Martes, 5 de mayo:
La Biblia y la cultura
El apóstol Pablo tenia todos los privilegios de un ciudadano romano. No iba a la zaga en la educación hebrea, pues había aprendido a los
pies de Gamaliel, pero todo eso no lo capacitaba para alcanzar la norma
más elevada. A pesar de toda su educación científica y literaria estaba,
hasta que Cristo se lo reveló, en una oscuridad tan completa como
muchos de sus días. Pablo llegó a estar plenamente convencido de que
conocer a Jesucristo mediante un conocimiento experimental era para
su bien presente y eterno ...
La costumbre de Pablo había sido adoptar un estilo oratorio en
su predicación. Era un hombre capaz para hablar ante reyes, ante los
grandes y eruditos hombres de Atenas, y su conocimiento intelectual
con frecuencia le era de valor en la preparación del camino para el
evangelio. Trató de hacer sesto en Atenas, haciendo frente a la elocuencia con elocuencia, a la filosofía con filosofía y a la lógica con lógica,
pero no alcanzó el éxito que había esperado. Sus conceptos posteriores
lo indujeron a entender que había algo que necesitaba por encima de la
sabiduría humana. Dios le enseñó que debía recibir algo superior a la
sabiduría del mundo. Debía recibir su poder de una fuente más elevada.
Para convencer de sus culpas a los pecadores y convertirlos, el Espíritu
de Dios debía participar de su obra y santificar cada progreso espiritual
-Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista
del séptimo día, t. 6, p. 1084.
Muchos se figuran que para alcanzar a las clases altas, hay que
adoptar un modo de vivir y un método de trabajo adecuado a los gustos
desdeñosos de ellas. Consideran de suma importancia cierta apariencia
de fortuna, los costosos edificios, trajes y atavíos, el ambiente imponente, la conformidad con las costumbres mundanas y la urbanidad artificiosa de las clases altas, así como su cultura clásica y lenguaje refinado.
Esto es un error. El modo mundano de proceder para alcanzar las clases
altas no es el modo de proceder de Dios. Lo que surtirá efecto en esta
tarea es la presentación del evangelio de Cristo de un modo consecuente
y abnegado -El ministerio de curación, p. 164.
Dios no reconoce ninguna distinción por causa de la nacionalidad,
la raza o la casta. Es el Hacedor de toda la humanidad. Todos los hombres son una familia por la creación, y todos son uno por la redención.
Cristo vino para demoler todo muro de separación, para abrir todo
departamento del templo, para que cada alma pudiese tener libre acceso
a Dios. Su amor es tan amplio, tan profundo, tan completo, que penetra
por doquiera. Libra de la influencia de Satanás a las pobres almas que
han sido seducidas por sus engaños. Las coloca al alcance del trono de
Dios, el trono circuido por el arco de la promesa.
En Cristo no hay ni judío ni griego, ni esclavo ni libre. Todos son
atraídos por su preciosa sangre. Gálatas 3:28; Efesios 2: 13).
Cualquiera que sea la diferencia de creencia religiosa, el llamamiento de la humanjdad doliente debe ser oído y contestado. Donde
existe amargura de sentimiento por causa de la diferencia de la religión,
puede hacerse mucho bien mediante el servicio personal. El ministerio
amante quebrantará el prejuicio, y ganará las almas para Dios -
Palabras de vida del gran Maestro, p. 318.
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