Jueves 28 de noviembre:
En la Santa Ciudad
El ejemplo de este santo hombre [Nehemías] debiera ser una lección para todos los hijos de Dios, a fin de que no solo oren ellos con fe, sino que trabajen también con diligencia y fidelidad. ¡Cuántas dificultades encontramos, cuán a menudo impedimos que la Providencia obre en nuestro favor, debido a que se considera que la prudencia, la previsión y el esmero tienen poco que ver con la religión! Es esta una gran equivocación. Es deber nuestro cultivar y ejercitar toda facultad que nos haría más eficientes obreros para Dios. La consideración cuidadosa y los planes bien pensados, son tan esenciales para el éxito de las empresas sagradas hoy en día como en el tiempo de Nehemías (Servicio cristiano, p. 296).
Los que aguardan la pronta aparición de Cristo no estarán ociosos. Al contrario, serán diligentes en sus asuntos. No trabajarán con negligencia y falta de honradez, sino con fidelidad, presteza y esmero.
Los que se lisonjean de que el descuido y la negligencia en las cosas de esta vida son evidencia de su espiritualidad y de su separación del mundo incurren en un gran error. Su veracidad, fidelidad e integridad se prueban mediante las cosas temporales. Si son fieles en lo poco, lo serán en lo mucho.
Se me mostró que es en esto donde muchos no superan la prueba. Desarrollan su verdadero carácter en el manejo de las preocupaciones temporales. Son infieles, maquinadores y deshonestos en su trato con sus semejantes. No consideran que su derecho a la vida futura e inmortal depende de cómo se conducen en los asuntos de la presente, y que la más estricta integridad es indispensable para la formación de un carácter justo (Testimonios para la iglesia, l. 4, p. 304).
Los que están trabajando en lugares donde la obra no ha comenzado hace mucho, con frecuencia se encontrarán grandemente necesitados de mejores medios. Su obra parecerá estar estorbada por falta de esos medios, pero no se preocupen. Presenten todo al asunto al Señor en
oración. Cuando tratamos de vigorizar la obra en un territorio nuevo, con frecuencia hemos llegado al límite de nuestros recursos. A veces parecía como si no hubiéramos podido avanzar más. Pero continuamos elevando nuestras peticiones a las cortes celestiales, siendo abnegados todo el tiempo, y Dios escuchó nuestras oraciones y las contestó enviándonos medios para el avance de la obra.
Colocad cada ansiedad a los pies del Redentor. "Pedid, y recibiréis". Juan 16:24. Trabajad. orad y creed de todo corazón. Antes de hacer algo, no esperéis hasta que el dinero esté en vuestras manos. Avanzad por fe... Mientras oráis a Dios en procura de ayuda, aprended a creer. Practicad la abnegación, pues toda la vida de Cristo en esta tierra fue de abnegación. Vino para mostrarnos lo que debemos hacer a fin de ganar la vida eternal.
Haced lo mejor que podáis, y luego esperad paciente, esperanza da y regocijadamente, porque no pueden fallar las promesas de Dios (Mensajes selectos, t. 1, p. 102).
Viernes 29 de noviembre: Para estudiar y meditar
El camino a Cristo, "Cómo lograr una magnífica renovación", pp. 57-65.
Maranata: El Señor viene, "¿Lloraremos o nos regocijaremos?", p. 39.
Comentarios
Publicar un comentario