Jueves 12 de diciembre del 2019:
¿No hicieron así vuestros padres?
Si estaba bien que David satisficiese su hambre comiendo el pan que había sido apartado para un uso santo, entonces estaba bien que los discípulos supliesen su necesidad recogiendo granos en las horas sagradas del sábado….Cristo quería enseñar a sus discípulos y a sus enemigos que el servicio de Dios está antes que cualquier otra cosa. El objeto de la obra de Dios en este mundo es la redención del hombre; por lo tanto, lo que es necesario hacer en sábado en cumplimiento de esta obra, está de acuerdo con la ley del sábado. Jesús coronó luego su argumento declarándose “Señor del sábado,” es decir un Ser por encima de toda duda y de toda ley….
Jesús no dejó pasar el asunto con la administración de una reprensión a sus enemigos. Declaró que su ceguera había interpretado mal el objeto del sábado. Dijo: “Si supieseis qué es: Misericordia quiero y no sacrificio, no condenaríais a los inocentes.” [Mateo 12:7] Sus muchos ritos formalistas no podían suplir la falta de aquella integridad veraz y amor tierno que siempre caracterizarán al verdadero adorador de Dios (El Deseado de todas las gentes, p. 251, 252).
Algunos estaban muy sorprendidos de que el sábado nos esforzáramos por traerlos a la reunión. Se les había enseñado que la observancia del sábado consistía mayormente en inactividad física; y pensaban que porque éramos celosos en la observancia del sábado lo guardaríamos de acuerdo con las enseñanzas de los fariseos.
Les dijimos a nuestros amigos que en cuanto a la observancia del sábado, hemos estudiado el ejemplo y las enseñanzas de Cristo, quien a menudo pasaba el sábado haciendo esfuerzos fervientes para sanar y enseñar; que creíamos que una de nuestras hermanas que estaba cuidando a una familia enferma estaba guardando el sábado tanto como quien dirigía una división de la escuela sabática; que Cristo no pudo agradar a los fariseos de su tiempo, y que no esperábamos que nuestros esfuerzos para servir al Señor satisficieran a los fariseos modernos (Mensajes selectos, t. 3, p. 295).
La escuela sabática y la reunión del culto ocupan sólo una parte del sábado. La parte que queda para la familia puede abarcar las más sagradas y preciosas horas del sábado. Mucho de este tiempo deben pasarlo los padres con sus hijos.
¡Oh el sábado! Sea el más dulce y el más bendito de todos los días de la semana….
Los padres pueden…. hacer del sábado una delicia, si toman la debida actitud. A los niños puede interesarse en la buena lectura o en la conversación en cuanto a la salvación de su alma. Pero habrán de ser educados y preparados. El corazón natural no está propenso a pensar en Dios, el cielo ni las cosas celestiales. Deberá contrarrestarse continuamente la corriente de mundanalidad e inclinación al mal y deberá fomentarse la luz celestial (Conducción del niño, p. 504).
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