Miércoles, 22 de abril:
La razón
La Escritura presenta la verdad con tal sencillez y con una adaptación tan perfecta a las necesidades y los anhelos del corazón humano, que ha asombrado y encantado a los espíritus más cultivados, al mismo tiempo que capacita al más humilde e incauto para discernir el camino de la salvación. Sin embargo, estas verdades sencillamente declaradas tratan asuntos tan elevados, de tanta trascendencia, tan infinitamente fuera del alcance de la comprensión humana, que solo podemos aceptarlas porque Dios nos las ha declarado. Así queda el plan de la redención expuesto delante de nosotros de modo que toda alma pueda ver los pasos que debe dar a fin de arrepentirse para con Dios y tener fe en nuestro Señor Jesucristo y salvarse de la manera señalada por Dios. Sin embargo, bajo estas verdades tan comprensibles existen misterios que son el escondedero de la gloria del Señor, misterios que abruman la mente que los indaga, aunque inspiran fe y reverencia al sincero invest i gador de la verdad. Cuanto más escudriña este la Biblia, tanto más se profundiza su convicción de que es la Palabra del Dios vivo, y la razón humana se postra ante la majestad de la revelación divina — El camino a Cristo, pp. 107, 108.
Si tenemos el Espíritu de Cristo y trabajamos con él, nos incumbe llevar a cabo la obra que él vino a hacer. Las verdades de la Biblia han vuelto a ser oscurecidas por la costumbre, la tradición y las falsas doctrinas. Las enseñanzas erróneas de la teologia popular han hecho miles y miles de escépticos e incrédulos. Hay errores e inconsecuencias que muchos denuncian como enseñanza de la Biblia, que son realmente interpretaciones falsas de la Escritura, adoptadas durante los tiempos de las tinieblas papales. Multitudes han sido inducidas a aceptar un concepto erróneo de Dios, así como los judíos, extraviados por los errores y las tradiciones de su tiempo, tenían un falso concepto de Cristo. Si le “hubieran conocido, nunca hubieran crucificado al Señor de gloria”. 1 Corintios 2:8. Nos incumbe revelar al mundo el verdadero carácter de Dios. En vez de criticar la Biblia, tratemos, por nuestros preceptos y ejemplo, de presentar al mundo sus verdades sagradas y vivificadoras, a fin de que podamos anunciar “las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas a su luz admirable”. 1 Pedro 2:9 - Testimonios para la iglesia, t. 5, pp. 664, 665.
Consultad a la razón santificada y a una buena conciencia con la Biblia abierta ante vosotros. Vuestro corazón debe ser movido, vuestra alma tocada y vuestra razón e intelecto despertados por el Espíritu de Dios; entonces los santos principios expuestos en su Palabra otorgarán luz a vuestra alma. Os lo digo, mis hermanos: nuestra verdadera fuente de sabiduría, virtud y poder está en la cruz del Calvario. Cristo es el Autor y Consumador de nuestra fe. Él dice: “Separados de mí nada podéis hacer”. Jesús es el único garante seguro para el avance y el éxito intelectual —El ministerio médico, p. 129.
Hermoso como siempre los textos inspirados
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