Martes 21 de mayo: El gozo y la responsabilidad de ser padres
Tratar con las mentes humanas es un trabajo muy delicado. La disciplina necesaria para uno quebrantaría a otro; por lo tanto, padres, estudien el carácter de sus hijos. Nunca sean rudos ni actúen por impulso.
No es mediante un acto que se forma el carácter, sino por una repetición de actos que se establecen los hábitos y se confirma el carácter. Para tener un carácter semejante al de Cristo es necesario actuar como lo hacía Cristo. Los cristianos mostrarán un carácter santo y sus acciones e impulsos serán motivados por el Espíritu Santo.—The Signs of the Times, 6 de agosto de 1912. (Mente carácter y personalidad, t. 2, pp. 572,573)
“Nuestro Padre celestial, al dar su Palabra, no olvidó a los niños. ¿Puede hallarse entre los escritos de los hombres algo que tenga tanta influencia sobre el corazón, algo tan adecuado para despertar el interés de los pequeñuelos, como los relatos de la Biblia?
“Mediante esas sencillas historias se pueden explicar los principios de la ley de Dios.”—La Educación, 180.
Este Espíritu se deleita en dirigirse a los niños, y en descubrirles los tesoros y las bellezas de la Palabra. Las promesas hechas por el gran Maestro cautivarán los sentidos y animarán al alma del niño con un poder espiritual divino. Crecerá en la mente receptiva una familiaridad con las cosas divinas, que será una barricada contra las tentaciones del enemigo.”—Ibid. 132. (La fe por la cual vivo, p. 273)
Aquellos que han visto la verdad y sentido su importancia, y han gozado de una experiencia en las cosas de Dios, han de enseñar sana doctrina a sus hijos. Deben familiarizarlos con los grandes pilares de nuestra fe, las razones por las cuales somos adventistas del séptimo día, por qué se nos ha llamado a ser, al igual que los hijos de Israel, un pueblo especial, una nación santa, separados y diferentes de toda la demás gente sobre la faz de la tierra. Estas cosas deben explicarse a los niños en lenguaje sencillo y fácil de entender; y, al ir aumentando en edad, las lecciones impartidas deberán adaptarse a su creciente capacidad, hasta que los fundamentos de la verdad hayan sido echados amplia y profundamente.
Padres,... ¿Estáis diariamente trabajando para aventajar en liderazgo al enemigo y salvar a vuestros hijos de sus engaños? ¿Estáis abriendo ante ellos las preciosas verdades de la Palabra de Dios, explicándoles las razones de vuestra fe, de manera que sus tiernos pies puedan plantarse sobre la plataforma de la verdad?
La Biblia con sus preciosas joyas de verdad no fue escrita para los eruditos solamente. Al contrario, fue ideada para la gente común; y la interpretación dada por la gente común, con el auxilio del Espíritu Santo, es la que más concuerda con la verdad tal cual es en Jesús. Las grandes verdades necesarias para la salvación han sido hechas claras como el mediodía, y ninguno errará ni perderá el camino excepto aquellos que siguen su propio criterio en vez de la voluntad revelada de Dios. (Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 309,310).
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