Lunes, 6 de abril:
El proceso de la inspiración
La Biblia está escrita por hombres inspirados, pero no es la forma del pensamiento y de la expresión de Dios. Es la forma de la humanidad. Dios no está representado como escritor. Con frecuencia los hombres dicen que cierta expresión no parece de Dios. Pero Dios no se ha puesto a sí mismo a prueba en la Biblia por medio de palabras, de lógica, de retórica. Los escritores de la Biblia eran los escribientes de Dios, no su pluma. Considerad a los diferentes escritores.No son las palabras de la Biblia las inspiradas, sino los hombres son los que fueron inspirados. La inspiración no obra en las palabras del hombre ni en sus expresiones, sino en el hombre mismo, que está imbuido con pensamientos bajo la influencia del Espíritu Santo. Pero las palabras reciben la impresión de la mente individual. La mente divina es difundida. La mente y voluntad divinas se combinan con la mente y voluntad humanas. De ese modo, las declaraciones del hombre son la palabra de Dios --Mensajes selectos, t. 1, p. 24.
Tomo la Biblia tal como es, como la Palabra Inspirada. Creo en sus declaraciones: en una Biblia completa. Se levantan hombres que piensan que encuentran algo para criticar en la Palabra de Dios. Lo exhiben delante de otros como una evidencia de sabiduría superior. Muchos de esos hombres son inteligentes y eruditos; tienen elocuencia y talento, y toda la obra de la vida [de ellos es intranquilizar las mentes en cuanto a la inspiración de las Escrituras. Influyen en muchos para que tengan la misma opinión de ellos. Y la misma obra se propaga de uno a otro, tal como Satanás quiere que sea, hasta que podamos ver el pleno significado de las palabras de Cristo: “Cuando venga el Hijo del hombre, ¿hallará fe en la tierra?” Lucas 18:8.
Hermanos, no se ocupe ninguna mente ni mano en criticar la Biblia. Esa es una obra que Satanás se deleita en que alguien la haga, pero no es una obra que el Señor nos ha indicado hacer —Mensajes selectos, t. 1, pp. 19, 20.
Se me ha mostrado que las dudas expresadas con respecto a la veracidad de... la inspiración de la palabra de Dios no han sido provocadas, como muchos piensan que lo son. Estas dificultades no yacen tanto en la Biblia o en la evidencia de nuestra fe, como en los propios corazones de los que dudan. Los requerimientos de la palabra de Dios son demasiado sofocantes para su naturaleza no santificada... Si las propensiones del corazón natural no se restringen y someten por la influencia santificadora de la gracia de Dios recibida por el conducto de la fe, los pensamientos del corazón no son puros ni santos. Las condiciones de la salvación presentadas por la palabra de Dios son razonables, claras y positivas y significan nada menos que perfecta conformidad con la voluntad de Dios y pureza de corazón y de vida...
En casi todos los casos en que alguien pone en duda la inspiración de la palabra de Dios, lo hace a causa de su vida que no está santificada, y que esa palabra condena... Las perplejidades y las dudas que confunden el corazón depravado desaparecerán para el que práctica los puros principios de la verdad --Testimonios para la iglesia, t. 1, p. 388.
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