Lunes 11 de noviembre:
El comienzo de la oración
En cuanto se refiere a este mundo, la obra de la creación de Dios está terminada, pues fueron “acabadas las obras desde el principio del mundo". Hebreos 4:3. Pero su energía sigue ejerciendo su influencia para sustentar los objetos de su creación. Una palpitación no sigue a la otra, y un hálito al otro, porque el mecanismo que una vez se puso en marcha continúe accionando por su propia energía inherente; sino que todo hálito, toda palpitación del corazón es una evidencia del completo cuidado que tiene de todo lo creado Aquel en quien "vivimos, y nos movemos, y somos”. Hechos 17:28... La mano de Dios dirige los planetas, y los mantiene en su puesto en su ordenada marcha a través de los cielos...
Las obras de la creación dan testimonio de la grandeza y del poder de Dios. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos". Salmos 19:1. Los que reciben la Palabra escrita como su consejera encontrarán en la ciencia un auxiliar para comprender a Dios. “Porque las cosas invisibles de él, su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas". Romanos 1:20 (Patriarcas y profetas, pp. 107, 108).
Si queréis ver las evidencias de que hay un Dios contemplad a vuestro alrededor, al azar. El está hablando a vuestros sentidos e impresionando vuestra alma mediante sus obras creadas. Dejad que vuestros corazones reciban esas impresiones, y la naturaleza será para vosotros un libro abierto, y os enseñará la verdad divina a través de las cosas familiares. Los árboles elevados no serán considerados con indiferen cia. Cada flor que se abre, cada hoja con sus venas delicadas, testificará de la habilidad infinita del gran Artista Maestro. Las rocas macizas y las elevadas montañas que se levantan a la distancia, no son el resultado de la casualidad. Hablan con silenciosa elocuencia de Aquel que se sienta en el trono del universo, exaltado y excelso. “Conocidas son a Dios desde el siglo todas sus obras". Hechos 15:18. Todos sus planes son perfectos. ¡Cuánto pavor y reverencia debiera inspirar su nombre! (Nuestra elevada vocación, p. 253). Jehová, el eterno, el que posee existencia propia, el no creado, el que es la fuente de todo y el que lo sustenta todo, es el único que tiene derecho a la veneración y adoración supremas. Se prohíbe al hombre dar a cualquier otro objeto el primer lugar en sus afectos o en su servicio. Cualquier cosa que nos atraiga y que tienda a disminuir nuestro amor a Dios, o que impida que le rindamos el debido servicio es para nosotros un dios (Patriarcas y profetas, p. 313).
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