Martes 15 de octubre: Las 70 semanas y los 2.300 días
Las setenta semanas —490 días descontadas de los 2.300 días, quedaban 1.810 dias. Concluidos los 490 dias, quedaban aún por cumplirse los 1.810 dias. Contando desde 34 de J.C. los 1.810 años alcanzan al año 1844. Por consiguiente, los 2.300 días de (Daniel 8:14) terminaron en 1844. Al fin de este gran período profético, según el testimonio del ángel de Dios, "el santuario" debía ser purificado". De este modo la fecha de la purificación del Santuario —la cual se creía casi universalmente que se verificaría en el segundo advenimiento de Cristo- quedó definitivamente establecida...Al empezar a estudiar las Sagradas Escrituras como lo hizo, para probar que son una revelación de Dios, Miller no tenia la menor idea de que llegaría a la conclusión a que había llegado. Apenas podía él mismo creer en los resultados de su investigación. Pero las pruebas de la Santa Escritura eran demasiado evidentes y concluyentes para rechazarlas...
Asi como Elisco fue llamado cuando seguía a sus bueyes en el campo, para recibir el manto de la consagración al ministerio profético, así también Guillermo Miller fue llamado a dejar su arado y revelar al pueblo los misterios del reino de Dios. Con temblor dio principio a su obra de conducir a sus oyentes paso a paso a través de los periodos proféticos hasta el segundo advenimiento de Cristo. Con cada esfuerzo cobraba más energia y valor al ver el marcado interés que despertaban sus palabras (El conflicto de los siglos, pp. 376, 378).
Cuando el poder de Dios testifique acerca de la verdad, esta permanecerá para siempre como verdad. No debe aceptarse ninguna suposición posterior contraria a la luz que Dios ha dado. Se levantarán hombres cuyas interpretaciones de la Escritura les parecerá la verdad, pero no será la verdad. Dios nos ha dado la verdad para este tiempo como fundamento de nuestra fe. El mismo nos ha enseñado qué es la verdad. Se levantarán uno y otro con nueva luz que contradecirá la luz que Dios ha dado con demostraciones de su Espíritu Santo... No recibamos las palabras de los que vienen con un mensaje que contradiga los puntos esenciales de nuestra fe. Reúnen gran cantidad de textos de las Escrituras y los apilan como prueba de las teorías que sostienen. Esto se ha hecho una y otra vez... Mientras las Escrituras sean la palabra de Dios y deba ser respetada, si la aplicación de ellas inodifica siquiera un pilar del fundamento que Dios ha sostenido estos cincuenta años, se comete un gran error. El que haga tal aplicación no conoce la maravillosa demostración del Espíritu Santo, que dio poder y fuerza a los mensajes pasados que llegaron al pueblo de Dios (El otro poder, pp. 31, 32).
Comentarios
Publicar un comentario