclamada ante "muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes" (Apoc. 10:11); y se les ha dado esta promesa: "He aquí estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mat. 28:20). (Testimonios para la iglesia T9 pág. 99)
Todos… serán probados. Si toman a Cristo como modelo, él les concederá sabiduría, conocimiento y discernimiento; crecerán en gracia y capacidad en la senda de Cristo; sus caracteres serán modelados a semejanza del suyo. Si fracasan en observar los métodos del Señor, otro espíritu controlará su mente y su criterio; harán planes sin tomar en cuenta al Señor, seguirán su propio curso de acción y abandonarán las posiciones que han ocupado. La luz les ha sido dada; si se apartan de ella, que nadie les ofrezca un soborno para inducirlos a permanecer. Se transformarán en un estorbo y una trampa. Llegará el tiempo cuando todo lo que puede ser zarandeado será zarandeado, de modo que permanezcan sólo las cosas que son inamovibles. Cada caso está llegando delante de Dios para ser revisado; él está ocupado en medir el templo y los adoradores que en él se encuentran. (Testimonios para la iglesia T7 p. 210)
La iglesia ha de sostener firme y decididamente sus principios ante todo el universo celestial y los reinos del mundo; la inquebrantable fidelidad en mantener el honor y el carácter sagrado de Dios atraerá la atención y la admiración aun del mundo, y muchos serán inducidos, por las buenas obras que contemplen, a glorificar a nuestro Padre que está en los cielos.
El Señor ha provisto a su iglesia de talentos y bendiciones, para que presente ante el mundo una imagen de la suficiencia de Dios y para que su iglesia sea completa en él, una constante ejemplificación de otro mundo, el mundo eterno, regido por leyes superiores a las terrenas. Su iglesia ha de ser un templo erigido a la semejanza divina, y el arquitecto angelical ha traído del cielo su áurea vara de medir, para que cada piedra pueda ser labrada y escuadrada según la medida divina y pulida para brillar como emblema del cielo, irradiando en todas direcciones los rayos brillantes y claros del Sol de justicia. La iglesia ha de ser alimentada con el maná celestial y mantenida bajo la única custodia de su gracia. Revestida con la armadura completa de la luz y la justicia, entra en su final conflicto. La escoria, el material inútil será consumido, y la influencia de la verdad testifica ante el mundo de su carácter santificador y ennoblecedor... (Testimonios para los ministros p. 16,17)
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